Radiohead es el grupo más importante de los últimos 20 años

Se veía venir: la reacción iracunda y ridícula de los defensores a ultranza de Radiohead a esa rídicula y tonta (por no decir "iracunda") publicación de Noisey, "Radiohead es para nerds aburridos", cumplía con expectativas bien alzadas y calculadas por un texto que, creo, fue creado con esa idea maquiavélica desde un inicio (léase: la de crear una reacción iracunda y ridícula, solamente para justificar sus propios argumentos). No hay mejor publicidad que la polémica y nuestros colegas de Estados Unidos son maestros para generar clicks a partir del repele vomitivo por parte de los más diversos grupos sociales (falta nada más ver cómo se pusieron los fanáticos de Phish ante un ataque infinitamente más agresivo, y bien justificado, que el de Dan Ozzi a Radiohead); sin embargo, por momentos apoyamos sus planes bélicos (léase: los publicamos) con la simple idea de argumentar, después, nuestra propia opinión.

Porque reducir a Radiohead, ese quintento inglés que tiene tras de sí ocho discos de estudio y treinta años de carrera, a un simple grupo de monos idiotizados por computadoras que suenan como a los primeros ejercicios de Windows 98 en una IBM es, para empezar, seña de cierto grado de ignorancia: si acaso, han sido un grupo de monos idiotizados por computadoras por catorce de esos treinta años, aunque es difícilmente argumentable que lo fueron durante el periodo de In Rainbows y King of Limbs, por lo que la trepanación cerebral por vías digitales solo tuvo su efecto por escazos siete años (2000-2007). De todas maneras, no sé por qué si quiera estoy discutiendo semejante pendejada.

Lo que es más, si se clama que en el mundo de Radiohead lo que faltan son momentos de instrumentación bárbara y de riffs de esos que te hacen sudar frío, falta escuchar a la que es, probablemente, la puta-agrupación-más-apta-musicalmente-hablando-de-las-que-han-habido-en-la-historia: cualquier intervención de Jonny Greenwood con las seis cuerdas (con "Just" o "Paranoid Android" bastaría con situarlo dentro de los 20 mejores guitarristas de toda la historia, o al menos de los últimos veinte años), Colin Greenwood al bajo (verlo inetrpretar "Feral" o "The Gloaming" en vivo es un placer), Phil Selway a la batería ("Exit Music", "Airbag", "Idioteque" en vivo, etcétera, etcétera, etcétera) o ver tan solo cinco minutos de cualquiera de sus presentaciones en vivo en aquel programa producido por Nigel Godrich, On The Basement. El grado de concentración que alcanza la banda a la hora de tocar en vivo es tan impresionante que yo he escuchado a muchas personas ajenas a su disfrute decir que, sí, al menos son músicos extraordinariamente profesionales. Decir que Radiohead no son músicos es tan absolutamente… O sea, no mames.

Respondo a las críticas esas de que "no saben tocar instrumentos" y hacen "pura música con computadoras que suena como a 'boopa-oooh--aaaa-di-dooo" con lo anterior y la inclusión de este tamaño de canciones ('¿qué tal si un día nos regalan un coro?', preguntaban por ahí): "Street Spirit", "Weird Fishees", "Idioteque", "Pyramid Song" y "Reckoner". Nada más con esas. Que se me pare en frente el pendejo barbón tatuado que cree que con cualquier grupillo de punk de medio pelo angelino como antecedente se pueden componer esas canciones. Que se me pare en frente cualquier hijo tarado del MySpace a decirme que a él le encantan los MC's de Brooklyn y que eso es lo que va a importar en más de quince minutos.

Thom Yorke se ha convertido en un infierno de tipo. Lo dice el que fue uno de sus más grandes fanáticos. Atesoro un autógrafo suyo como mi pertenencia más nostálgica, soy de esos idiotas que tienen muchas, chingos de ediciones de cada uno de sus discos (la japonesa, la gringa, la del extra track, etcétera) acomodadas cronológicamente, y debo de aceptarlo. Se convirtió en la estrella de rock insufrible que nunca quisimos que fuera. Una que tiene un tufo de superioridad moral insoportable, que parece ya nada más hacer música porque quiere bailar en sus conciertos (vamos, muchachos: Atoms For Peace es una cosa aburridísima), que ha dejado a un lado la sorpresa (aunque el King of Limbs en vivo es maravilloso, en su versión de estudio está a años luz de distancia de In Rainbows) y que se nota disfrutar muchísimo sus millones de dólares en padrinazgos y fiestas caras aunque hable todo el día de su consciencia ambiental y social. Por ahí se puede pegarle a Radiohead, por ejemplo.

También por el lado de sus fanáticos. No son nerds aburridos. Yo los conozco bien, porque fui uno de ellos. O soy uno de ellos. No lo sé. En una de esas todo esto es un ejercicio de nerd aburrido. Pero sí son tipos que no tienen un gramo de autocrítica (en cualquier foro de fanáticos de esos que yo visitaba expresar que una canción o un disco no eran del todo buenos implicaba ser insultado por horas, literalmente, sin ningún argumento a favor ni en contra) y creo que esa patada en los huevos de arrogancia es particular al grupo inglés. Además, los fanáticos gringos e ingleses que conozco tienden a ser muy blancos, muy pinches blancos, pálidos como su puta madre, de esos niños que seguro tenían alergias. Pero no sé si eso implica que son "nerds". Nada más parecen ser gente un poco amargada. En México resultan ser gente bastante agradable, aunque uno se puede burlar de los pinches pálidos esos del norte si lo que busca es decir cualquier cosa.

Pero no mames, Dan Ozzy, no puedes decir que Radiohead son un grupo de inútiles no-músicos que no pueden estructurar una canción. Son todo lo contrario. Son el puto ejemplo de todo lo contrario. Si a mí me preguntara un puto Nazi hijo de puta, con una pistola en la cabeza, quién es una persona que sabe componer canciones (no sé por qué estaría en esa situación hipotética, pero juguemos), diría que Radiohead… O que Neil Young. Pero son de ese tamaño.

En los últimos veinte años, no ha habido un grupo que lo haga tan bien, tan absolutamente bien, en los puntos en los que se critican justamente en el artículo al que hacemos respuesta. A las pruebas me remito: