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Música

Prende tu bong y escucha esta compilación de Wizard Rock

Última compilación del Numero Group, sello construido por un puñado de compilaciones de R&B y soul alucinantes, que presenta 16 bandas dope-rock desconocidas de finales de los 70.

Los setentas. Vietnam, COINTELPRO, Nixon, Peter Frampton, Barry Manilow y un servicio militar gringo del que nadie se podía escapar. Pero los jóvenes que sí lograron evitar el ejército, sabían que su espíritu necesitaba probar suerte en otras partes. Y para las legiones de miles de adolescentes norteamericanos, la salida era la Santísima Trinidad formada por Black Sabbath, Led Zeppelin y una bolsa de marihuana local, de poca calidad. Una combinación que dio nacimiento a varias bandas – leyendas vivas como Pentagram, Sir Lord Baltimore y Warpig - pero (por supuesto) también a otras pésimas que tuvieron 15 minutos de fama por un 45'' mal impreso y anécdotas de las veces que abrieron a Alice Cooper en Ypsilanti, Michigan o a los Allman Borthers en East Dogdick, Arkansas. Juntas a todos estos tipos en un sótano lleno de libros de Tolkien y de juegos de rol pre-Dungeons & Dragons y obtendrás la base de Warfaring Strangers: Darkscorch Canticles, última compilación del Numero Group, un sello que construyó su fama por un puñado de compilaciones de R&B y soul alucinantes, y que presenta aquí 16 bandas dope-rock desconocidas de finales de los 70’.

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Los nombres de estas banditas tienen, a veces, doble sentido (Stonehenge, Stone Axe, Stoned Mace), y sus temas se llaman “Sorcerer”, “Wizzard Kings”, “King Of The Golden Hall” o “Song Of Sauron”. Hay un grupo que se llama Air, nada que ver con estos dos tipos delgaditos de Versailles. Ya topan. Todas estas bandas tocaban sólo en pedas, en puteros o en fiestas de graduación, pero todavía logran abrir los conciertos de Stooges, MC5 o Bob Seger (como Saginaw o los chavos de Sonaura). Cuando conseguían tocar a fuera de su ciudad, acababan en la parte la más sórdida de esas ciudades del Norte de Estados Unidos en donde nada más hay fábricas, frío y junkies muertos en algún lago. Algunas bandas repetían en minas de carbón (como Stoned Mace, en Indiana). Otros ligaban con los grandes, sacaron un LP, y dejaron todo para volverse abogados o producir discos de Buddy Miles (como Wizard, de Tampa, Florida). Algunos chavos ni siquiera se acuerdan de la cara de los antiguos miembros de su grupo, como George Bisinov, cantante/guitarrista de Houston’s Space Rock, una banda que grabó su único single en un estudio debajo de un boliche.

Obvio hicieron todo esto borrachos, las 24 horas del día.

Si las historias de todos estos grupos son verdaderas, en realidad, no importa. Las mejores leyendas se basan en rumores excesivamente distorsionados y mentiras puras y duras. Como Robert Johnson que, supuestamente, tomó clases de guitara con el diablo en persona. O el tipo este que hizo el primer paso en la luna. Al llegar, nos vale verga: Robert Johnson es un maestro irrefutable del blues, la NASA le metió un gran pulgar a la Unión Soviética, y todos ganaron – excepto los rusos, que todavía tienen una música de mierda y que nunca caminaron en la Luna.

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Parte de las buenas sorpresas es esta banda llamada Wrath, de Canton, Ohio, que estaba en medio de una guerra local entre-escenas con un joven Joe Walsh, pre-Eagles. Luego se dijo que habían jameado con los Black Sabbath en una base militar en Atlanta y sacaron su único single en 1975, en su propio sello, Stone Cold Records. Cuando entraron a grabarlo en el estudio, el cantante/baterista Rick Page tenía una laringitis. Una cosa híbrida premonitoria entre Shocking Blue y The Devil’s Blood, que resulta extraordinaria.

Luego está "Tasmania" de Stoned Mace, que suena como al triste lamento de un soldado medieval en un estilo a medio camino entre las B.O. western spaghetti de Ennio Morricone y “White Rabbit” de Jefferson Airplane. También existe este cuarteto de Carolina del Norte de nombre mortal, Black Death, con “Arrogancia”, cantado por Terry Reid – previsto una vez por Jimmy Page para cantar en Led Zeppelin - que debería hacerlos famosos. Sin olvidar otro grupo del mismo barrio, Inside, una versión Southern Rock de los ingleses The Sweet, que establece un tema glam titulado “Wizzard Kings”. Para cerrar la compilación, el trío tejano Hellstrom despliega su “Cry For The Newborn”, un psych-funk bizarro suficientemente pesado y fúnebre como para estar en el panteón del Hard-Rock.

Como la mayoría de las compilaciones recientes que tratan del heavy raro de los 70’ – pienso también a la excelente serie Bonehead Crunchers del sello alemán Belter o a Man Chest Hair que salió en 2012 en Finders Keepers – los títulos presentados en Darkscorch Canticles van de lo regular a lo mejor. Pero lo mejor vale la vuelta, cabrón.

Compren la compilación directamente en la web de Numero Group. J.Bennet toca la guitara en Ides of Gemini. ¡Las deben escuchar!