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Música

Mariel Mariel: no toda la música es una gran mentira

Hablamos con Mariel Mariel sobre las raíces de su sonido, su amor por Luis Miguel y de toda la mota que se fuma en México.

Es difícil encontrar música que hable de lo cotidiano - de las pocas cosas emocionantes que pasan en tu aburrida y rutinaria vida - no de aquellas "cheap thrills", sino de esas "little thrills". Del jodido metrobús en hora pico, lo mamones que son los chilangos o que tu morra te batée por pachecote. Los músicos suelen añadir a su vida –también rutinaria, también aburrida–, demasiada pimienta, que termina irritando el paladar.

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Pero si se escarba bien, es posible encontrar algunas grietas de sinceridad en la música y eso es exactamente lo que hace Meriel Mariel, una morra que sin pedos podría vivir en el mismo edifico que tú o con la que podrías cotorear en una peda y nunca sabrías que hace canciones donde netea muy cabrón.

Mariel Mariel tocó la semana pasada en Querétaro, en el marco del festival Siguientescena, uno de esos festivales hippies con un chingo de mimos y ensambles multidisciplinarios pachecos. Hablamos con ella sobre las raíces de su sonido, su amor por Luis Miguel y de toda la mota que se fuma en México.

Tienes un rato viviendo en DF. ¿Por qué decidiste venir a México? ¿Cómo te han tratado los chilangos?

Decidí venirme de Chile, porque no quería vivir más ahí. Estaba aburrida y hacía mucho frio en Santiago. Quise ponerle una pausa a mi familia y amigos, todas esas cosas que buscas como exscusas para no arriesgarte a tener una vida diferente.

Me vine a México y me encantó el clima, la comida y la dulzura de la gente. Es lo primero que te seduce para venirte a vivir acá. También conocí amigos importantes en vida y todo formó una atmosfera súper rica para que me quedara.

Hay mucha música chilena sonando en Latinoamérica: Javiera Mena, Gepe, Los Bunkers ¿Qué está pasando? ¿Tiene un nombre? ¿Estando lejos te consideras parte de ese movimiento?

No tiene nombre, pero igual debería tenerlo, es un movimiento que está teniendo fuerza. Tiendo a compararlo con lo que pasó en Argentina hace veinte o treinta años atrás, cuando estaba Charly García o Soda Stereo. Quizá ahora todos los artistas están jóvenes, pero ya son un referente.

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Sí me siento parte de esa escena, soy un poco de acá y de ninguna a la vez (risas).

En algunas de tus canciones metes una flauta que le da un toque muy andino . ¿Cuáles son las raíces de tu música?

Soy de la cordillera de los Andes. A veces trato de tocar algo más jazzero y no me sale (risas), me sale absolutamente andino. Mi papá hace música folklórica sudamericana, es súper bueno tocando el saxofón y la flauta. Es algo tengo en las venas.

Hay artistas que en sus canciones inventan universos o vidas paralelas. ¿Tus canciones de qué hablan?

Mi música es súper real, rara vez se me ocurre hacer una canción de una temática que no me ha traspasado. De hecho ahora es más real que nunca, estoy cantando cosas más sensatas, como “Toque y Rol”. Que habla de fumar mota, ¿Quién no se ha dado un toque de una cosa rara que te ha volado la cabeza y te hizo un cambio loco? Mi música es REAL.

“Toque y Rol” habla de algo que pasa en todas las fiestas de nuestro país.

Habla de sacar el toque, es muy raro cuando la toco, es algo experimental. Siempre hay personas que se espantan, pero esa es la idea, está bien.

Cuando tocas en vivo te compañas de un baterista, un guitarrista y una bailarina. ¿Cómo los conociste?

Somos todos chilenos, estuve un tiempo probando con mexicanos, pero a ellos los conozco desde la escuela. Juntos nos clavamos en el jazz, la electrónica y el rollo tropical. Toby fue mi primer baterista, comencé a tocar con él mis primeras canciones, una vez vino a México, vio como iba mi proyecto y se quiso quedara. Mi guitarrista, Andrés Landón, inventa toda la parte atmosférica, crea los arreglos en vivo y en los discos, es el director de la orquesta. Los dos saben que sonidos tengo en la cabeza. La María (mi bailarina) se integró hace poco, es bailarina contemporánea y juntas investigamos sobre el baile callejero, así que nuestras coreografías tienen esas dos partes.

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Has colaborado con muchos artistas. Si pudieras hacer algo muy loco con cualquier arista del mundo, ¿con quién sería?

¡Chucha! Algo que me gustaría y sería súper loco para mí, sería hacer algo con Salif Keita, un músico africano increíble.

¿Quién más me gusta un montón? Estaría increíble hacer un rap con el representante número uno de lo mirey, Luis Miguel (risas). Los mexicanos no valoran tanto a Luismi o al Chavo del 8, son los máximos ídolos de Sudamérica. También me gusta Tego Calderón, en puerto rico hay muchos raperos buenos. Al ser mi música distinta se complementaría bien con esas ondas. Igual con Daddy Yankee o el General (risas).

Hace poco Daddy Yankee se aventó una de las frases más inverosímiles en la historia de la música “Si la música urbana es un veneno para la sociedad, la música clásica entonces es peor, partiendo de que la música que prefería Adolf Hitler era la clásica”.

¿Eso dijo? Está cabrón, aunque el chiste de esto es decir lo que uno siente (risas).

¿ Qué tanta música mexicana se escucha en Chile?

Chile es súper ranchero, hay mariachis y la gente se vuelve loca con la música norteña. Los chilenos conocemos más a los mexicanos que ustedes de nosotros. Tenemos parte de la cultura mexicana dentro de nosotros y es muy de nosotros, las rancheras son mías.

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