Por ahí de los 70 empezaron a aparecer muchísimas revistas hechas a mano por punks. Era fácil y no costaba mucho. La comunidad de fans era activa y proactiva. A nadie le importaban los fanzines pero quienes los hacían tenían la ingenuidad punk y la necedad adolescente necesarias para dedicarse a llenar páginas enteras con fotos y textos sobre su respectiva escena local. Así apareció la legendaria revista Punk en el East Village.Legs McNeil, leyenda del periodismo punk y colaborador de VICE, era un fan recién llegado de Connecticut. No tenía idea de cómo estaba la movida en Manhattan, pero se paraba afuera de los bares y entrevistaba a quién podía. Su primera entrevista con Lou Reed fue más bien invitarle una hamburguesa y verlo comer. El término “punk” y todo lo que entendemos por ello viene de una invasión de estampas que se puso a pegar ese güey por Bowery. “Watch out! Punk is coming!” era lo único que decían. Las estampas se veían más o menos así:
La revista Punk pronto se convirtió en un referente en la escena de apestosos de Nueva York. Y así como Legs, muchos otros chamacos en otros lugares del mundo empezaron a hacer sus fanzines y a regalarlos (o venderlos por muy poco dinero) en la calle. La mayoría empezaron siendo copias de textos y dibujos hechos a mano, pero definitivamente eran la fuente de información de los pocos atolondrados que seguían de cerca la movida punk en su ciudad.Hace poco nos cruzamos con el libro Punk Press: Rebel Rock In The Underground Press 1968-1980 que trae una compilación de portadas de los fanzines más importantes de la época como Punk que se hacía en Estados unidos, Sniffin’ Glue del Reino unido, Rock News de Francia y algunas otras. Aquí tenemos algunos fragmentos de lo que se puede ver entre sus páginas.
Pueden comprar el libro aquí.Lee sobre los orígenes negros del Punk
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