FYI.

This story is over 5 years old.

Música

Vampire Weekend: La sonrisa de Ezra Koenig + Andrea Bocelli

Es muy raro que una banda que hace musiquita pop indefensa pueda ser tan determinante en cuanto a las reacciones que provoca en la gente. A nadie le da igual cuando suena una canción de Vampire Weekend.

La primera vez que los escuché fue cuando sonaba “A-Punk” por todas partes. En ese momento podían ser parte del archivo de cosas que no me gustan y ya. Pero de pronto, Vampire Weekend se hizo difícil de ignorar. El año pasado tuve que esquivarlos en varios festivales de carteles distintos en diferentes puntos del planeta. Tuve que escapar de ellos en las estaciones de radio, en los blogs y en las revistas. No suelo hablar de la música que no me gusta porque no tiene caso. Está bien que haya mierda para todos. Lo que nos metamos por las orejas ya es cosa de cada uno. Pero ésta vez tengo algo que decir al respecto del curioso caso de Vampire Weekend.

Publicidad

Es muy raro que una banda que hace musiquita pop indefensa pueda ser tan determinante en cuanto a las reacciones que provoca en la gente. A nadie le da igual cuando suena una canción de Vampire Weekend. Y sólo hay dos tipos de reacciones. Alguien se encabrona y se pone a insultar cosas o alguien se pone a bailar como si estuviera de fiesta en una playa nudista. Nunca había pensado seriamente al respecto hasta que me tuve que soplar la transmisión en vivo del concierto de lanzamiento de su último disco porque era lo que estaba ambientando una fiesta de la que no me podía ir.

Le vi la jeta por primera vez al Ezra Koenig. Estaba ahí paradito frente a un marco barroco circular de color dorado que han estado usando de escenografía en sus conciertos desde entonces. Lo vi cantar los primeros segundos de algo saltarín con sus pantaloncitos color beige y sus Top Siders color azul clarito. Lo vi cantar de lejos con sus tirantitos y su camisita blanca de manguitas dobladas. Y de pronto cerraron la toma hasta enmarcar su cara. Traía un peinadito de lado, unas estrellas en los ojos y una puta sonrisa en la cara. Ahí fue cuando me di cuenta.

Los tamborcitos, las campanitas, los soniditos que hacen obvia la inocencia de la sonrisita de Koenig, y todas esas cosas del infierno que hacen bailar a la gente dando saltitos de mono capuchino es lo que en realidad pone a todo el mundo más sensible que una puberta un sábado en la noche. Eso no está bien ni está mal. Sólo es un fenómeno a observar un poco más de cerca. Si Beth Gibbons decidiera cantar en un concierto de Portishead sonriendo todo el tiempo, es probable que suene más como a Feist atrapada en una película de Hitchcock que a Beth Gibbons sonriendo en un concierto de Portishead.

Publicidad

Todo esto era un debate a plantear y dejar sobre la mesa hasta que de repente apareció este cover que hizo Vampire Weekend de el mismísimo Andrea Bocelli. No había escuchado nada de ese señor desde su participación en el tema oficial de la telenovela de Televisa Vivo Por Elena en 1998. Hasta que estos ñoños neoyorkinos que hacen música caribeña hicieron un cover del barbón melodramático italiano. No sé si pueda explicar a qué suena. Les pido por favor que pongan ustedes mismos mi teoría a prueba.

¿Qué es esto? ¿Por qué? ¿Qué hacen? Me reí un poco. Luego intenté pensar por qué hicieron eso. Tiene lógica. Si tienen por ahí una canción que se llama Horchata y no tiene ninguna referencia al sexo colectivo pueden tener un cover a Andrea Bocelli. Su sensibilidad es esa. Pero como nunca iba a llegar a una respuesta que no saliera de mis nalgas, mejor leí lo que dijo Koenig para la revista Rolling Stone sobre el tema. “Con Te Partiró es una de las mejores canciones de amor de todos los tiempos. Su belleza trasciende el lenguaje. Gracias señor Bocelli por presentarnos esta joya majestuosa”. Ok. Ya entendí, Vampire Weekend. Ustedes tambien trascienden el lenguaje.

Para ver otras vomitadas musicales pícale aquí.