Lana Del Rey dio el concierto de su vida en España

FYI.

This story is over 5 years old.

Música

Lana Del Rey dio el concierto de su vida en España

En el Vida Festival, realizado en España, interpretó una desgarradora versión acapella de 'Old Money'. Las mini Lanas estallaron en llantos.

Todas las fotos por Víctor Letelier

Lana Del Rey flotaba como una ninfa en el escenario principal del Vida Festival en el momento en que interpretaba una desgarradora versión acapella de 'Old Money'. La muchacha de ojos perdidos y boca de pato le había hecho caso al montón de minilanas que, enloquecidas y agazapadas contra la reja, le pedían este tema de su nuevo disco.

Las diademas de flores repletaban los bosques de Vilanova i la Geltrú —lugar donde se realizó el Vida Festival— y Lana dejaba en claro, tras ese momento, que sabía cantar en vivo y de paso se coronaba como la reina de una velada que había contando con las participaciones de Rufus Wainwright (el día anterior) y Yo La Tengo.

Publicidad

A esa altura de la jornada ya habían pasado 'West Coast' y 'Ultraviolence'. Ambas, oscuras y misteriosas, y con frases intercaladas en español, eran estrenadas por primera vez en un país de habla hispana. Del Rey las cantaba como si fuese una sirena que había varado en la madrugada en las costas del Mediterráneo. Así se sentía su voz, sobre todo, cuando sorprendía con una reinterpretación de 'Summertime Sadness' que unió a las mini lanas —de todos las edades y volúmenes— que la noche del sábado repletaron el Vida Festival.

En la velada, esta vez, los shorts hechos de jeans lo dejó en casa y lució un vestido verde con mangas murciélago que de pronto prometía con mostrar un poco más. Rodeada por pinos, encinas y olivos, Del Rey figuraba como una bruja espeluznante que irrumpía en la medianoche para cantar sus historias de moteles de carretera y cervezas en convertibles aparcados en medio de la nada.

Sonaron 'Cola', 'Body Electric' y 'Gods & Monsters' de 'Paradise Edition' más casi la totalidad de singles de 'Born To Die' a los que agregó 'Carmen' y 'Million Dollar Man'. Fue un directo completo. Ella mismo lo dijo (cliché, pero se escuchó convincente): «Este es el mejor concierto que he dado en mi vida».

Esta neoyorquina, obsesionada con la historia de Bonnie and Clyde, le tapó la boca, acaso sin planteárselo, a miles de detractores que decían que su propuesta no era más que un producto gringo de mala calidad como la Pepsi Cola.

Publicidad

De hecho, antes de su presentación, nadie se explicaba muy bien qué hacía compartiendo cartel con maestros del noise como Yo La Tengo o un mutante de la canción como Rufus Wainwright.

El trío de Nueva Jersey, por ejemplo, una hora antes de la presentación de Lana Del Rey, desarrolló un implacable y compacto directo de noise y folk. Ira Kaplan dio clases en la guitarra mientras que Georgia Hubley y James McNew marcaban el ritmo e intercambiaban posiciones. De este modo manifestaron que su propuesta siempre ha implicado romper todo tipo de estructuras.

Por su parte, Silvia Pérez Cruz —acompañada por Raül Fernández Miró en la guitarra eléctrica— sorprendió con un repertorio que incluyó versiones de Violeta Parra ('Puerto Montt está temblando') y Leonard Cohen ('Pequeño Vals Vienés'). Las despachó en medio de un bosque iluminado por ampolletas que colgaban de las ramas y en un escenario en forma de balsa. Una escenografía que complementaba la sencillez de las canciones.

Sin embargo, nadie estuvo a la altura del directo de Lana Del Rey

No queda otra que rendirse.

En Vilanova i la Geltrú, un tranquilo pueblito ubicado al sur de Barcelona, cantando sus nuevas canciones de amor autoflagelante, Lana se coronó, finalmente, como la nueva reina del pop. O, quién sabe, del sadcore.