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Música

Canción de Sergio Andrade

¿Que cosas tan tétricas ha hecho la humanidad para merecer un Sergio tan Andrade?

Cuando uno piensa en personas y palabras relacionadas con la maldad pura (así, de corazones negros y pactos faustianos) sin duda Sergio Andrade, los impuestos, las personas que se cuelan en la fila de las tortas de chilaquil cuando caes bien pedo en sábado a las 9 am, los gansos, los coches con charola de diputado y el “mochaorejas”, saltan a la mente de manera inmediata. El titiritero detrás de proyectos como: Boquitas pintadas, Gloria Trevi y el internacionalmente reconocido “Clan Trevi-Andrade” se ha convertido en un entusiasta del Lo-Fi-DIY enfermo y triste. Regresa a la cultura contemporánea, para por fin concluir con la proeza que se propuso al iniciar con su carrera: ¡Cogerse a tu mente!

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Leyendo el perfil en Wikipedia de esta lúgubre persona, uno aprende sobre la larguísima carrera de manager, arreglista, escritor, compositor, magio, director de cine, de orquesta y maniático insidioso en general… y eso que iba en una escuela llamada “Árbol de la noche triste” (lol). También uno se entera de que fue productor de artistas como Verónica Castro, Yuri y (la favorita del internetz) Lucero, no hay ninguna sorpresa ahí. Pero aterrizando en el universo de los dosmiles, el Stromboli de las cantantes mexicanas de los noventa deja de ser el responsable de jalar los hilos de muchachitas indefensas y nos muestra su faceta de músico true, traumándonos bien cabrón en el proceso.

“Esto no se queda así” es el título de su primer sencillo en esta nueva etapa de degeneración multimedia. Una pieza que retrata la prevalencia de la justicia en la tórrrida realidad, la necesidad de venganza y la pinche demencia diabólica que puede apoderarse de una persona. El video retrata al Charlie Manson de México, rasurándose a la Cocodrilo Dundee, haciéndose un tatuaje usando una aguja, librando venganzas a la Bondoock Saints y cortándose los pezones con una navaja como si fuera el símbolo internacional de la determinación.

Todavía inconforme con este improperio rebuscado de alucinantes dimensiones, el pinche asesino de ternura nos complace con una mezcla de ritmos latinos y tropicales suficientemente virtuosos como para dejar pendejos a los Little Jesus. ¿Cuanta maldad puede ser suficiente? Si a los niños les dijeran que se fueran a dormir porque si no se los roba Sergio Andrade, seguro todos los niños se irían a dormir temprano. Siento verdadero miedo de escribir esto porque no quiero que lo lea, que se enoje y me lance un conjuro satánico. El creador de tan misteriosas y macabras frases como: “si me pegan, pego y muerdo”, “ahí viene la segundita” y la célebre “Hiciste mal, serás castigado”, me inspira a ponerme en posición fetal en una esquina desorientado por la falta de bondad en el mundo. Por momentos parece que más que la causa de la maldad en el mundo, ser el ex de Lucero es un síntoma.

¿Que cosas tan tétricas ha realizado la humanidad para merecer un Sergio tan Andrade? ¿Matar perritos? ¿Acabar con los bosques? ¿No regalar el café cuando la gente lleva más de una hora formada en el 7 Eleven? ¿Dejar de considerar a Xuxa como relevante? ¿Burlarse de las sexyvaguitas de Escobedo? Levantarse todos los días a hacer del mundo un lugar mejor parece una causa perdida cuando uno sabe que hay personas en el mundo tan ruines como Sergio Andrade.

La dicotomía, brinda una esperanza, porque no puede haber luz sin oscuridad. De la nada, cosas tan buenas y nobles como las foquitas que se agarran de la aleta para no perderse, los emojis de Whatsapp y los tipos que te regalan cigarros en el after llenan mi corazón de esperanza al saber que aún hay cosas buenas en el mundo. Súbitamente, Sergio Andrade ya no me provoca pánico y es una motivación más para mejorar al mundo. Como en la película de los Ositos Cariñositos que pelean contra Satanás con rayos de amor, amistad, cumpleaños y arcoíris.

La batalla entre el bien y el mal es eterna. Sin embargo todos los días hay pequeños detallitos como el que te lava el vidrio cuando no traes varo, Marcelo Ebrard, las velas “mágicas” de pastel de cumpleaños, el helado de menta, las sonrisas y los abrazos, brindan una perspectiva optimista en contra de los Sergios Andrades del mundo y mientras existan cosas así, existirá la esperanza. Sergio Andrade, Ian Watkins, el tipo ese japonés que come carne humana, y demás personalidades demoníacas parecen estar ganando la batalla, pero en palabras del mismísimo diablo: “Esto no se queda así”.