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Música

Blackest Ever Black

En la primera de sus columnas sobre sellos alrededor del mundo, White Visitation nos habla sobre Blackest Ever Black, disquera de Raime, Tropic of Cancer, Regis y mucha gente muy, muy oscura. Muy.

En la música que llamamos "dance", o house/techno, o en general música que sale en 12 pulgadas circulares de acetato con 3 tracks nada más, casi siempre es más útil seguir una disquera que un artista, y estoy seguro que la mayoría de los que la oyen de manera más o menos frecuente dirían que han estado siguiendo un sello en específico antes que a un productor. Esta columna, que tiene por lo menos la intención de ser mensual, planea cubrir sellos/disqueras que creemos que merecen la atención de nuestro educado, interesado y sano público. Pongan atención.

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Quien haya tenido la suerte de ver a Raime en el Mutek hace poco más de un mes sabe que su live es algo notable. Sus ruidos se suceden muy alejados unos de los otros, y el espacio entre ellos se vuelve muchísimo más notable a esos volúmenes. Los pequeños y sutiles cambios que forman el movimiento de sus tracks se convierten en una especie de thriller de ruidos en el que nuestra emoción viene de lo que no nos están enseñando o lo que no están haciendo antes que de lo que sí vemos que está pasando. En general, un asunto tenso.

Es seguro que nunca habríamos conocido a Raime si no fuera por el sello que es su casa y que se fundó más o menos para editarlos a ellos, Blackest Ever Black. BEB es bastante atípica como disquera de techno, pero la electrónica para bailar es una especie de hilo conductor de todo lo que hacen y sacan. Según su fundador Kiran Sande, el jungle obscuro noventero que es el pan de cada día de los Raimes es la base, pero después de eso parece que no le importan demasiado las etiquetas (a ti tampoco). Así, un release de BEB puede ser el techno industrialoso más brutal (Regis, Cut Hands…), technito más droney (Rainforest Spiritual Enslavement, un alias más de Dominick Fernow/Prurient/Vatican Shadow), punk medio Dischord (Moin, el side-project de los buenos Raimes) o punk medio new-wave (Tropic of Cancer, la esposa de Silent Servant, para los chismosos techno), y todo va a ser obscuro y medio jodido y excelente.

Además de la variedad de estilos y el control de calidad, un aspecto por el que siempre caigo es la consideración al empaque y la comunicación visual, sobre todo la relación de cada portada o arte con la música a la que corresponde. Por ejemplo, los 7 pulgadas que han editado, con ilustraciones en blanco y negro bien enfermas como portada. O el detalle alucinante de la portada del nuevo de Lustmord. O la limpieza de la tipografía, cuando la hay. O…

En otra entrevista sobre BEB, Sande habla de haber empezado BEB por “culpa, envidia y venganza” y de carteros y de su mamá llorando y otras cosas que no sé a qué vienen…pero me da más o menos igual si su disquera es tan increíble y su compromiso a la música que edita nos resulta tan natural y genuino. Por más teatral que sea el mensaje de BEB, si el amor al material no es lo que nos tiene que transmitir el quehacer de una disquera, yo no sé qué es.