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Música

Acompañamos a Trillones y Hawaiian Gremlins a tocar a Tultitlán

Es cagado cómo la gente se va a poner peda a provincia y en el álbum de fotos le ponen de título: "Fear and Loathing en ___-".

Porque somos jóvenes y tenemos más sed que los famosos peces en el río, nos lanzamos a Tultitlán. Un lugar hermoso, donde no aplica el “Hoy no circula”, puedes chelear en la calle, hay vaquitas, cabritas y demás animalitos lindos, repartidos por la demacración y suena bien lejos a pesar de quedar tan cerca. Me puse de acuerdo por mensajitos con Santiago de los Hawaiian Gremlins a pesar de que tiene Whatsapp. No sé si era por hacerse el interesante, o porque los Hawaiian le andan entrando al avant-normcore. Nos quedamos de ver a las cuatro de la tarde del sábado en la Glorieta de la Cibeles. Polo Vega, productor oriundo de Mexicali que se presenta bajo el nombre de Trillones (y de quien sobra también decir que es un amor (pero de toda maneras lo digo)), anticipó que iba a llegar crudo y me recibió con una botella de agua, aspirinas y unos Pingüinos.

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Una vez amontonados en un poderoso bólido de 12 plazas, nos lanzamos a la aventura como si nos fueran a pagar por ser unos malditos desquiciados. Llegamos a Perinorte para esperar al organizador y nos aprovechamos para echarnos unos cigarritos. Elías, quien es un tercio de Hawaiian Gremlins, al verme disfrutando de mis cremositos pastelitos, me dijo que era el Día Internacional de los Oingüinos. Al escuchar esto, cada bocado me supo más rico. Como si un porcentaje de cada paquetito de Pingüinos que venden, estuviera destinado a la conservación de tan elegante criatura.

”On the road" (ay, ajá)

Esperamos como 20 minutos cotorreando y bobeando atrás de Perinorte, como los famosísimos “tipos malos de centro comercial”. El organizador llegó en una van y la seguimos. En algún momento estuvimos parados un rato y al preguntarnos el porqué de nuestro estatismo, caímos en cuenta de que estábamos parados porque estaba pasando un tren.

(Sí, querido lector. En pleno 2014, Los Hawaiian Gremlins y Trillones, dos de los actos más mowdernos de la escena, estaban atorados en el tráfico debido a un tren.)

En la Mina de Roma (lugar donde se iba a realizar el guateque), nos recibieron tres vacas, dos chivos y un perro. Al ver a los chivos, intenté que cantaran su famosa canción “Baby”, pero no agarraron el pedo de que está OK, que digas que te gusta Justin Beiber por ser irónico.

Llegamos al camerino del lugar, que parecía un antro “darks”. Nos tomamos unas cervezas, aderezamos esa cervezas con unos toques y ya con hambre nos echamos unas pizzas. Hicimos “base” y nos sentimos tan chingones que hasta los conductores de Verano Telehit con sus playas y sus “nados con delfines” se hubieran muerto de envidia. En el camerino, estaban los de Piluso bien elegantes, los de Lucas Trotacielos bien galácticos y nosotros bien “Xcaret”. En lo que empezaba el gig, bajamos a la calle a chelear y aprovechamos para tomarnos unas fotos como si estuviéramos en la Fiesta de Lacoste en Coachella. Luego, subimos a un establecimiento que decía “Bar familiar” y nos maravillamos por las costumbres típicas de la región.

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Afuera del lugar, había uno de esos tubos de tela que están conectados a un ventilador y Elías se metió en el. Logrando así uno de los momentos más memorables de la tarde “Elías y su tubo de tela inflable” (estamos pensando en hacerlo un musical). El festival comenzó con el nuevo proyecto de Bizbi Clériga, llamado Don Doctor. A Biz, no le cabía la emoción de estár en “Tulti”. Juraba que éramos unos visionarios, unos activistas de la descentralización musical y unos jodidos eruditos por el simple hecho de estar ahí.

Está pluma, sólo estaba feliz de pasarla chido y me limité pedírle un trago de su caguama. Después de la participación estelar de la “Bizband”, tocaron los Atomix. Una banda que siempre que veo, alguien me recuerda que alguien de ellos tocaba en Pastilla. Los vi tocar un par de rolas y al terminar su set tocó Piluso. Es cabrón ver a Piluso porque su vocalista, Memo, siempre se viste bien elegante. No nada más digo saco y corbata elegante, sino saco de lentejuelas, y zapato de charol elegante. Ellos me prendieron al punto de que me puse a bailar escuchándolos, mientras todos me volteaban a ver como si fuera del futuro.

“#VeranoTelehit o #LosHawaiianGremlinsjalanviejas”

Terminada su participación, apareció de la nada un Juan Soto. Platicamos un rato de la época dorada de las fiestas clandestinas en el Pedregal y al terminar fui a ayudarle a Trillones a poner sus cosas (a pesar de que a la mera hora no le ayudé en nada). Mientras se preparaba, en el escenario tocaba Lucas Trotacielos con quienes he coincidido en algunas tocadas pero nunca los había visto. Ellos tocan algo así como Dreamy New Wave pero con actitud Punk Rocker.

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Al acabar su set, Trillones sacudió a “tulti” con su “música de máquinas frías para calentar el alma”. Llevaba varias semanas intentando definir la música de Trillones. A lo más acertado que llegué fue que es música electrónica. Pero después de esta definición todo se vuelve un poco voluble ya que integra muchos elementos de corrientes que van desde el dream pop hasta el tribal pasando por el down tempo. Las canciones de Trillones no tienen letra, lo que se presta a que cada quien le ponga su propia interpretación.

Sin embargo, eso de clasificar música es bien limitante. Trillones es música que te hace sentirte vivo. Su set comienza acelerándote una partícula. Ésta como que se agita y empieza a despertar a otras. Poco a poco se te empiezan a acelerar todos los átomos, los neutrones, los protones, los pinches quarks hasta llegar a un momento donde juras que te vas a desintegrar por tanto desmadre microscópico. Pasado el desmadre sub-atómico, tocó Copper Gamins pero la neta yo ya andaba muy agitado por lo que me fui a echar una agüita. Estábamos echando el cotorreo bien fresco, hasta que el organizador empezó a romper su lira.

¡Trillones!

Estuvo algo incómodo, eso de ver al organizador romper su lira mientras estabamos cotorreando de lo más casual. Aunque supongo que en estos tiempos modernos, no sabemos darle su maldito espacio al caos y tal véz eso sea lo que finalmente nos destruya. La incomodidad, es como un vidrio que puede romperse con cualquier piedrita. Como si anduvieran atrasados de pagos con el psicólogo, los Hawaiian Gremlins y el artista conocido como Trillones, le ayudaron a destruir lo que quedaba de su lira.

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Una vez terminada la batalla campal contra años de perfeccionamiento laudero. Los Hawaiian agarraron sus cosas y subieron al escenario a conectarse. Mientras lo hacían, alcancé a pedirle a Paquito que me dedicaran una rola deprimente y me contestó que todas sus rolas eran deprimentes. La música de los Hawaiian es algo así como si fueran Emo Revival (Emo original. No ese emo de pintarse los ojos y gritar). Como que te dan ganas de cantar, llorar, sonreir y comer helado y hasta bailar. En algún momento, un tipo dijo que era su cumpleaños y lo subieron al escenario a cantar una rola. Sorprendentemente, el cumpleañero en cuestión se sabía la letra y me sentí alegre por ser testigo de singulares sorpresitas.

“Los Hawaiian derrochan pasión en el escenario. Nótese el detalle del sudor”

Juan Soto nos puso a bailar a los que quedábamos. Hacía mucho calor. Pero el cuerpo siempre puede más. El movimiento es vida. Había como 20 personas alrededor del escenario y resto andaba en mesas ajenos a la hecatombe cultural. Igual y les daba pena bailar o de plano les valía verga y nomás cayeron a chupar. El concepto de “apoyo” en la industria musical, es un término bastante gastado. Sin embargo, en el DF podemos vivir bien felices pensando que somos el puto epicentro de una hecatombe cultural sin darnos cuenta de que a unos cuantos kilómetros de la Condesa no pasa ni verga.

Es bien fácil andar jalando a tus amigos en tus tocadas del DF, pedir que te den tu pinche Jack Daniels de catering y que tu morra le presuma a tus amigas que eres un rockstar. SIn embargo, la verdadera labor (hay un chingo de “verdaderas labores” hoy en día pero pues… ¿qué chingados?) está en conquistar nuevos espacios. Estará muy bonito lo que está pasando en México y todo. Pero ps no mames. Cuando es más fácil irte a tocar a Europa que a Torreón seguró algo andará mal, ¿no creen?

- Wachadafunk es un alcohólico que esconde su enfermedad detrás de una vida alocada. Siguelo en Twitter…o no.

- Trillones lanza o lanzó (dependiendo de cuando publiquen esto) su segundo ep titulado “Naive Again” el 5 de Mayo a través de Static Discos e Indian Gold Records. Está bien chulo.

- Los Hawaiian Gremlins: Van a tocar en el festival Marvin y seguro la van a mega romper. Así que si faltas seguro te vas a arrepentir toda tu vida.