10 piezas musicales creadas con ondas cerebrales

La EGG (electroencefalografía) es una técnica de hardware de larga duración que diagnostica y estudia la epilepsia, los desórdenes del sueño y la muerte cerebral. Sin embargo, recientemente, se ha expandido en el reino del prosumidor; dentro de la década pasada, compañías que incluyen a Emotiv, Neurosky y iWink han apuntado a la utilización y accesibilidad de la tecnología, creando y distribuyendo prototipos amigables para los consumidores, como las bandas ligeras de esqueleto para la cabeza e incluso las orejas de gato de EEG.

Llendo más allá del mundo de la medicina, el aumento de estos dispositivos de medición de ondas cerebrales coincide perfectamente con la revolución portátil que se aproxima, y para los artistas, la tecnología de EEG se ha convertido en un nuevo medio; una herramienta que realiza traducciones casi perfectas de ideas creativas, y que además, sirve para observar la creatividad en acción directamente de la cúpula.

Antes de que se convierta en una idea realizada o en un producto, la creatividad en sí misma se mueve a través de diferentes modos. Explicado de manera más sencilla, empieza con un pensamiento- a lo que algunos llaman “chispa” o insight- que es trasladado en un medio fijo que viene a ocupar su forma final. Con EEG, sin embargo, la actividad eléctrica del cerebro es medida a través de electrodos colocados en el cuero cabelludo que provocan que los creadores puedan ahora pasar por alto un paso critico en el proceso creativo: todo lo que tienen que hacer es “pensar” en la existencia de una idea, e incluso antes de que una cadena sea arrancada o un derrame cerebral sea pintado, su creatividad podrá ser medida y observada.

De todos los medios disponibles, la música es el terreno ideal para realizar los experimentos más arriesgados para los artistas de EEG. Anhelando acercarse más al génesis de sus ideas, de sus fuentes internas y biológicas de inspiración, los músicos han ansiado esta tecnología por años; uno sólo necesita observar y escuchar los performances improvisados de los músicos de jazz para entender el punto melódico de las invenciones como, tal vez, el mejor ejemplo de cómo se ve y se escucha la creatividad sin límites. Con la tecnología EEG, cualquier persona puede tener acceso al proceso creativo para conceptualizar un batido de impulsos artísticos sin el uso de manos y boca- sólo necesita un cerebro activo.

Con esto en mente, aquí hay diez ejemplos de músicos que han experimentado con la tecnología de EEG para traducir sus ondas cerebrales e impulsos imaginativos en paisajes sonoros y acústicos. A continuación, podrán ver y escuchar los mundos más extraños de la música en el interior del cerebro humano:

El título del performance de Lisa Park, Eunoia, significa “pensamiento hermoso” en griego. Usando los audífonos NeuroSky de EEG, Lisa se sentó rodeada de platos de agua; cada uno ellos representando una emoción diferente. Su posición en el centro de todo era el lugar en donde ella intentaba simbolizar la unidad infinita y donde alcanzaría un estado iluminado durante su interpretación. Sus ondas cerebrales eran traducidas en sonido y visuales ( todo a través del agua vibrante en los platos).

El video lo pueden ver aquí.

Alvin Lucier, un compositor americano, es reconocido por sus experimentos con el sonido, creando instalaciones y música experimental para explorar el aspecto físico del mismo. Él fue uno de los primeros músicos que usaron las ondas cerebrales en su trabajo. En su pieza 1965 “Music Solo Performance”, usó electrodos de EEG para detectar ondas alpha en el cerebro durante el transcurso de una meditación, y las ondas detectadas vibraban en instrumentos de percusión alrededor de todo el espacio.

El músico japonés experimental Masaki Batoh creó su propio instrumento llamado “maquina pulsa-cerebros musical” ( “Brain Pulse Music Machine") que resultó de la unión de unos audífonos basados en ondas EEG, unas placas base y unos auriculares de asesino. Las ondas cerebrales eran traducidas en ondas de radio y luego emitidas en sonido. Su LP, Brain Pulse Music, incluye dos grabaciones de las máquinas BPM. El resto de la grabación tiene sonido de meditación creado con instrumentos japoneses tradicionales inspirados después del terremoto y tsunamis devastadores que golpearon a Japón en marzo del 2011.

Eduardo Miranda, que se autodescribe como “compositor que trabaja en la encrucijada de la música y la ciencia ", ha estado experimentado con el rol de las computadoras y la tecnología de las ondas cerebrales para crear música increíble. Su más reciente experimento, “Activating Memory” fue un performance hecho por una computadora musical con interface cerebral (BCMI) que se unió a un cuarteto de cuerda. El cuarteto de BCMI tiene capas con electrodos que miden los impulsos neuronales y estos impulsos, a su vez, escriben música para cuartetos de cuerda en tiempo real.

Activating Memory from Eduardo Miranda on Vimeo.

La “subConch” (sub-concha) fue una instalación de arte interactiva hecha por Mats Siversten donde los usuarios se sentaban frente una bocina blanca con forma de concha en donde podían escuchar el sonido de sus deseos. La voz de una mujer decía: “Relájate. Cierra los ojos. Quiero que pienses en al que realmente quieras. Algo que desees en los más profundo de tu ser”. Sólo hay que pensar en algo que anhelas, y los audífonos de EEG tomarán los impulsos eléctricos de los usuarios y los amplificaran en sonido e intensidad.

El “Ensamble de la mente” (MiND Ensemble) es un nuevo grupo mediático de performance que se dedica a explorar las conexiones entre mente, máquina y música. Ellos creen que la retroalimentación neuronal fundamental cambia el paradigma del proceso creativo- al pasar por alto la necesidad de un medio fijo para reflejar el proceso de pensamiento en su primera actuación- con diversos segmentos de una versión motor del cerebro pusieron Ave María y una banda de respaldo con ruido para darle feedback a las neuronas- lo que querían era explorar más a fondo en la pregunta: ¿Cómo podemos optimizar la interacción con un instrumento completamente intangible?

En Asheville, al Norte de Carolina a principios del año, los que asistieron al festival Moogfest podían escribir “música” en las calles usando un aparato NeuroSky con sensor de ondas cerebrales que estaba conectado a una aplicación llamada Conductar (de la que hemos hablado antes) en una instalación inmersiva diseñada por Odd Division. Los datos de la actividad eléctrica del cerebro de un usuario ayudarían a través del sensor a crear una realidad alternativa de animación, que se tejía junto el audio y paisaje visual personal.

En el laboratorio de neurociencia de “Music + Mind” infundieron la música en vivo de la cantante Lora Faye y la del baterista de jazz William Hooker para demostrar cómo el sonido de neuronas disparado podría añadir capas a una pieza de música.

Dmitry Morozoy, también conocido como ::vtol::, tomó un instrumento tradicional ruso, el ancestro de la lira, y lo mejoró con un status turbo. El instrumento robotizado puede tocarse a sí mismo. Y en otra versión, también puede programarse para tocar música de acuerdo sus ondas cerebrales medidas por sus audífonos de EEG.

El profesor e investigador de música y artista de sonido Chris Chafe y el neurólogo Josef Parvizi unieron cabezas para trasladar la actividad cerebral de los pacientes de convulsiones a composiciones musicales. Se sorprendieron al encontrar no solamente fascinantes piezas de música, sino también los claros esbozos de transición de los tres estados de la convulsión: del estado relajado/calmado al estado caótico/decadente de la convulsión y finalmente un alivio en la fase de recuperación. Si tan solo pudieran encontrar la forma de escuchar la actividad en tiempo real o algo parecido al “estetoscopio cerebral” como lo llaman, esto podría impactar drásticamente en la vida de los cuidadores de las personas con epilepsia. En lo cual están trabajando ahora.

El texto originalmente apareció en nuestra página hermana, The Creators Proyect .

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