Todo lo que vimos en el Primavera Sound (Parte 4)

Body/Head, Pixies, Godspeed You Black Emperor!, Islands, Foals, Ty Segall, Kvelertak, Slowdive, Slint y Julia Holter.

3.6.14

El silencio era tan sepulcral que sólo se interrumpía por los clicks de los fotógrafos. Julia Holter estaba tocando con una banda que le da más textura a las canciones (excepto ese maldito saxofón que no tenía que sonar en todas). En alguna vida pasada, la voz de la señorita Holter hizo que los marineros se amarraran a sus mástiles para poderla escuchar hasta la eternidad. Para contrastar nos fuimos a ver a Body/Head, el proyecto de Kim Gordon después de la muerte de Sonic Youth junto con Bill Nace. Fue una maldita bestia. Pura improvisación con dos guitarras aullando chirridos eléctricos como si estuvieran pariendo ruido. Resultó ser muy primigenio y a la vez muy femenino.

De alguna forma tanto Slint como Slowdive representaron caras opuestas de una moneda; los dos partiendo del esquema básico de la guitarras para avanzar por caminos muy diferentes, los primeros como los creadores del post-rock, los segundos como el último de los grandes grupos de shoegaze. Slowdive nos hizo ponernos hasta el huevo con la estridencia de las guitarras que envolvían la voz delicada de Rachel Goswell. La distorsión a un volumen tan alto nunca había sonado tan pinche hermoso. Cuando entró la guitarra en “Catch the Breeze”, se rompió la relación entre espacio y tiempo. Y mientras Slowdive prometía la salvación, Slint resultó ser la música que acompañó a Dante y Virgilio en su caminata por el infierno. No hubo ni un rayito de luz, ni un asomo de felicidad en ninguna de las canciones de su set. Sólo una atmósfera de opresión, claustrofobia, ansiedad y un presentimiento constante de condena. Terminaron con “Good morning, Captain.” Cerraron con candado las pesadas cadenas que nos pusimos voluntariamente cuando decidimos ir a escucharlos. Perros.

Después de eso vimos a los Pixies. Aunque su nuevo disco ha dividido a los fanáticos y para muchos arruinó su trayectoria de discos perfectos, las canciones nuevas funcionan muy bien con los clásicos. Sí, Kim ya no está, pero Paz Lenchantin se integró bien a las antiguas filas.

Body/Head

Julia Holter

Kvelertak

Slint

Pixies

Slowdive

Speedy Ortiz

Islands nos dio la bienvenida con su pop inteligente. Resultó lo ideal para sacudirse como perro mojado y entrar en calor. “Swans (life after death)” fue una forma extraña de abrir el concierto pero tuvo sentido. Marcó el ritmo de eclecticismo musical que caracterizó el día. De ahí nos fuimos a ver a Television, esos que se apoderaron del del garaje y escaparon del glam y pusieron a caminar al punk a principios de 1970. Tom Verlaine era guapo entonces. Escuchar en vivo el Marquee Moon completo en el maldito 2014, uno de los discos más cabrones de la historia del rock está más allá de la nostalgia.

Después de Television, el show de Godspeed You Black Emperor! tenía mucho que hacer con nuestras cabezas machacadas. Sólo tocaron 4 canciones. La última duró 45 minutos. Más que canciones, estos tipos de Montreal construyen sinfonías para musicalizar el fin del mundo. Cada una de las composiciones se toma su tiempo para ir creciendo, (para “Mladic” se dieron más de 5 minutos sólo para que empezaran a salir las notas de entre el murmullo de la estática y gruñidos de las guitarras) le da tiempo de respirar a la audiencia y preparase para la inevitable onda sísmica que dejan azotar después. Fue hermoso.

Foals se puso muy bien. Ya saben mantener la intensidad durante todo el show. Hasta lograron el momento mágico-ogete cuando Yannis se bajó del escenario a caminar entre la gente y le quitó su cigarro a alguien de la boca.

Foals