Lo logré: le invité un café a Sharon Van Etten y luego me fui por chelas con ella

Sigo sin poder creerlo, pero lo logré. La semana pasada publiqué en Noisey una entrevista con Sharon Van Etten, mejor conocida como el amor de mi vida, y por azares del destino pude conocerla el mismo día que la publiqué. Y sí, fue tan increíble como lo imaginaba. Un día antes de su concierto en El Plaza Condesa, pude ir a una sesión acústica que grabó para Deezer México (¡gracias!), donde minutos después pude regalarle una bolsa de mi café favorito mexicano (para continuar con el cotorreo de que no pude invitarle una taza del mismo). Platicamos de música y le regalé unos discos y películas, firmó mis LPs y después de la obligada foto, nos despedimos. "See you tomorrow at the show" fue lo que ella dijo.

La noche siguiente llegué desde temprano como buen fan, y en punto de las 10 de la noche, agarré mis cámaras y me dispuse a tomarle fotos por segunda vez en dos días. El escenario ahora era distinto al estudio de grabación del día anterior: Tres canciones y listo, nada más. El resto del tiempo ocuparía mi lugar en el público y cantaría todas las canciones del setlist.

Sharon Van Etten dio un concierto íntimo, divertido (gracias a sus aportaciones en español, el cual por cierto, habla bastante bien) y sumamente emotivo (aunque para mi gusto, fue un tanto corto). Al final del show, vi a Sharon de nuevo, platicamos brevemente del concierto y nos despedimos con la promesa de seguir en contacto para compartir gustos musicales, cinematográficos y cafetaleros. Y así, después de estos días, puedo decir con una enorme sonrisa en el rostro, que conocí a Sharon Van Etten y pude invitarle un café, además de confirmar que es una persona sumamente sincera, dulce y congruente.

Miren las fotos de la sesión acústica y del concierto a continuación (y disculpen mi faceta de fan from hell).