Santa Bandida: Una batalla contra el slut-shaming a través de la música y el flow

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No importa desde qué enfoque lo veamos, la evolución de la música y la sociedad van de la mano. A final de cuentas, esta expresión no es sino el reflejo de un sentir, una ideología y una manera de ver al mundo propios de la época en específico en la que fue creada.

¿Por qué es importante mencionar esto? Porque lo vemos, vivimos y escuchamos hoy en día con la temática de equidad de género, el respeto a la mujer y el poder que esta tiene frente a una sociedad machista donde cosas nefastas continúan sucediendo de manera rutinaria y cotidiana. Y pese a que un grito de furia y rebeldía es escuchado, este no tiene por qué mantener un argumento contestatario enfocado a lo tradicionalmente político, pues simultáneamente, la liberación del cuerpo, el alejamiento de las ataduras del body shaming y la búsqueda por un respeto hacia la figura femenina (dígase, no verlas cómo pedazos de carne u objetos), forman parte de un statement más social al que María Paula Beatriz —un nuevo talento emergente de Venezuela— se dirige con un poderoso mensaje.

Santa Bandida siempre es acción y sentimiento. Fíjate que mi a.k.a en si es un oxímoron: una palabra cancela a la otra; en este caso es la definición más pura de mi música: tiene su lado emocional y sentimental pero a la vez refleja instinto animal e impulsos. Me gusta verlo como un ying y yang auditivo. Balance entre la inocencia y la sensualidad. Sin los santos no existirían los bandidos y viceversa. Creo que también me apego mucho a lo que soy como mujer y eso se refleja en mi sonido: no me da miedo decir lo que pienso o manifestar mis deseos, pero la mayoría de las veces prefiero hacerlo a través de mis letras.
Es la cadencia de la femineidad pero afilada como navajas.

Bajo el alias de Santa Bandida, esta cantante y compositora busca un concepto cercano al R&B con tonalidades downtempo, y fieles destellos de hip-hop que se desarrollan con un flow peculiar, el cual a ratos nos coquetea con la idea de que en un futuro esto se podría poner sucio si agregaramos toques de moombahton. La realidad es que ella misma pretende su propio concepto; pero en un escenario de global bass se me hace fácil ver a Alan Anaya difuminando varios toques latinos en su música, haciéndole un punto de partida perfecto para remixes y hasta colaboraciones.

Erykah Badu, PartyNextDoor, SZA, J Cole, Mala Rodriguez, Lauryn Hill, Lisa Lefteye Lopes, Queen Latifah, Salt n Pepa, Ibeyi, Sevdaliza, Mikky Blanco y Princess Nokia, son algunas de las muchas influencias que he ido tomando para formular mi propio sonido. Mi papá le tocaba piano a la barriga de mi mamá cuando yo todavía estaba ahí dentro, le echamos la culpa de mi oído musical a esa costumbre. Pero ya en serio, mi acercamiento a la música empezó por corales de iglesia, luego clases de guitarra a los 9 años y la ocasional batalla de gallos ya de 12-14, la única niña que se ponía de tú a tú con los freestylers, estuve en una banda de rock progresivo llamada De Aquellos Días Felices con uno de mis mejores amigos cuando aún estaba en el colegio, escuchaba punk y me pintaba el cabello de colores. Después participe en un proyecto llamado Maracujazz que inicio como una banda de covers que luego evolucionó en un medio de catarsis musical para todos nosotros a través del jamming y la composición de temas propios. Pero a su vez estaba entregada a desarrollar más a fondo el sonido de Santa Bandida pero siempre lo había tenido como un side project hasta hoy.

Hoy más que nunca, pareciera que debemos mirar a las nuevas propuestas con un enfoque distinto. Más allá de la música, existen los mensajes y más allá del mensajes, existe una dura y cruda intención. Santa Bandida es una de las muchas propuestas que deberíamos revisar para entender los tiempos que corren, en su concepto está parte de la realidad que nos aqueja a como sociedad. Y con el estreno de Wifi Wifey, esta cantante venezolana da su primer paso hacia un nuevo panorama de la música independiente en Latinoamérica, en el que urge más poder femenino.

Soy feminista, toda mi presencia online gira en torno a la reclamación de mis derechos sobre mi propio cuerpo, el movimiento body-positive y el slut-shaming. Santa Bandida nació como la respuesta natural a esas limitantes que nos imponen como mujeres para ejercer nuestras libertades. Cuando escribo, trato de hacerlo por mi y por todas esas nenas que pueden sentirse igual que yo, estamos tan acostumbradas a que se nos vea como nada más que un prop para el video, la musa de la canción, pocas veces se nos reconoce como fuerzas independientes que son muchísimo más que un culo en tu IG o una cara bonita para tu cover-art.

Recorre por acá un poco del campo de batalla que Santa ha creado en su EP debut. Wifi Wifey es el resultado de un acto de guerrilla a través de Internet, las redes sociales, los statements personales y la incansable búsqueda por levantar la voz en un espacio donde el sonido y la moral parecieran ausentes.