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Música

Sanfuentes: de niño de los mandados a señorón del techno

“Siempre me he sentido poderosamente atraído a la música. Se me pierde en el túnel de mi tiempo”.

“Siempre me he sentido poderosamente atraído a la música. Se me pierde en el túnel de mi tiempo”. Con esas dos frases, Sanfuentes comienza un breve pero emotivo listado de sus primeros recuerdos musicales en la entrevista que le he hice hace unos días con el pretexto de su visita para tocar en el escenario Vans de Ceremonia. Y enumera desde la fascinación que le producían los audífonos de su papá con acolchado de cuero o la portada del Rubber Soul, de los Beatles, hasta lo que experimentaba cuando ponía en el reproductor Love's Theme, de la Love Unlimited Orchestra, de Barry White, o la primera vez que escuchó Bring The Noise, de Public Enemy, o el Paul's Boutique, de los Beastie Boys. O escuchar por las noches y en repeat el Dubnobasswithmyheadman, de Underworld, mientras hacía flyers de fiestas techno y acid en las computadoras de la agencia de publicidad donde trabajaba de “niño de los mandados” a los 16 años.

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Para los días de la agencia, había pasado ya un buen tiempo de que el chileno Vicente Sanfuentes (1977, Santiago) había caído bajo el influjo de la electrónica. Un disco de Donna Summer fue el responsable de pervertir al pequeño Vicente.

–En mi casa estaba el single "I Feel Love", que me producía un efecto misterioso –confiesa–. Me ponía en un estado entre hipnótico y religioso.

A partir de ahí, comenzarían a aparecer en su vida desde el hip-hop hasta cosas más industriales, el acid house, LFO, Hardfloor, Orbital, The Orb… Todo comenzaría a cobrar claridad en su cabeza, en su pasión por cierta música y en su propio futuro cuando pudo construir un puente entre Donna Summer y LFO.

–Creo que hoy, como músico, sigo tratando de hacer una mezcla entre "I Feel Love" y "Freak".

A esa búsqueda se ha referido en otras ocasiones como la intención de hacer música bailable, futurista, sexy y entretenida. Comenzó la persecución en la Navidad del 98, cuando decidió comprarse un sampler y un secuenciador luego de haber visto en la tele Supa Dupa Fly, de Missy Elliot. Para entonces, la publicidad había dejado de monopolizar su atención, y la música y el arte en general le llamaban más fuerte. Dos años más tarde, fue a Tokio a tomar un taller con Tomato, la compañía de diseño de Underworld. Llegó como diseñador y volvió como músico. Ellos le dieron la confianza suficiente para dedicarse por completo a la música. Volvió a Chile para renunciar como director creativo y se dispuso a preparar sus primeros discos, Hermanos Brothers y Original Hamster, que son también dos facetas de las diversas que ha ido adquiriendo en más de una década de aventuras musicales, que lo han llevado a colaborar con Uwe Schmidt (Señor Coconut, Surtek Collective) y a involucrarse de manera muy activa con Cómeme, el sello de Matías Aguayo, y a crear su propio sello: Sanfuentes Records, donde practica la absoluta libertad creativa, ya con Los Ángeles como base de operaciones, y cuyo slogan, 110%, es también un programa de radio para Radio Cómeme con espíritu similar al de la línea editorial del sello.

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–Me fascina la iniciativa de Radio Cómeme; creo que estamos parados sobre algo que puede ser de largo alcance y un aporte muy entretenido y unificador. Aparte, me obliga a estar buscando música nueva constantemente y eso hace que mis sets también se beneficien.

Tanto sus sets como su propio sello se ha beneficiado de esa búsqueda constante. Además de haber editado deliciosos sencillos propios, como Lovebomb, Heatwave o Bodytalk de algo que él llama “machine funk”, Sanfuentes Records –sello que se dice orientado para quienes bailan, ríen, gritan, alucinan, se quitan las playeras, inventan nuevos pasos… y se ven lindos haciéndolo– comienza ya a editar música de otros artistas que ha descubierto con el oído y la curiosidad como guías. Los primeros, Los Mekanikos, dueto techno integrado por Max Jones y Eddie Mercury, dos personajes conocidos de la noche defeña. Sanfuentes supo de ellos por primera vez en un mix de Justin Robertson en el que había incluido "Sentimiento". Le escribió a Justin preguntándole sobre eso que había escuchado y recibió referencias de gente muy cercana a sus amigos en México. Pronto, Eddie estaba compartiéndole un montón de música hecha por ellos, y se dio cuenta de que había una historia y un sonido que de alguna manera resonaba con lo que le interesa lograr en el sello y, al mismo tiempo, unía muy bien la obra de gente como Daniel Maloso, Rebolledo y el nuevo sonido mexicano. Vio en ellos el balance exacto de techno, sencillez, fuerza, calidad, libertad y suciedad que estaba buscando.

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NOISEY: De alguna manera, a través de tus diversos proyectos individuales y en colaboración has mostrado tu versatilidad como productor… Pero he leído que hoy buscas sacar jugo a tu trabajo mediante un solo esfuerzo. ¿Por qué llegas a esa decisión? ¿Y qué tanto influye el contexto y las nuevas maneras de distribución y producción de la música?

Sanfuentes: Al igual que la mayoría de las personas, me gustan muchas cosas, muy distintas estilísticamente. Igual todas tienen un hilo conductor, al cual llamaría "autoridad". Es decir, todas tienen una voz clara de autor. Gente que sabe lo que hace, aunque lo haga intuitivamente. Como productor, cambio de estilos sin problema, porque genuinamente admiro a los artistas con los que trabajo, y sus estilos son más que nada un marco estético sugerido, que muchas veces los mismos artistas quieren superar. Matías Aguayo quería probar los límites de su voz y desafiarse, o no usar sintetizadores. Francisca Valenzuela busca vehículos musicales más poderosos para canciones del calibre de las suyas. Mi trabajo como Sanfuentes hoy busca ser inclusivo, no exclusivo. Creo que perfectamente uno puede hacer techno de calidad que se comunique con mucha gente.

Hoy, resulta sencillo tener una colaboración con algún productor del otro lado del planeta gracias a internet… Pero también parecieran tener periodos de “caducidad” más cortos los temas, o si no los temas, sí el hype que suelen tener. ¿Coincides con ello?

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No creo que la internet y sus beneficios tengan responsabilidad en la corta vida de algunas producciones. El balance ideal para mí es lograr lo que maestros como Lil' Louis, Virgo, Mr. Fingers, Larry Levan, Masters At Work y muchos otros han logrado: música muy bailable y perdurable.

¿De dónde proviene tu interés por el ritmo? ¿Crees que haya un “gen” latino que nos predisponga a ello? ¿O es una cuestión de formación?

Creo que es herencia cultural. Temprana exposición. Si desde muy niños hemos escuchado la radio, la calle, los clubes, este es el lenguaje que manejamos. Tenemos un vínculo emocional y físico con el ritmo.

¿Por qué decides crear tu propio sello? Me parece que en su origen hubo un comentario que no te gustó sobre un tema de Surtek Collective… ¿Buscabas libertad absoluta?

Bueno, ¡hacer un sello ya es muy entretenido y desafiante! Busco hacer un sello que suene exacto a lo que busco y que cuesta tanto encontrar en otros sellos. Mi intención es la misma que muchos otros dueños de sellos con los que he conversado: hacer lo que uno busca y no encuentra. Sanfuentes Records busca tener un sonido fuerte, elegante, sexy y misterioso.

En algún momento, Surtek Collective (tu colaboración con Uwe Schmidt) tuvo que ver con explorar la fusión de acid house con reggaetón. ¿Hoy en qué etapa se encuentra?

Hoy, Surtek Collective es un proyecto congelado, cada uno está en sus propios proyectos. En lo personal, hoy prefiero dedicar mi energía a una sola cosa, más que múltiples proyectos. Surtek tuvo un momento y creo que su lenguaje y estética fueron definitivamente innovadoras. Cosas que nos daban mucha risa, como el perreo electrónico y la vulgarización consciente de la electrónica, hoy están muy arraigadas en Latinoamérica. Pero, hoy, con un poco más de perspectiva, me doy cuenta de que la música electrónica nació ahí, y que sólo usamos los ritmos populares para ayudar a traerla de vuelta.

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¿Cuál es el lugar más retador en el que has tenido que tocar? Cuentan, por ejemplo, que hay públicos más difíciles de complacer. ¿Qué experiencias has tenido en ese sentido?

Muchas, pero en general recuerdo mejor las buenas. Las malas las analizo un poco para aprender de ellas, pero después ¡chao! Creo que lo que mencionaba anteriormente, sobre tener una actitud inclusiva, ayuda mucho al momento de presentarse. He visto públicos MUY poco receptivos terminar bailando en llamas temas que jamás hubieran bailado, todo gracias a un gran dj con mucha habilidad que supo llevarlos, entretenerlos y de pasada ampliar su lenguaje.

¿Cómo te sentiste en Ceremonia?

Me sentí muy bien, y el escenario creo que era el más interesante para mí. (¿Ven?) En mi set toqué muchas cosas mías, de Los Mekanikos, Mijo, Harvard Bass, Cómeme y similares. Lo mismo hice para mi set de Boiler Room:

México es un lugar muy importante para mí, me gusta mucho la relación que tienen con la música. Con cualquier estilo. Es más lo profundo de la relación.

Desde la calidad del pop clásico mexicano hasta la intensidad con la que se vive la fiesta en Rhodesia, pasando por lo familiar de un evento de música norteña.

Finalmente, ¿qué viene en la última tercera parte del año para Sanfuentes?

Vienen hartos shows y viajes, ¡y releases muy entretenidos! Míos y de otros artistas que creo que sorprenderán bastante. Yo, por lo menos, estoy muy contento y entusiasmado con lo que se viene. Las cosas toman la forma que quiero y los dejo muy invitados a conectarse conmigo.

@peach_melba