FYI.

This story is over 5 years old.

Música

Rompiendo las olas con Marineros

Marineros son la nueva promesa de la música chilena. Hablamos con estas chicas, apadrinadas por Javiera Mena sobre su disco debut, el existencialismo (sí: el existencialismo), y su compromiso con el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual de Chi

Esto es lo que dijo Javiera Mena, en una entrevista para la revista “Paula”, sobre el dúo Marineros: —Me gusta que en vivo recreen la sensación de estar tocando en el living de la casa […] y la emotividad que tienen y que logran con muy pocos elementos. La música de ellas y la mía son muy distintas: ellas son guitarra y caja de ritmos y yo soy una programadora computacional; ellas hacen un pop suave y yo voy por el dance. Pero creo que si en algo nos parecemos, es en el romanticismo—.

Publicidad

Marineros, Constanza Espina (28 años, voz) y Soledad Puentes (28, guitarra y programaciones) son —y esta vez en palabras del diario “El País” de España— «una banda promesa latinoamericana» y también «la apuesta más importante [en Chile] este 2014». Y eso que solo tienen dos sencillos —“Espero” y “Oh oh”— y una versión —“Me pierdo en ti”— de Mazzy Star. Tras leer todo lo publicado sobre ellas, las contacté para hablar acerca del disco debut que están preparando y también acerca de su participación en la "Marcha por la Diversidad" del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual.

Constanza y Soledad se conocieron en el primer Lollapalooza realizado en Chile. Como tenían amigos en común, durante el festival anduvieron juntas para todos lados por lo que al llegar a sus casas se agregaron a Facebook y a los días comenzaron a enviarse demos con las canciones que antes de conocerse habían grabado. Entre ellas, una maqueta de “Espero” que juntas terminaron y después enviaron a Javiera Mena.

Soledad lo recuerda así: —Constanza le envió la maqueta a Javiera con la idea de pedirle una carta de apoyo que íbamos a incluir en la postulación a un financiamiento para grabar nuestro disco debut—.

Javiera, en la entrevista para “Paula”, lo refirió de este modo: —Me emocioné mucho cuando la oí. Cuando me gusta mucho una canción, no paro de escucharla. Y me pasó justo eso, así que se la mandé a mi productor Cristián Heyne y la encontró excelente, así que les propusimos que se integraran a la Unión del Sur, que es la plataforma que levantamos para manejar mi carrera. Y así fue como las fichamos como nuestra primera banda—.

Publicidad

Desde entonces Javiera Mena se convirtió en la madrina de Marineros.

—Cristián Heyne se comunicó con nosotras para decirnos que le gustaba la maqueta y quería que nos reuniéramos —complementa Soledad—. Ese mismo día nos conocimos en su estudio. Después de escuchar otros demos que teníamos, nos dijo que quería involucrarse artísticamente con Marineros. Desde ese momento se nos aclaró mucho más el camino, nos sentimos más seguras de lo que estábamos haciendo y comenzamos a trabajar sin parar. Hasta el momento hemos editado dos sencillos, “Espero” y “Oh oh”, en un vinilo de 7”. En julio comenzaremos el proceso de producción y en agosto entraremos al estudio a comenzar la grabación de nuestro disco debut.

Y agrega: —El disco se ha ido dando como una historia: cada canción es una estación, un sentimiento o sensación derivados del amor, de la espera. Con “Espero”, por ejemplo, se inicia una travesía. Me refiero a que con el hecho de esperar algo, se desencadenan otras emociones. Hay una cierta euforia, un suponer tan intenso que no existen límites. Su contraparte directa vendría siendo “Oh oh”, que trata sobre el deseo y la melancolía propias de existir. Queremos enfocarnos en eso, en la vulnerabilidad de ser, en lo inesperado de lo que se anhela.

VICE: Han denominado su música como «Pop de amor y existencialismo». Marineros sería una banda que, de este modo, y si estuvieran vivos, escucharían y bailarían tipos como Kierkegaard y Sartre. ¿De ese existencialismo están hablando? Me gustaría que se explayaran de forma existencialista al respecto.

Publicidad

Constanza: Jajajá, sinceramente no me imagino a Sartre bailando “Espero”, pero tampoco me imaginaba a Cristián Heyne escuchando una canción nuestra a todo volumen en la radio de su auto… y pasó. Así es que, como todo, podría ser. El existencialismo al que nos referimos al hablar de nuestra música y letras se manifiesta en nuestro constante cuestionamiento, en lo embarazoso que nos resulta, a mí especialmente, ser y hacer como si nada, como si no estuviéramos dando vueltas en una esfera achatada en medio del infinito, perdidos en la eternidad. Tenemos la “suerte” de tener a Marineros y poder ocuparnos en ello y, por un momento al menos, olvidar lo fútil que resulta todo si lo pones en perspectiva. Sé desde dónde vienen nuestras inquietudes y es un lugar oscuro y luminoso a la vez. Es por esto que nuestro pop no puede ser pop a secas porque no es un pop como todos: el amor es el bálsamo de nuestras vidas; y el existencialismo es el motor de nuestros días.

La verdad es que no sé qué decir. Hablemos de sus videos. ¿Qué diablos pasa en los últimos minutos del video de “Espero”?

Soledad: El video de “Espero” es la búsqueda constante de encontrar una respuesta más allá de todo esto. Es el esfuerzo propio del ser humano de entender su rol y posición en este universo y querer saber todo lo que ignora. En el video lo representamos a través de nosotras, como protagonistas, tratando de hacer contacto por medio del símbolo que trazamos con nuestras motos en la tierra. Lo hacemos una y otra vez, como una rutina, hasta que algo pasa durante los últimos tres minutos: encontramos una respuesta que nos abre mil puertas más hacia la duda. Por eso no se revela nada, porque, ¿quién sabe?

Publicidad

En "Oh Oh", su nuevo video, tienen un fraseo en la onda de Jorge González. ¿Cuánto del disco "Corazones" de Los Prisioneros hay en Marineros.

Constanza: Mucho, aunque no lo hayamos tenido en mente de manera consciente a la hora de componer. Jorge González, Los Prisioneros, y ese disco en especial, están inevitablemente atados a nuestro proceso compositivo, pues forman parte de nuestro imaginario musical desde pequeñas. Yo me acuerdo de ir en el auto con mi papá y hermanos cantando a todo volumen las canciones de “Corazones”. Mi favorita era “Tren al sur”.

Soledad: “Corazones” ha sido uno de los discos más populares en la historia de la música chilena. En una época de eufemismos fue directo al grano: en Chile se estaba saliendo de la dictadura y fue una especie de válvula de escape para esa generación. Me refiero a poder volver a bailar, a salir de noche, a expresar el amor, pero también el odio. Justo el año en que salió éramos pequeñas y nuestros papás y tíos lo escuchaban mucho. Sonaba en todos lados.

Constanza: Hace poco fuimos con Javiera [Mena] a ver a Jorge González tocar el “Corazones” completito en el Teatro Municipal de Santiago. Y, a juzgar por sus bailes y como coreaba todas las canciones, además de que le haya hecho un cover a “Amiga mía”, me parece que ese disco también es parte de su imaginario musical. Y quizás a Gepe y a Alex Anwandter les pasa lo mismo. Puedo escucharlo en sus canciones.

Publicidad

Estuvieron tocando en la "Marcha por la Diversidad" del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual. ¿Piensan que el nuevo gobierno de la presidenta Michelle Bachelet posibilite cambios relacionados con las peticiones de los homosexuales?

Soledad: Me encantaría que pudiesen llevarse a cabo modificaciones en las leyes que rigen este país, muchas de ellas me parecen injustas: no solo las que hablan sobre derechos de los homosexuales, sino también las de nuestras diferentes etnias y de las personas más pobres. Sin embargo, paralelo a este proceso, es necesario que cada persona valore y explore su interior, se sienta en confianza consigo misma para poder soportar la hostilidad y no perderse ni sentirse solo. Lo importante es transmitir el respeto, la comprensión y el amor desde que uno nace. Y para eso tenemos que revertir las prioridades que se establecen en nuestro país. ¿De qué sirve que sea legal que dos personas de un mismo sexo puedan adoptar un hijo, si al besarse en un restaurante o pasear de la mano por la calle, van a ser discriminados por sus pares, o corren el riesgo de ser maltratados física o sicológicamente?

Al respecto. ¿Están de acuerdo ante un proyecto de ley que permita legalizar el matrimonio homosexual?

Constanza: Creo que el matrimonio en general es un contrato arcaico y posesivo, pero entiendo que es un símbolo y, por lo mismo, no debería ser exclusivo de las parejas heterosexuales. No me parece justo, como tampoco me parece justo no poder tener una planta de mariguana en mi casa y sí poder comprar una promoción de pisco con Coca-Cola en cualquier esquina de la ciudad. Son luchas absurdas, pero que en una sociedad absurda y que segrega, se han vuelto necesarias.

Soledad: El matrimonio en sí para mí no tiene mucho sentido. Encuentro que es legitimar un proceso civil o religioso —dependiendo del tipo de matrimonio— que fue inventado con principios e ideas machistas y conservadores hace ya muchísimos años, y con el interés de generar patriarcado y conservar la fortuna mediante una descendencia. Creo que las manera de demostrar el amor entre dos o más personas, ya sean heterosexuales, homosexuales, transexuales o bisexuales, debiese ser libre de este tipo de trámites que solo coartan y aprisionan uno de los sentimientos más puros del ser humano. Estoy de acuerdo con que los proyectos de ley y políticas públicas sean aptos para todos los miembros de esta sociedad, sin embargo, me parece absurdo querer ser parte de este tipo de unión llamada matrimonio.

¿Qué es lo que sigue para este año, además de la grabación de su disco, con Marineros?

Soledad: Esperamos seguir navegando en este vasto océano. Lo inmediato es componer, grabar nuestro disco y seguir tocando para mostrarlo y llegar a los corazones de quienes lo escuchen. Sería hermoso poder recorrer algunas partes del mundo. Digo algunas aunque quisiera que fueran todas —jajajá—.Creemos que es una combinación muy entretenida: tocar y viajar. Más allá de eso, solo podemos esperar lo que nos traiga la marea: enfrentarse a ella cuando sea densa y brava y dejarse llevar cuando sea calma.