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Música

PREMIERE: Vayan a dar un paseo por el universo con "Hondo Agujero", el nuevo video de Le Parody

Además platicamos con la española sobre el universo, viajes en hongos y buenas fiestas feministas.

La música de la española Sole Parody (mejor conocida bajo el seudónimo de Le Parody) cala en los huesos. Hay mucha intensidad en el pop oscuro que produce. Hace dos años reciclo sonidos de películas y los coló dentro de CÁSALA, su primer material en forma. El resultado fue un disco bastante bien producido que te trasmitía las ganas de hacer lo que te diera la gana. Si la música de Le Parody tiene algo es: irreverencia sutil, calmada y simplemente presente que te recuerda que también hay luchas pacíficas. Ahora la española está a punto de sacar Hondo, un nuevo disco el cual saldrá vía Ponk Records el próximo mes. Para acompañar su lanzamiento, el día de hoy Le Parody sacó un video para la canción “Hondo Agujero” que también es parte de este material. Intrigada por saber más, la contacté para preguntarle muchas cosas sobre su nuevo video y disco. Al final Sole terminó contándome sobre el universo, un viaje en hongos y las muy buenas fiesta que arman las feministas.

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NOISEY: En el soundtrack 'CÁSALA' había un elemento sorpresa en las canciones que provenían de samples de película, algo increíble. Ahora con 'Hondo', tu próximo disco ¿qué es lo que nos espera?
Le Parody: En había samples de películas, y de ahí lo del falso “soundtrack” en el subtítulo del disco, pero también había samples de otras canciones entre las melodías. El bajo de "LOVE ME (la necesidad)" pertenece a la canción de "Stand By Me", en "YOUR BODIES (tu barco)" hay un trozo de una de LCD Soundsystem. Con Hondo decidí seguir explorando por esa vía y está hecho prácticamente por entero de samples de otros temas. Soy muy fanática de la filosofía del reciclaje. Fue un trabajo muy complicado porque decidí usar los loops tal como los encontraba, sin modificarles tempo o pitch. Quizás es algo que sólo van a notar otros músicos. Cuando liberamos "Saetas En El Aire", el primer sencillo de Hondo, a mucha gente le pareció que simplemente estaba más orquestado que las canciones anteriores, pero para mí este método ha supuesto un cambio radical en la forma de componer y creo que eso sí se nota. Los temas son más hipnóticos, eso se debe a que están todos construidos sobre loops. Las frases casi lapidarias que aparecían en CÁSALA han desaparecido. De pronto me interesaban más los silencios que las palabras, empecé a recortar silencios de películas y vi que nunca eran realmente silencios. El silencio está siempre llenísimo de gestos: suspiros, chasquidos, respiraciones, pasos. Me emocionan de una forma especial los temas que llevan fragmentos y ecos del mundo concreto, se da mucho en el ambient y en cierta electrónica, como la de Burial. Y lo que me emociona como oyente lo intento usar en la música que hago.

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Tienes un teaser para 'Hondo' en donde se te ve a ti en una casa de campo rodeada de instrumentos y tranquilidad. ¿Realmente así fue tu proceso creativo?, ¿puedes contarnos más sobre cómo surgieron las letras y melodías de este nuevo material?
Sí, fue así, suena a cliché pero eso hice. Estaba viviendo en Madrid y atravesaba un momento delicado, la vida aquí va muy veloz y a veces se hace dura. Necesitaba parar, pensar, cambiar muchas cosas. Así que me fui al campo. Después de años en Madrid de continua fiesta y rodeada de gente todo el rato, en el campo pasaba muchos días seguidos sin ver a nadie ni hablar con nadie, y apenas tenía conexión a internet. Creo que para afrontar bien una experiencia tan drástica de aislamiento hay que tener alguna tarea poderosa para hacer, algo que te motive mucho. Yo puse todo mi empeño en hacer canciones. Quizás entonces no era tan consciente pero hacer este disco fue terapéutico. Me hice un estudio y pasaba allí doce horas al día reproduciendo loops, era como meditar con mantras musicales. De esos loops iban saliendo ideas de melodías, y de las melodías salían las letras. Quería hablar más claro en este disco, usar menos metáforas, ser más explícita políticamente. Y gritar más, usar la voz más plásticamente. Así que con todos esos elementos fue surgiendo hondo.

Sabemos que estás obsesionada con Bollywood y Marruecos, ¿habrá sonidos relacionados con esto dentro de 'Hondo'?
¡Sí! Estuve sampleando discos de Bollywood que compré una vez en un mercadillo en París. No es un género de música que escuche mucho, pero me encantan los sonidos, y sobre todo me fascina lo que representa Bollywood: una supuesta “imitación barata” de Hollywood, el gran mercado del cine, pero que al final resulta en algo tan único y genuino que constituye un género por sí mismo. Creo que a mí me pasa eso con la música, me pongo a imitar cosas y al final el resultado es algo extraño, muy distinto de lo que pretendía ser.

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Sobre Marruecos, durante este año que pasé en el campo, al sur de España, de donde soy, me di cuenta de que esa parte del país se conecta mucho más con Marruecos que con, por ejemplo, Inglaterra. Culturalmente somos mucho más África que Europa. Es algo a lo que le damos la espalda, pero ahí está, es una raíz innegable y creo que ya va siendo hora de reivindicarla. Envidio mucho toda esta corriente de electrónica mezclada con folclores autóctonos que se está dando en Latinoamérica, aquí hemos estado un par de años bailando mucha electrocumbia y otros ritmos neo-folk que nos llegan desde allí. En cambio los propios folclores de España se usan poco en la música actual. El flamenco, la jota, las coplas. Nos desconectaron mucho de eso durante el franquismo, y hay mucho prejuicio contra todo lo que se sale de la influencia anglosajona. A ver si cambia, las modas vienen y van según el viento que sople, y creo que está soplando viento muy del sur. Estas a punto de estrenar tu video para "Hondo Agujero". En el cortometraje el agua y el universo se mezclan dentro de un mismo espacio, ¿de dónde surgió la idea de mezclar estas dos cosas?
Begoña Olavarrieta, la artista que ha hecho el video, vino a verme al campo, en Jaén, donde estaba viviendo. Grabamos unas imágenes dentro de una piscina y de pronto nos pareció que eran fotogramas como de un paseo por la luna. Una de las cosas que más me gustaba hacer allí, cuando no estaba componiendo, era salir por la noche a mirar las estrellas. Es algo que no para de impresionarme, lo de estar en el universo y verlo. En la ciudad, elementos como el cielo, la tierra y el agua quedan muchas veces reducidos a símbolos vacíos, pero en el campo son fuerzas muy reales. En un viaje de hongos alúcinógenos que tuve mientras estaba allí me convertí en montaña y miré durante horas como se iba haciendo de noche y empezaban a salir estrellas. Fue una experiencia muy fuerte, no pensaba en nada, sólo sentía la mole de tierra debajo y el universo arriba durante horas y horas. Todo eso se lo conté a Begoña y ella compuso este vídeo tan onírico de paseo espacial entre montañas a través del agua, que a parte casa muy bien con la historia de viaje liberador de la que habla la canción.

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¿Cuál es el agujero más hondo en el que has estado?
​El agujero de la depresión, que se lo come todo, te deja seca de energía y de ganas de vivir. He pasado mucho tiempo viviendo sin disfrutar de lo que hacía ni de lo que me pasaba, sin entender el mundo ni entenderme, porque no me conocía. Y este fue de hecho el gran agujero del que empecé a salir con el proceso de hacer este disco.

En muchas ocasiones han confundido o relacionado tu música con el pop. Nosotros sabemos que justo el pop es algo que no te gusta, ¿Por qué odias tanto el pop? y ¿qué sientes cuando la gente relaciona tu música con este genero?
¡Ay no! Yo no odio el pop. ¿Dije eso alguna vez? Puede ser… Pero a mí me gusta mucho la música popular, las canciones fáciles que cualquiera puede apropiarse y tararearlas. Eso pasa con los folclores, y con algunos temas del pop de masas, del pop-popular, digamos. Lo que no me gustaba nada era el pop-producto, las canciones que se componen como con fórmulas, estrofa-estribillo-estrofa-estribillo, tres o cuatro palabras clave, una voz afectada, mucho dinero en promo, agitar todo en coctelera y listo. Sobre todo cuando eso se presenta dentro de la música supuestamente independiente. De todas formas lo que a veces surge como un producto se hace popular, otras, lo popular se convierte en producto. Realmente no sé, las fronteras son difusas aquí, ya no juzgo tanto. Al principio me preocupaba cómo se etiquetaba mi música, la etiqueta es el prejuicio, es lo que lees antes de saber qué vas a escuchar. Pero ahora eso es algo en lo que ni siquiera pienso. Entiendo que quien ama la música de verdad no se para a leer el prospecto antes.

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Ya has hablado anteriormente en otras entrevista sobre lo difícil que es la situación actual en la música, ¿realmente crees que todo está perdido?, ¿qué va a pasar contigo si eso pasa?
Yo no sé bien cómo está la cosa en otras partes del mundo, pero por Europa todo entró hace años en una decadencia que creo que no va a parar. Es un regreso a la Edad Media, con la censura, el empobrecimiento forzado de la población, la opresión a los sectores más débiles. Todo eso hace que sea difícil y costoso, sobre todo para la gente que no hacemos nada “productivo” para el capitalismo. Pero la época trae también las cosas buenas de las edades medias: cuando todo es un caos, hay muchas grietas por las que colarse, muchos fallos en el sistema que se pueden aprovechar. Yo tengo otras cosas a parte de la música con las que me puedo ganar la vida, tengo un cuerpo sano para trabajar en el campo, estudié cosas que puedo enseñar, y tengo una red de amigos y familia que sé que no dejarían que pasara hambre. Cuando me di cuenta de esto me empecé a despreocupar por el tema de la música. Yo no quiero grandes triunfos, ni siquiera prosperidad. Sólo quiero tener tiempo para seguir explorando sonidos y maneras de hacer canciones, y seguir tocando en directo para quien quiera escucharlas.

La mayoría de tu música la haces con un instrumentos que caben dentro de una maleta de mano: ukulele, un sampler, una trompeta y un carrillón. ¿Hay nuevos sonidos en este material?
El disco nuevo lo condicionó mucho el directo. Es verdad que en el estudio puedes concederte licencias que luego no uses en el escenario y hay bandas que graban discos absolutamente distintos a lo que luego son sus conciertos. Esto no me parece mal, y de hecho ocurrió un poco con CÁSALA, pero quería pensar en un disco para ser tocado mucho en vivo. A lo largo de todas las giras que hicimos en estos años me di cuenta de varias cosas, que yo estaba muy atada en el escenario con tantos cacharros, el uke, los pedales, el sampler, y también que el carrillón siempre traía problemas, es un instrumento muy acústico entre tanta electrónica. Así que decidí suprimir el carrillón, y usar menos el ukelele para concentrarme en la parte electrónica y en mi voz, y poder bailar más en los conciertos. Todos los nuevos sonidos están ahí, dentro de mis dos cacharritos, que siguen cabiendo en la maleta: el sampler y el multiefectos de voz.

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¿Utilizar estos instrumentos tienen que ver con espíritu viajero?
Sí, mucho. Quería desde el principio que fuera un proyecto muy móvil, muy fácil de transportar. Aunque ahora ocurre que ampliamos un poco la banda, tocamos un bajista (Guille), un trompetista (Frank), y yo. Y tengo que enfrentarme al conflicto entre querer tocar con banda, porque así es como suenan mejor las canciones, y el hecho de que los promotores prefieran contratar el set en solitario, porque claro, es más barato que vaya yo con mi maleta que llevar a tres personas. El dinero antes condicionaba la música que se podía grabar, y ahora que grabar es barato parece que condiciona la que se puede hacer en directo.

Sabemos que estás involucrada con la lucha feminista, ¿desde cuándo? ¿Por qué? ¿Qué fue lo que despertó en ti las ganas de luchar esta batalla?
No sé bien desde cuando soy feminista, pero sí recuerdo el momento en que le puse nombre a lo que sentía. En 2008 se organizaba un Ladyfest en Madrid (un festival autogestionado de cultura feminista). Yo no sabía muy bien de qué iba todo aquello, pero toqué en una de las fiestas con una banda que hicimos unas amigas y yo para la ocasión, Pene Wanna Have (Not). Recuerdo esa fiesta como una de las más bonitas que viví entonces. La gente bailaba y se besaba, y la gente era gente sin más, no había chicos y chicas, ni conocidos y desconocidos, se respiraba una libertad muy grande. Recuerdo que pensé, ojalá todas las fiestas fueran así. Y luego fui descubriendo que las fiestas que eran así eran siempre feministas. Quizás suene frívolo adherirse a una causa por sus fiestas, pero para mí son una parte fundamental de la vida. El sistema en el que vivimos, el del patriarcado y el binarismo de géneros asignados, genera la mayor parte de nuestros malestares, y no sólo los de las mujeres. Los sistemas hay que entenderlos para desmontarlos, para mí el feminismo queer explica esto a la perfección, me parece una herramienta muy útil.

¿Qué crees que es lo que necesita una mujer dentro de la situación actual para empoderarse?
Una sisterhood, una comunidad sólida de otras mujeres guerreras. Y hacer lo que te la gana. Pero hacerlo mucho, con mucha intensidad.

Tus canciones siempre tienen un final abierto; es como si buscaras que el que las escucha las completara. ¿Es esa es realmente tu intención?
Pues no había pensado en esto. ¡Es verdad! Se quedan como esperando a que alguien les ponga un final. No lo había pensado así conscientemente pero tiene mucho sentido porque en el fondo creo que hago música para eso, para comunicar, para decir y que alguien responda completando lo que digo con su escucha.

El nuevo álbum de Le Parody estará disponible el 2 de octubre a través de Ponk Records en iTunes, Spotify y Deezer.