Forjar, prender, rolar: 10 grandes canciones mexicanas hechas para fumar

Foto del usuario de Flickr MattysFlicks.

Nunca es mal momento para quemarse la uña. Si necesitas prenderte o estar tranquilo, meditar o ponerte a echar fiesta, una bacha probablemente te eche la mano en lo que tengas que hacer. Va a pasar un rato antes de que legalicen la mota en México. Por lo menos unos años más, en lo que más ciudadanos se avientan hacer todo el proceso de amparo por el que pelearon los vatos de SMART. Más todo el tiempo que tarde la Suprema Corte de Justicia de la Nación en dictar sentencia de esos juicios y luego publicar que, todas estás personas (incluyendo a los cuatro ciudadanos actualmente amparados) tienen permitido consumir mariguana, simple y sencillamente para pasarla bien. Y luego viene lo bueno: un proceso de reformas en la ley y una nueva reglamentación y… bueno, entienden, todavía falta un buen rato.

Pero independientemente del tiempo, lo importante aquí es que el 4 de noviembre del 2015 se dio un paso monumental hacia la tolerancia (por lo menos legal) del consumo y compra de esta sustancia. Un pasito pequeño que podría luego convertirse en algo increíble, como la legalización de la mariguana en Uruguay o en algunos estados de Estados Unidos. Debido a todo lo anterior, he invadido este espacio para celebrar. Y, como ustedes bien lo saben, toda celebración viene acompañada de buena música. Es por eso que voy a dejar aquí abajo una lista de canciones mexicanas que hablan sobre forjar, prender y rolar marihuana. Pongan el puño arriba, fritos, y disfruten mientras se prenden uno.

"Prepárame un porro para bailar, prepárame un porro para gozar". ¿Hay mejor forma de pedir un fume? Los Sonors son una banda de cumbia de los 60 que hay quien dice se referían al porro, un subgénero de la cumbia colombiana, pero a nosotros no nos engañan: esta es una canción para ponerte hasta las manitas y pasártela bien en la fiesta.

Después de pedir el toque, lo que sigue es gozar. Para eso sirve esto que hizo Celso Piña, saca la cubeta de la cocina, ponte a rumbear y ríe hasta morir.

Todos sufrimos, todos lloramos, todos peleamos, todos somos maltratados. Y en resumen, todos somos unos ogros. La vida es difícil, hermano. De eso no hay duda. Pero aliviánate: para esas situaciones, sabes que siempre puedes confiar en ese “toque mágico” para alivianarte la vida y olvidarte de tus problemas.

Si después de escuchar esta canción no se te antoja fumar, o al menos oler a tu alrededor un poco de hierba fresca, es que a la mejor hay algo malo contigo. (O a la mejor no. No se pongan santurrientos y políticamente correctos.) Si la marihuana fuera legal, esta canción de C-Kan probablemente sería el soundtrack de todos los anuncios.

Otra canción para fumar entre compas, y para que te atices antes, durante y después de la fiesta. El límite es la pálida, y en dado caso la culpa recae en la presión social que provoca esta canción.

Trap para esos momentos de la madrugada en los que tu juicio ya es dudoso, y que también podría servir como una canción para promocionar Poffets o Act II.

Si la lucha sigue y en algunos años cientos de personas salen con un porro en la mano a marchar a favor de la legalización de la marihuana en nuestro país, el himno va a ser este. Imaginen a todos cantando en coro "El Ambiente Huele a Mota". Ya lo soñé. Espero estar viva. Va a ser un momento épico.

Ese discurso barato que recitan los pachecos infinitamente, el cual explica por qué la mariguana es una cosa natural y tú eres medio hippie y por eso sabes que no afecta y bla, bla, bla.. va bien con esta rola. La próxima vez que alguien con autoridad te cache, aviéntale estas rimas. Son mucho mejor que esa explicación gastada sobre las propiedades de la planta. Igual así entienden por qué en vez de Rivotril te estas dando mariguana.

Brujería nunca ha hecho una canción tan bailable y pegajosa como esta, y probablemente nunca lo repetirá. Cuando no sepas qué poner en una peda, esta siempre funciona para poner a la gente a bailar (y fumar).

La pálida es de la verga. El mundo te da vueltas, tus funciones cerebrales se desconectan, la boca se te seca y te ves como un tarado color amarillo que dice puras incoherencias. Cuando eso pasa, lo que se necesita es un aliviane pacheco que baje lo acelerado que está el corazón y te lleve viaje lo suficiente como para no pensar en otra cosa. En pocas palabras, esto.