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Música

Mi Soundtrack Favorito: 'Lost Highway'

David Lynch es un director particularmente musical, y Lost Highway es tan efectiva en su uso de la obra de otros y de su propio diseño de sonido que se hizo una referencia para la cultura post-MTV.

Fred Madison, un saxofonista de free jazz, está acomodándose una noche de descanso en su extraña mansión de Los Ángeles. Está vestido en una elegante pijama de seda. De pronto, una voz femenina se materializa en el interfon le dice: "Dick Laurent está muerto". Estas palabras nunca han de explicarse, y han de permanecer en nuestra mente por los siglos de los siglos.

Bienvenidos a las paradojas cósmicas y el derretimiento cerebral que es el último periodo en el cine de David Lynch.

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Vi Lost Highway por primera vez en la escuela. La puso un profesor que era fanático de Jane Austen y la introdujo como una cinta de Möbius cinematográfica que se revolvía en sí misma y no tenía fin. Esto sonaba bien, pero sin duda no me preparaba para una de las experiencias más aterradoras, extraordinarias, extrañas e inauditas que yo habría de experimentar en toda mi vida… Es decir: Lost Highway.

Lo primero que me impactó fue la música. Lynch es un maestro del diseño de sonido; no es por nada que cuando sacó Mullholland Drive, la película venía acompañada con la instrucción en los cines de que el sonido debía de ser el más alto posible. De igual forma, el que estaba proyectando la película para nosotros sabía lo que hacía, porque el sonido resultó ser espeluznante.

La película empieza con una secuencia introductoria con la que soñarían Saul Bass, David Fincher y cualquier persona que ha dirigido una cinta de James Bond. Sienta la atmósfera de la película, con imágenes oscuras de una carretera de noche que están acompañadas de una obra maestra del industrial gótico a manos ni más ni menos que de David Bowie. "I'm Deranged" es una pieza que sorprende a más de unos, pero resulta ser una de las mejores canciones que ha compuesto en las últimas décadas, una melancolía a la Scott Walker que se agradece a lo largo de toda la película.

El siguiente hito musical de la película - el cover de This Mortal Coil a la canción de Tim Buckley "Song to the Siren" - pasó 101 semanas como un sencillo de siete pulgadas en las listas de popularidad. Sí, la adorable lista de popularidad de Indie en Inglaterra, pero lo suficiente como para que Lynch se convirtera en un fan y escribiera dos discos con la cantante de Twin Peaks Julee Cruise y pidiera permiso a 4AD para usarla en su película. Es sexy, misteriosa, y en Lost Highway acompaña varias imágenes de pesadilla.

El resto del soundtrack tiene una vibra bien fundamentada de industrial noventero y nu-metal bien alineado. En otros contextos podría resulta medianamente desagradable, pero bajo la lupa y la firma de Lynch todo adquiere una nueva relevancia; además, es un perfecto espejo del momento generacional que se cruzaba cuando salió la película - el amor por las guitarras representado en Nine Inch Nails y los Smashing Pumpkins, la tensión pre-milenaria del rock bajo el disfraz del dolor adolescente y el influjo del industrial underground de los ochenta. De alguna manera, esta sincronía dispar y extraña de música y emociones entre adolescentes y profundas daría pie a las nuevas expresiones del nuevo milenio, mismas que Lynch ayudó sin duda a formar con su cine.

Y todo se remata cuando aparece en escena Rammstein, a quienes Lynch no teme (hay que recordar que Lynch es el gran troll de nuestro tiempo) en señalar como su grupo favorito en todo el mundo. Aparecen en un momento en el que hay una fiesta-orgía con la cream y nata de la industria pornográfica de Los Ángeles, creando una atmósfera inverosímil si recuerdas al grupo alemán como el que le gustaba a los niños tarados de tu secundaria. "Ramm.. stein… ramm.. stein". Cuando escuchaba eso en algún lado me daban ganas de encerrarme en mis libros de matemáticas y no hablarle a nadie por horas.

David Lynch es un director particularmente musical, y Lost Highway es tan efectiva en su uso de la obra de otros y de su propio diseño de sonido que se hizo una referencia para la cultura post-MTV. Es una enorme película, con un soundtrack medio teto pero increíble.