FYI.

This story is over 5 years old.

Música

Los mil y un seudónimos de Omar Alejandro

Conoce al prolífico productor de Guadalajara que a través de múltiples aliases se encuentra haciendo alguna de la música experimental más emocionante en México.

Hoy en día, como productor, es difícil quedarte quieto dentro de un sólo género y la experimentación es indispensable si lo que uno está buscando son ciertos sonidos y ritmos que expresen perfectamente tus emociones e ideas tal como las tenías en mente. Recordemos que “experimentar” conlleva adentrarte en terrenos inexplorados y realizar combinaciones disparatadas en cuanto a formas, texturas y procesos que tal vez nunca se hubieran encontrado antes; romper con la fórmula, pues. Y, claro, así como este camino te puede llevar en direcciones sublimes, también existen los experimentos fallidos; la típica historia de que para inventar el foco incandescente existieron antes miles de prototipos que literal nunca vieron la luz.

Publicidad

Es justo esto lo que intenta Omar Alejandro, un productor multifacético de Guadalajara que no se conforma con uno o dos proyectos, sino que crea seudónimos a su antojo: desde drone-metal político, pasando por net-hop du’ jour, hasta llegar folk-pop ambiental… y lo que le sigue.

Recientemente tuve una conversación con él via Internet (¿por dónde más?) en donde platicamos sobre crear en un ambiente aislado como síntoma contemporáneo de muchos productores, la razón de sus variados seudónimos, y la necesidad igualitaria de producir una rola sobre la morra que te gusta y otra que toque el tema de la situación nacional actual.

NOISEY: ¿A qué edad empezaste a hacer música y qué te llevó a tomar este camino?
Omar Alejandro: Empecé a hacer música cuando tenia 15 o 16 años, era un hobbie muy divertido. Creo que todo empezó por ser un chico muy solitario; me la pasaba en casa escuchando, leyendo y aprendiendo sobre la música que me gustaba. Supongo que en algún momento pensé que podría hacerlo, aún cuando no tuviera idea de cómo. Cuando tenía 17 me lo tomé en serio; mandé algunos demos y toqué muchas puertas, pero a nadie le parecía interesar, así que decidí abrir mi propia netlabel: le puse Ala Jazz Records. El sello estuvo activo desde 2006 hasta 2008; conocí a muchas personas y aprendí mucho. Inicié Goat Folk en 2009 para editar un compilado que armé de mi material. Después de eso dejé de hacer música.

Publicidad

¿Con qué track definirías la época de cuando empezaste a hacer música?

Cuando empecé sólo hacía collages sonoros que yo llamaba "música electrónica". En 2005 hice una canción con el título kilométrico de "The Brothers of the Who and the Wanted Maked the Music for the People, People That Shouldn't Be Bere to Listen to the World's Music Not Only Here Just in My Mind". Era una clase de techno extraño. Le puse nombre en inglés porque se suponía que el proyecto, Hertzio Brothers, eran 2 americanos varados en México por un supuesto problema político.

¿Siempre utilizas estos escenarios ficticios para tus proyectos?

Cuando empiezo un proyecto me gusta definir limitaciones: conceptuales, sonoras y de producción según mi interés en turno. Me gusta inventar gente, situaciones y me parece divertido crear un pequeño mundo alrededor del trabajo que edito; al menos para mí lo hace más interesante, y estoy consciente de que eso mismo puede parecerle a los demás muy inconstante. He tenido muchos proyectos con los años, inclusive muchos vale la pena olvidarlos, pero los que han tenido más peso y que he mantenido constancia y disciplina son sin duda Françoiz Coballa, Omar Alejandro, Mozcorra y ahora R á b a n o.

Y ya hablando de tus seudónimos: ¿Me podrías decir la lista completa bajo los cuales has creado a través de los años?

Omar Alejandro, Françoiz Coballa, R á b a n o, Mozcorra, Mattise Rosa, Mekedo Airono, Mapumblugh, Berzus, Hertzio Brothers, Abiogenesis, Archigram Acid, Ando Momofuko's Soup, Partido Revolucionario Institucional, Justino Jimenez, Purple Goat, The Cazals Tapes, James Bloke, Oink! Oink!, Ahzltreig Grtoskitiski Klazhailkovsky, Kirk Johnson, Danny Coqueto y sus Secuaces, DISJUSTICE, Salchipulpos, '88, The Cazals Tapes, Aldus Manutius, Miedo y Asco en Tlaxcala.

Publicidad

Me late un buen la rola de “Sad Boys y Qué”, principalmente porque hace referencia a la reciente oleada digital de “Sad _____ y qué?”, algo muy de la actual época post-Internet, o lo que sea. ¿De dónde salió la inspiración?

En “Sad Boys y Qué?” simplemente quería utilizar un lenguaje con el que me pudiera identificar. Paso todo el día conectado a la internet: mi vida la rigen los emojis. Acababa de terminar un disco muy pesado y personal, el cual considero que es lo más importante que he logrado, y estaba cansado de hacer música sombría y críptica para expresar lo que sentía. Quería hacer algo muy directo que fuera divertido; nunca había rapeado; nunca había hecho una canción con un coro.

Me parece más interesante aún cuando la contrastas con tu otro proyecto de drone-político: Partido Revolucionario Institucional. ¿Cuáles son los paralelos entre ambos proyectos y qué los une?

Creo que toda la música que hago son reflejos muy grandes, ya sea de mis sentimientos, mis ideales o mis intereses. “Sentimientos de la Nación” es algo muy abrasivo y, de alguna manera, político, pero no deja de ser mi opinión y mis sentir sobre las cosas que pasan a mi alrededor. No puedo ignorar la situación social y política actual de mi país, como tampoco puedo ignorar a la chava que me gusta o que no tengo dinero para pagar la renta: todas esas cosas terminan escurriéndose por mi trabajo. Aún cuando sean muy diferentes, todos los proyectos salen del mismo lugar e inspiración.

Publicidad

Percibo una aproximación muy aislada, como comentabas al principio de la entrevista, al proceso de hacer música; creo que es un síntoma contemporáneo que vivimos muchos productores. ¿Qué opinas de esto?

Cuando regresé a hacer música el año pasado vi que muchos de los que estamos creando lo hacemos de manera aislada (o al menos así comenzamos) porque es la única manera que hemos encontrado para comunicarnos con los demás. Como dices: es un síntoma contemporáneo. Me parece triste, pero al mismo tiempo si no existiera seguramente no estaríamos vivos.

Mencionaste que Françoiz Coballa es uno de tus proyectos “en serio”. Platícame un poco de dónde sale y qué lo hace más importante a los demás, por decirlo de alguna manera.

Françoiz Coballa es el proyecto mas grande que tengo, o al menos al que más peso le he dado. Hace poco terminé el primer largo; me tomó cinco años poder hacerlo. Es un disco conceptual sobre el suicido; es muy obscuro y lento. El proyecto empezó como algún tipo de blues y termino convirtiéndose en algo más cercano a Have A Nice Life o Angels Of Light. Estoy en pláticas para editarlo bajo el sello OTONO, mas aún no tiene fecha de salida. He dudado mucho en sacarlo, porque siento que es como si me sacara las entrañas para que todos puedan verlo, pero con el tiempo me he sentido muy orgulloso del mismo.

Y ya hablando de otros productores que te inspiran y motivan a seguir, ya sean de tu ciudad o país, ¿a quiénes nombrarías?

Me inspira y motiva mucho Un Rêve; su música es un shock emocional para mí. Admiro mucho a Fonobisa; todo lo que hace Carlos Pesina; el esfuerzo que Kryone y su sello PIRAM.D hacen; Israel Martínez; AMP Recs e Infra Ediciones; Hexorcismos; Siete Catorce; Daniel Castrejón con su sello Umor Rex; la gente de Jet Mobil. Mi banda favorita del país es lapatentependiente, son los mejores…

Omar Alejandro; AKA R á b a n o AKA Françoiz Coballa AKA Partido Revolucionario Institucional AKA Hertzio Brothers AKA….nos hizo una compilación exclusiva para Noisey de su trabajo c. 2005 - 2015.

Date un trip en el ecléctico imaginario de este Sad Boy aquí abajo y síguele la pista via Bandcamp y Twitter