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Música

Lo mejor y lo peor del Primavera Sound 2014

Si ya saben cómo me pongo pa qué me invitan.

Los lunes después de un festival siempre son iguales: estás en la oficina sufriendo, sin querer ver a nadie a la cara y mucho menos interactuar. Lo único que quieres es que den las 18h para irte a casa a ver Game of Thrones. Después de unas cuantas horas vegetando delante de la compu, hemos conseguido abrir el email y comentar lo mejor y lo peor del festival

El Último Vecino en el Ray-Ban Unplugged

Estos tipos tocaron el jueves por la noche en la carpa Ray-Ban y puta, nunca antes habíamos visto a Gerard tan borracho. La sobriedad habitual se convirtió en un despiporre y el tipo se transformó en un auténtico frontman. Hay cosas que solamente se consiguen con el alcohol y ser una estrella es una de ellas.

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Por fin vimos a Slint

Este Primavera había un objetivo muy claro: ver a Slint en primera fila. Nos comportamos como auténticos fans y fuimos al escenario una hora antes de que empezaran para estar delante de todo. El sitio ya estaba ocupado por varios fanáticos más locos que nostros, así que tuvimos que contentarnos con estar en segunda fila. Llevamos la portada del LP del Spiderland para que lo firmaran Pajo y compañía, pero en algún momento del concierto maduramos y abortamos el plan. Ya podemos tachar en la libreta de “cosas que hacer antes de morir” lo de “ver a Slint en directo”. Ahora ya podemos dedicar todos los esfuerzos a intentar “beber cerveza utilizando una jarra hecha de Parmigiano-Reggiano”.

Arcade Fire toca demasiado tiempo

Días antes de que empezara el PS14 nos pusimos el Funeral y pensamos “carajo, esta mierda no está tan mal”. Pese a odiar los macroconciertos decidimos darles una oportunidad y catar su directo. En el fondo queríamos ver en vivo ese tema que antaño nos ponía los pelos de punta, el “Rebellion (Lies)”, y recordar esa época de nuestra vida en que éramos realmente felices. Somos unos románticos, qué le vamos a hacer. Cuando nos enteramos de que normalmente tocan esta canción al final de sus conciertos de dos horas decidimos desistir y largarnos a comer algo.

Lo único que falló de Buzzcocks fue no poder abrazar a Pete Shelley

La verdad es que emputa bastante que pusieran a los Buzzcocks a tocar en concierto de esos exclusivos a los que muy poca gente tuvo acceso porque los ¾ de los asistentes sólo se activaron con la maldita “Ever Fallen in Love”. Y aunque este comentario es de persona repelente y que va de lista, nos gustaría dejar claro que 1) Buzzcocks es más o menos nuestro grupo favorito del mundo y 2) Pete Shelley es el mejor músico que salió del Reino Unido en los años setenta. Y bueno, que el concierto fue una chingonería.

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Wolf Eyes en el Ray-Ban Unplugged

Casi lloramos de la vergüenza ajena viendo a Television

Otro de los pocos conciertos por el que hicimos el esfuerzo de llegar quince minutos antes de que empezara, y creo que también fue en el que más rápido nos fuimos de lo mal que sonaron. Tom Verlain, retírate.

Los discos de La Sera son una mierda, pero son chingones en vivo

Pues eso.

Loop fue un grupo de 'casuals' infiltrado en el Primavera.

Por un momento parecían Motörhead y al rato The Jesus & Mary Chain. Pero lo que nos quedó muy clarito es que los Loop son un grupo de hinchas de un equipo de fútbol de Londres, preparados para romper madres en la grada. Son como los primos violentos de Paul Weller. O los tíos rasposos de Liam Gallagher. Seguro que con unas chelas de más son capaces de romperle los dientes con un tarro a Frank Beggie de Trainspotting. Su ruido-bruto es la banda sonora perfecta de una pelea entre hinchadas.

Dr. John & The Nite Trippers: right place, right time…

Vimos cómo le tuvieron que ayudar para bajarse del carrito de golf ese que transporta a los artistas de la zona VIP a los escenarios. Tiene 73 años, anda (poco) apoyado en un bastón, pero no tiene pinta de abuelo. Es una leyenda y se sienta al piano con una calavera delante. En un momento de la actuación hizo un ritual mágico, algo que parecía cosa de indios de Nueva Orleans, y se nos caía la baba. Seguramente hizo el conjuro de la felicidad. Ya no se nos borró la sonrisa de la boca, ni la cara de aleados, escuchando su batidora de soul, jazz, blues y rock. Que el diablo y su poder conserve muchos años a Dr.John.

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Slowdive hace shoegaze sin flequillos.

Chamarra de mezclilla, barbas de vaquero (para nada hipsters) y mirada de boxeador tronado. Esa es la pinta que tiene ahora Neil Halstead. Y está increíble. Los Slowdive ya no se quedan viendo sus tenis nada más, mientras el pelo les cubre la cara, pero siguen siendo magia. Cuando empezaron, el celular echaba humo con fotos del concierto. Si te perdías a Slowdive era como si no hubieras pasado por el festival. Y lo sabes. No es un grupo en directo para recién llegados —algún bostezo se pudo ver— pero los fans saben que esta reunión es historia. Aprende, Frank Black.

Boiler Room era en realidad una puerta espacio-temporal

¿Pero por qué hasta ahora a nadie se le había ocurrido montar algo así en el Primavera Sound? Era como la puerta trasera del festival que daba a otro festival completamente diferente. La verdad es que es posible que no la hubiéramos pisado si unos amigos no nos hubieran llevado, pero al traspasar sus puertas enmarcadas en luz fluorescente estilo Enterprise y sentir como toda aquella música entraba en nosotros, nos abandonamos al amor y le mandamos un mensaje demasiado cariñoso al dealer, que seguro nos perseguirá durante años.

Nos hemos acostumbrado a un Primavera gigante

El festival ha ido creciendo año tras año en extensión y en número de grupos. Pero el pedo por los empalmes de bandas ya no es lo que era: se ha convertido en un ruido de fondo, al igual que el olor a cloaca que a veces asalta tu olfato mientras paseas por las cuestas del Parc del Fórum. Y las distancias tampoco pueden ya con nosotros: calculo que en los tres días del Primavera habremos andado en torno a 35 kilómetros (lo hemos calculado realmente). Ni siquiera nos importó ver a los Pixies como si fueran pulgones regordetes con guitarras.

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Este tipo lo trae todo

Todas las personas a las que conocíamos nos decían que lo que más querían era ver a Kendrick Lamar. Nos hicimos de rogar. Fuimos. Nos pareció de lo mejor del festival.

Za! es nuestro nuevo grupo favorito

Sabemos que no hay excusa. Uno de nosotros, que vive en Barcelona, esperó al Primavera del 2014 para ver el primer concierto de Za! Creemos que este descuido está tipificado como delito. Para todos aquellos que todavía no los han visto, están de suerte, porque todavía tienen por delante su primera vez. Los tipos mezclan tantos estilos que son tan difíciles de clasificar como un ornitorrinco. A las 4 de la mañana y con la guardia bastante baja, se nos pusieron las manos rojas de aplaudir sus últimas canciones, sus palabras a favor de Can Vies y su pinchada final en plan Pional.

Todo el mundo quiere a Shellac

Preguntamos a varios habituales del Primavera cuántas veces habían visto a Shellac. Nadie me dijo menos de cinco y todos iban a ir a verlos una vez más, muchos los habían visto en el Teatro BARTS el día anterior (no pudimos porque estaba lleno de gente) e incluso un par los iban a ir a ver tocar hoy en Madrid. ¿Casualidad?

Charles Bradley es el nuevo Rodríguez

El jueves, todavía un poco desorientados, a pesar de ir ya bastante cocidos, pasamos por el escenario en el que estaba tocando Charles Bradley. Era un concierto de soul y estaba atascado. ¿Cuántas de esas personas escuchan soul habitualmente? Nosotros no lo hacemos. ¿Cuántas fueron al concierto porque era de un señor muy viejo y raro? ¿Un millón?

Todos los años parece lo mismo, pero no.

Señora de la limpieza limpiando baños VIP de madera. Tarjetas que nunca se piden al entrar ("no pierdas la tarjeta"). Señoras cocinando crepas de 6 de la tarde a 6 de la mañana (la misma señora). Señores de merchandising que no hablan español. Borrachos escalando paredes. Connan Mockasin, Doña Rogelia (homenaje a España) y Mogwai con la estelada (homenaje a Cataluña). Meaderos de ocho plazas sólo aptos para pitos diminutos. La lluvia dando de qué, hablar como a las viejas en los pueblos. Muchos instagrams de arcoiris y de gente con impermeables, aunque ya no llovía. Muchos instagrams de gente patrocinada (“¡gracias @primaverasoundfestival! ¡gracias #heineken”!).

Mi pobre angelito no tocó la pandereta.

The Pizza Underground se bajó del barco a última hora. Pusieron un mensaje raro en Facebook diciendo que todo lo bueno tiene que esperar. Puede ser que a) Macaulay Culkin probó los calçots y propuso cambiar el nombre del grupo, pero al resto no les hizo ni puta gracia y se separaron; o b) el grupo no existe, Macaulay Culkin no existe y nunca estuvieron en el cartel. Sustituirlos por Manel nos parece una broma divertidísima.