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Música

Kingdom: del rap a la club music y de regreso

El genio detrás de Fade To Mind viene a México el sábado. Lo entrevistamos.

Desde que Ezra Rubin era pequeño, el pop bailable y el rap han formado parte de su entorno. Además, su papá tuvo el tino de comprarle una baratija de teclado, un Kawai, cuando Ezrita tenía unos 9 años. Ahí comenzó su gusto por coleccionar teclados, el mismo que lo llevó luego a un pequeño Casio con el que podía samplear y que fue su amigo inseparable desde el momento en que cayó en sus manos. Luego, ya en la preparatoria, se encontró con que todos los tipos cool estaban enganchadísimos con el drum’n’bass, así que pronto él estaría metiéndose en el género también. La música fue algo en lo que se siempre se involucró por diversión, pero de pronto –a partir del 2007, más o menos— las cosas fueron poniéndose serias. Cada vez tenía más invitaciones a tocar como DJ, las suficientes para que tuviera que dejar el mundo del arte, ese que lo había llevado de Boston a Nueva York en plan de estudio. Al poco tiempo, Kingdom había nacido.

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Antes de eso, Ezra tuvo sus primeros contactos con la música como creador en la escena punk. Era natural para un chico de Massachusetts, por la escena floreciente de punk local que le tocó atestiguar en su adolescencia. Se encargaba de la batería y los teclados en unas cuantas bandas al lado de su hermano, con quien solía tener pequeñas presentaciones en el sótano de alguna iglesia y en donde podían tocar.

–El punk es una fase que resulta fácil superar –dice Kingdom en entrevista–, pero creo que su energía sigue siendo interesante.

Kingdom se ve a sí mismo como un baterista innato, aunque no está seguro por qué, pero con ello nos da una pista para ver en sus producciones la visión de alguien preocupado por el ritmo. Y aunque admite que le gusta ver a la gente bailar con su música, también dice con franca preocupación que la gente suele bailar la mayor parte del tiempo con la peor música. Por ello, él ha decidido crear música que inicialmente no suene bailable, pero en la que los silencios y la síncopa nos conduzcan a descubrir cómo bailarla. Pista número uno para la noche del sábado en la fiesta N.A.A.F.I., donde podremos escuchar algunas de las nuevas producciones de Kingdom y seguramente de su sello, Fade To Mind.

Sobre cómo responde la gente a su música en cada lugar del planeta donde se presenta, le pregunté a Kingdom si hallaba muchas diferencias. Y dijo que sí, que en todos lados es distinto. En Europa, por ejemplo, la gente baila mucho con la parte superior del cuerpo.

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–Se ve chistoso, pero quizá se deba a que la parte superior es con la que puedes seguir el ritmo y hacer las cosas más raras.

Kingdom disfruta jugar con una especie de estira y afloja entre cosas influidas por el rap y música más orientada al club, una combinación que variará en proporciones y mezclas según el sitio en el que toque. Pista número dos para la noche del sábado: si su set resulta más hiphopero de la cuenta es que nos vio muy gangstas.

Hay por ahí en la red unas líneas sobre Kingdom y su trabajo que lo describen como un productor de bass que crea misas negras con símbolos ocultistas, gifs, diva house y ringtones. Aunque imaginativa, la descripción es poco precisa, y habla más bien de la dificultad del autor de la descripción para asociar lo oscuro de su música con algo más que misas negras (que el periodista musical seguramente ha vivido solo en películas). Su música, efectivamente, tiene atmósferas que llegan a erizar la piel y guiños mitad homenaje/mitad ironía al house de escenas gay. Pero si por algo suele emocionar su personalísima aproximación al soul, al R’n’B y a otros géneros es por su carácter único, que en cada nuevo track lleva un paso más adelante el pop y la dance music.

¿Por qué decides crear Fade To Mind, tu propio sello?

Nguzunguzu fue la inspiración de muchas maneras. Su música necesitaba un hogar, y el nuevo movimiento en el que estábamos trabajando en Estados Unidos necesitaba un nombre. Estaba muy emocionado por la música que mis amigos estaban haciendo. Prince Will lo bautizó y me impulsó a seguir adelante y a crear el sello. Otros amigos estaban haciendo cosas que también necesitaban dónde exponerse. Además, por entonces, no había ningún sello de música de club de avanzada en Estados Unidos.

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Desde tus primeros trabajos mostraste una obsesión por lo vocal, creando adaptaciones únicas a voces típicamente R’n’B. ¿Cómo nace tu fascinación con las voces y con el R’n’B?

Siempre me han obsesionado. Timbaland y Missy hicieron parecer que todo era posible para la música vocal. Cuando comencé a aprender a usar el Ableton, tuve un punto de inflexión; podía manipular la voz humana de nuevas maneras.

¿Qué vida desearías para tus temas?

No es mi elección la vida que tengan, pero alguna de mi música vocal es para el auto, otra para el club, otra más es solo algo de lo que escuchas cuando estás triste y solitario. Y alguna más puede ser muy buena para radio. Ese es el siguiente paso.

Antes de iniciar con tu propio sello e incluso, antes de publicar tu primer sencillo, te involucraste con Night Slugs, el sello británico. ¿Cómo se conocieron?

Nos habíamos estado echando el ojo mutuamente en internet por un rato, intercambiamos algunos mensajes por aquí y por allá… Yo había visto el trabajo en diseño de Bok Bok en flickr y era fan. En 2008, Bok Bok y Manara vinieron a Nueva York a tocar en mi primera fiesta Club Vortex, y yo fui a Londres y toqué en la segunda noche de Night Slugs antes de que se convirtiera en un sello. A partir de eso, fue claro que había una conexión.

¿Cómo descubres la voz de Naomi Allen y por qué decides incorporarla a tus mutaciones R’n’B?

Ella estaba en un grupo de chicas llamado Electrik Red, que era el proyecto de chicas de The Dream y de Tricky Stewart. Su disco era una obra maestra y había sido severamente subestimado. Tuvieron unos cuantos éxitos menores, pero me parece que no despegó como debía. Con todo, yo todavía escucho ese disco. Las letras de The Dream y la producción de Tricky hicieron una combinación mágica. A-Trak conocía a las chicas de Electrik Red de cuando fueron bailarinas de apoyo durante una gira con Usher (A-Trak era DJ de Kanye, y Kanye abría para Usher), así que él nos puso en contacto y conocí al grupo completo, pero para mi proyecto, tenía sentido trabajar solo con Naomi, la cantante principal.

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¿Qué sueles explorar con tus mixtapes y con los lanzamientos de Fade To Mind que no puedes explorar en tus propias producciones?

Con los mixtapes, se puede ser informal, pero también más severo, combinando ideas sin pulir para crear algo nuevo, estrenar nuevos ritmos de amigos, samplear cosas al azar que encuentro en los archivos y cosas por el estilo. Con los lanzamientos de otros artistas en Fade To Mind, tomo un poco de distancia y me concentro en la dirección creativa, en mezclar, en editar y en crear el arte. Tengo oportunidad de dar a los artistas una segunda opinión sobre el trabajo en el que han estado metidos por un rato.

¿Por qué decides mudarte de Boston a Nueva York y luego a Los Ángeles?

Me mudé a Nueva York para estudiar arte, y luego a Los Ángeles en busca de más libertad, más sol y para crear Fade To Mind, tanto el sello como las fiestas. Ya tocaba mucho como dj con Nguzunguzu y con Total Freedom, y quería crear una colaboración sólida ahí. Nueva York no me ofrecía eso, no había realmente una escena cuando decidí mudarme. Es interesante que ahora haya muchos sellos y fiestas en el estilo de Fade To Mind, pero hace unos años no los había.

¿Cómo modificaron esas mudanzas tu manera de aproximarte a la música y a la creación?

Puedo admitir que Los Ángeles me relajó un poco, pero también tengo el espacio para armar equipo y experimentar más, como la gente con la que estoy colaborando.

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Cuéntame cómo fueron los fichajes de Fatima Al Qadiri, Dat Oven y Kelela para tu sello?

Fatima era mi amiga en Nueva York, y yo había estado siguiendo su música. Ella compone y es artista visual antes que productora, y su proyecto completo me parece de verdad interesante. Kelela es una historia más larga, pero digamos que la conocí por Total Freedom y Teengirl Fantasy. Siempre había querido crear un proyecto original de R’n’B para Fade To Mind, y ella parecía entender lo que buscábamos. A partir de ahí, hubo un año de escritura, desarrollo, grabaciones, mezcla… Fue un largo proceso. A Dat Oven lo descubrió Total Freedom de casualidad en YouTube, pero a partir de entonces, L-Vis 1990 creó el proyecto y lo hizo EP y película.

¿Cómo nace tu relación con los chicos de N.A.A.F.I.?

¡Los conozco desde hace un buen rato! Hace un par de años, hicieron fiestas conmigo, con Total Freedom y con Nguzunguzu en el DF. Están impulsando nuevos sonidos en la Ciudad de México, y son grandes impulsores de Fade To Mind.

Cuéntame un poco sobre el set que escucharemos en la fiesta del sábado.

Me gusta ir creando la energía a lo largo del set, con muchas mezclas largas, club music y cosas más bass de todas partes. Además, acabo de recibir los masters de todos los remixes de Kelela, así que estaré probándolos también. He andado mucho tiempo en aviones por mi gira europea, así que también tengo un bonche de nuevos edits para ponerlos ese día.

@peach_melba