El verdadero genio detrás de Miley Cyrus es... Ke$ha

Llevamos tanto tiempo estudiando radiográfica, rigurosa y microscópicamente el fenómeno generado alrededor y dentro del universo que es Miley Cyrus en si misma, que dejamos de ponerle atención a lo que hay en todo eso que no es Miley Cyrus. Es muy evidente que hay un elefante gigantesco pedorreándose en el cuarto y nadie ha querido hacerle caso por andar atascándose con el súcubo que germinó del cadáver de Hannah Montana. Y el elefante (les juro que la referencia es en favor de la analogía) es Ke$ha. Sólo que todo el mundo se ha estado haciendo pendejo.

En el 2009 Ke$ha ya era una mierda trailer-trashera hecha y derecha mientras Cyrus seguía jugando a las Barbies consigo misma y una peluca. A nivel escándalo frente a los medios, tal vez Ke$ha se ha mantenido con un perfil más bajo que la Miley que conocemos hoy, pero en las profundidades de los hechos reales, sin duda es Ke$ha quien lleva la delantera. Sólo por mencionar un par de hazañas a su favor, antes de sacar su primer disco ya se había infiltrado en la casa de Prince (sí, ese Prince) para convencerlo de que produjera su música, el url de su MySpace era myspace.com/keshaishot y en la descripción de su sonido estaba escrito “God having an orgasm.” Toda una puerca de nacimiento.

Ke$ha se escurrió de las cloacas de Nashville y se presentó ante el mundo como un producto del white trash versión turbo. Sobre-americanizada, auto-consciente y muy frontal respecto a su personalidad de redneck mutante, reemplazó la “s” con un “$” en su nombre y se puso a cantar puras estupideces tráiler trasheras a todo volumen con la intención de despertar a todos los vecinos. Su existencia dionisiaca nada tiene que ver con “We Can’t Stop” que, por más que me guste (sí, en su momento medía las distancias en coche con el numero de veces que se repetía la canción) es un himno ñoño de autoafirmación que hizo Miley cinco años después de que Ke$ha ya hubiera hablado de lavarse los dientes con Jack Daniels, hecho referencias medio perversas a Mick Jagger y contado cómo vomitó en el closet de Paris Hilton en una de sus canciones.

Definitivamente ese animal que es Ke$ha está perfectamente bien definido y es completamente comercializable. A diferencia del caso de Miley, que nadie sabe bien qué chingados es ni por qué chupa todas las cosas. Prueba de ello, las ganancias en su Bangerz Tour son nulas.

Después de esa risita al final de “Your Love Is My Drug” Ke$ha suelta un “I like your beard” en un tono coqueto. El chiste no se quedó ahí, sino lo llevó a sus últimas consecuencias. En 2011, la muy puerca hizo un blog titulado Put Your Beard In My Mouth y se la pasó comiendo barbas hasta la mitad del año siguiente. Y para comparar una con otra aquí abajo hay 7 acontecimientos que demuestran que Ke$ha llegó primero y llegó mejor.

Después de esa risita al final de “Your Love Is My Drug” Ke$ha suelta un “I like your beard” en un tono coqueto. El chiste no se quedó ahí, sino lo llevó a sus últimas consecuencias. En 2011, la muy puerca hizo un blog titulado Put Your Beard In My Mouth y se la pasó comiendo barbas hasta la mitad del año siguiente. Miley imitó ese guiño a lo grotesco entonces sacó mucho la lengua y agarró el twerking (que de por sí ya estaba de moda) de pretexto. Pero es exactamente la misma cosa.

La hermanita de Miley, Noah Cyrus, publicó este video espeluznante en el que sale vestida con una camiseta de Ke$ha cantando “Tik Tok” con un patiño de orientación sexual dudosa como de 20 años (en serio, vean su bello facial naciente). Esto sólo demuestra dos coas.

La primera: que nadie cuida a esa niña o su niñera parece más bien el primer dealer de Justin Bieber.

La segunda: Ke$ha llegó antes que Miley a su propia hermana.

Más tarde, Ke$ha empezó a apoderarse de la diamantina. En este video para una entrevista con MTV, habla de haberse rendido ante la diamantina y de haber aceptado el hecho de que aparezca en su ropa, en su comida, en el escusado cuando hace pipí y en las barbas de todos los tipos a los que se coge. Dice que embarrar de diamantina la barba de un güey es como mearle encima para marcar territorio. "La diamantina se queda en la barba durante días y ninguna otra chica se le va a acercar a un tipo con diamantina en la barba." En otro fragmento de esa entrevista empieza citando a David Byrne y luego menciona a David Bowie cuando habla de uno de sus vestuarios para sus shows en vivo. Porque es un genio. Miley no puede hablar de una constante en su look. El corte de pelo, tal vez, pero eso no define nada. Tampoco su lengua ni sus nalgas expuestas hablan de una postura ante el sexo ni ante lo grotezco. Todo es muy ambiguo. Por eso no vende. Su personaje no está bien pensado.

Ke$ha dice que se despierta en las mañanas y delibera un rato si se baña o no, luego checa si parece un homless para salir muy segura de si misma y si no pues ni modo. Porque su look es una celebración de estar roto. Toma cosas de la tendencia vintage, compra cosas de segunda mano y a veces escarba en la basura. Sabe perfecto de lo que habla. Miley… no.

Si todo lo que les he dicho hasta ahora no les parece suficiente, aquí pueden ver a un escuadrón del ejército israelí patrullando por las calles de Hebrón y bailando “Tik Tok” con todo y coreografía. Y como hoy es martes 2x1 aquí pueden ver el remake de "Blah Blah Blah" que hicieron los soldados estadounidenses que estaban de servicio en Iraq. ¿Hay soldados bailando canciones de Miley? No. Sólo hay parodias porno de su video de "Wrecking Ball".

Además del lejendario blog Ke$ek que se alimenta de mashups entre frases de Ke$ha y el filósofo Žižek, Ke$ha ha estimulado a los pensadores contemporáneos. Un profesor de Princeton discute la semiótica de “Tik Tok” con Paul Muldoon, ganador del Pulitzer para el Princeton Tiger. Hablan de la simbología de lo trashy, relacionan fragmentos de la canción con El Rey Lear de Shakespeare y terminan por declarar que la letra es muy poética en el sentido de la repetición. Mientras, Miley sólo dispara discusiones aburridas sobre la moral.

Todo lo anterior sucedió en 2010. Después de eso, Ke$ha se la pasó vomitando diamantina, tuvo un reality show en MTV que probablemente siga al aire y grabó una canción con Iggy Pop. Luego escribió una canción titulada “Supernatural” que básicamente se trata de haber cogido con un fantasma. Y mucho antes de que Miley empezara a hanguear con Wayne Coyne de los Flaming Lips, Ke$ha los invitó a colaborar en su álbum Warrior y después de eso anunciaron un proyecto con ellos de nombre Lip$ha que aparentemente sigue en pie.

En solo dos años de historia (pues esta enumeración de hechos abarca del 2010 al 2012) Ke$ha hizo lo que Miley ha estado tratando de imitar recientemente sin mucho éxito. No se trata de desacreditar a Miley y mucho menos se discute el talento de una ni de otra (eso déjenselo a los expertos). Sólo estamos analizando la construcción y estructura de sus personajes. Es muy claro que el concepto detrás de Miley (el personaje) es un intento de la basura que es Ke$ha. La única diferencia es que en el caso de Miley descuidaron los detalles del personaje y mejor se encargaron de armar una hacer una estrategia de medios gigantesca. Ahí el por qué de su participación en los MTV Video Music Awards del año pasado y lo que se desató después de eso. Los memes, las paridias y el monstruo que es Miley Cyrus ahora.

Para reflexiones idiotas, leperadas y antidepresivos puedes seguir a Raquel en Twitter: @salvenseustedes

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