Todas las fotos por Carlos MolinaSantiago Centro, el Teatro Cariola en calle San Diego y a eso de casi las 21 horas deben hacer al menos unos 25 grados. Estamos todos cansados y sudados, y cansados de seguir sudando. Los asistentes afuera esperan a sus amigos, se fuman los últimos cigarros y uno que otro trata de esconder alguna cerveza, a ver si pasa piola de los guardias.Mi forma favorita para pasar el calor es la cerveza, pero da lo mismo el método para matar el calor de cada uno: el interior del Cariola es un hervidero, la gente está pegada una a otra y pareciera que están utilizando las máquinas de humo, pero es el vapor de la transpiración que anda en el aire.El show de Mena en su nuevo formato (sin banda y solo con unas Mac) lo había visto hace un año exacto; ahí, Javi seguía agregando unas guitarras que ella tocaba, y además un cuerpo de baile que ayudaba a rellenar los momentos en que preparaba otra base o se cambiaba de vestuario.En pocas palabras, era más ambicioso. Pero ahora, para el lanzamiento del Otra Era, decidió quitar el cuerpo de baile, poner dos coristas y a un enmascarado y muy misterioso Nicorito, que se encarga de apoyarla musicalmente (no sé cómo aguantaba el calor con esa máscara y capa; pobre, estaba que le llevaba una chela).Otra Era es algo así como la evolución lógica de lo que Javi venía haciendo en cuanto a discos y a presentaciones en vivo, metiéndose más en los carretes electrónicos. Incluso por un momento sentí que el show del viernes era una fiesta electrónica, y no un concierto de una de las bandas de este 'Paraíso del Pop chileno'. Era como estar en Ibiza (pero guardando las proporciones, o sea sin estar en la playa y con todos sobrios. Y nunca he estado en Ibiza, sólo por YouTube.) Y eso lo encuentro muy bacán: poder desmarcarse y buscar algo que puede ser medio caprichoso para algunos —porque tampoco es que sea tan novedoso—, pero como evolución y proceso creo que es re-interesante para la escena local. En verdad me gusta todo donde la gente lo pase bien y se libere un rato.Mientras lo veía pensaba en que algo no me cerraba; quizás al show le hace falta más práctica e ir puliendo detalles para que sea perfecto —porque perfecto no fue— pero como fiesta estaba bacán aunque con un solo pequeño problema: un público sobrio, pero que se compensaba con las energías de la juventud de sus fans en la pista de baile.¡Aguante Javi! Un par de chelas y terminamos todos arriba del escenario bailando en la mejor fiesta del pop chileno.
Publicidad
Publicidad