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Música

Una invaluable guitarra de 150 años de edad fue destruida en el set de ‘The Hateful Eight’

El artefacto de 150 años de edad fue estrellado contra el piso, terminando en un montón de astillas, por un furioso Kurt Russell.

Al tratar de alcanzar la autenticidad artística, los actores y directores pueden llegar a niveles insospechados. Quentin Tarantino se considera un autor, y por lo mismo es el tipo de persona que pide prestados artefactos musicales invaluables en busca de dicha autenticidad, aunque eso signifique que serán destruidos minutos después en el set.

Durante la filmación de The Hateful Eight, su película más reciente, Tarantino pidió prestada una guitarra Martin de 150 años de edad para grabarla, la cual fue posteriormente destruida a pedazos por un iracundo Kurt Russell. La escena en cuestión es aquella en la que el personaje Daisy Domergue (interpretado por Jennifer Jason Leigh) empieza a cantar junto al instrumento intacto, cuando John Ruth (el personaje de Russell) decide que ya tuvo suficiente de ese ruido. Y entonces, irónicamente, dice “Music time’s over,” antes de estrellar la guitarra contra un soporte de roble, dejándola hecha pedazos. "Nos informaron que fue un accidente en el set," dijo Dick Boak, director del Martin Guitar Museum. "Asumimos que un andamio o algo más cayó sobre ella." Y luego, asumimos que vio esto.

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Según Mark Ulano, quien mezcló el audio de la cinta, la guitarra iba a ser reemplazada por una copia antes de que fuera salvajemente asesinada, pero aparentemente Kurt Russell es un actor tan metódico que simplemente no pudo contenerse. Esto es obviamente una mierda de noticia para Martin, quienes prestaron la invaluable guitarra para la filmación con la razonable expectativa que regresaría sana y salva, y no como una serie de astillas pegadas con cinta adhesiva y la nota “Ups, ¡perdón!” pegada encima. Según reportes, sin embargo, la compañía lo tomó bastante bien, declarando: "Como resultado del incidente, la compañía no volverá a prestar ninguna guitarra para ninguna filmación bajo ninguna circunstancia.” Entonces, todo bien, ¿no?

Entonces, la reacción de horror de Jennifer Leigh no fue una gran actuación, sino que su rostro es aquel de una persona viendo un pedazo de historia musical siendo destruido frente a sus propios ojos, todo para beneficiar al renacimiento cinematográfico de Kurt Russell. Supongo que es el tipo de autenticidad que estaba buscando Tarantino.

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