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Música

O todo o nada: Sin apología a Gerardo Ortiz

Parece existir una gran hipocresía de los funcionarios mexicanos que buscan inculpar a Ortiz y no a los otros artistas que llevan años haciendo apologías del delito en su música.

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Históricamente el maltrato y homicidio de la mujer ha sido una práctica inconsecuente ante las autoridades mexicanas. Suena horrible pero es un hecho respaldado por miles de cruces rosas a lo largo del país. Si vemos el pasado de la cultura popular mexicana, encontramos machismo en todos lados: cine, música y televisión; sin importar la época encontramos íconos mexicanos que sólo aunan a esta idea anacrónica de que el hombre tiene una cualidad implícita que lo hace superior a la mujer. Pedro Infante, Jorge Negrete, Pancho Villa, pero incluso Tin Tan o Cantinflas, Capulina o el Chavo, son figuras concebidas en un contexto donde ha reinado libre y soberanamente esta idea. Bajo esta lógica, cientos de artistas como Gerardo Ortiz buscan sobresalir, pues su ignorancia y falta de sensibilidad en el tema en cuestión han sido históricamente toleradas. Al menos hasta ahora.

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Las reglas del juego han cambiado ahora que un juzgado dictó auto de formal prisión a Gerardo Ortiz por apología del feminicidio. Por primera vez en la música popular mexicana, veremos cómo se desarrolla un caso en contra de un artista por una cuestión de idiosincrasia de la misma música popular mexicana: una idiosincrasia tóxica que ha sido parte de nuestra sociedad y cultura desde que tenemos memoria, o falta de la misma, como lo demuestra esta cita de Ortiz cuando intentó defenderse: ““Es un aprendizaje también para mí como persona, y también para muchas personas que no conocían esta palabra, lo que es el feminicidio.”

Aquí es donde vemos que las comparativas entre el gangsta rap y la banda no funcionan. Dr. Dre hablaba de drogas porque el crimen afectaba su entorno, sabía lo que era un delito y comentaba al respecto. Podría incluso hacerse el argumento de que era un modo de protesta. La ignorancia de Ortiz es un foco rojo para la parte de la sociedad que lo escucha, pero ¿el problema se va a arreglar metiéndolo a la cárcel?, ¿se va a corregir el daño que se hizo con el video? Es imposible determinar esto: una manera de verlo es que tal vez se use como ejemplo a Ortiz para que empiece a girar la cultura hacia un México más consciente, pero tampoco es muy probable que ese sea el desenlace. El video sigue arriba por usuarios secundarios, cuenta con más de 20 millones de visitas en varias cuentas apócrifas. Solo se le dió más atención. Y mientras, no se ve que haya una preocupación real por generar programas sociales que tengan un efecto duradero para combatir este mal social y cultural.

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Sí, el título “Fuiste Mía” habla mucho de la mentalidad del autor, interprete, de todos los involucrados en la empresa de Ortiz, pero la línea más ofensiva que puedes encontrar a lo largo de los 2.1 minutos de canción vendría siendo “Tienes sabor a mentira”. Simplemente es una balada mediocre más para el montón, a diferencia de otras gruperas que retan al escucha con frases violentas como “Maldita puta, antes de mí tú no eras nada” o la misma "Mátalas" de Alejandro Fernández, que tiene trascendencia y es cantada cada sábado en mesas con tequila en toda la geografía nacional, a pesar de su coro sugestivo y que perfectamente puede leerse como "apología del feminicidio". Sin defender a Ortiz, la misoginia no está presente en la canción, está presente en el video, en el cual él escogió actuar. La idea para la historia (si es que se le puede llamar así) supuestamente fue de la casa productora. Y claro, tomando en cuenta que ha habido en otros géneros musicales o en la misma banda, recreaciones de escenas violentas hacia la mujer o u otros actores vulnerables de la sociedad, ¿cuál es el criterio para perseguir a Ortiz y no a los otros?

Hubo un proceso creativo, o intento de, para generar el contenido del video de Ortiz: una junta o una llamada llevó a la casa productora a interpretar la canción como una oda a la venganza y decidió perpetuar esta historia del protagonista que mata a su novia y al amante. Pero son las otras malas decisiones de la casa productora las que le dieron un empujón a la controversia del video. Ahora se sabe que la casa en la que se grabó el video fue escenario de una balacera entre cárteles en el 2014; esto más el hecho de que habían patrullas de la policía de Zapopan, crea una segunda narrativa detrás del posible encarcelamiento de Ortiz. Y es que estamos en México. No se puede ingorar un posible acercamiento del artista con el crimen organizado; y entonces puede leerse como que las autoridades usarían este ángulo para atorar a Ortiz por posibles vínculos con el narco.

Y aquí es donde entra la cuestión de apología del delito, y la gran hipocresía de los funcionarios que buscan inculpar a Ortiz de apología del feminicidio cuando él y otros cantantes de banda llevan años haciéndole apología al narco. ¿Dónde estaban cuando Ortiz escribió "Lider del Genocidio" o "En Preparación"? No es como si no fueran éxitos, solo corresponden a otro tipo de delito. En un país donde el narco y el feminicidio son dos de los problemas más apremiantes, tenemos superestrellas de música utilizando ambas para vender. Lo cual es lógico, al menos desde el punto de vista del mercado: es lo que hay. Y por más que sepamos que no son crímenes comparables, el hecho de que el gobierno responda a una temática controversial sobre otra, denota una falta de congruencia. Cuando menos. Con todo esto, ¿Hasta donde debemos dejar que el gobierno intervenga en el ámbito artístico? ¿Por qué está bien una cosa y la otra no y bajo qué criterio?

Gobiernos estatales y municipales han actuado en contra de los narcocorridos, sancionando a los mismos que lo propagan: o sea al fan. Pero tampoco pueden decirle al músico que no hable de lo que está hablando. De la misma manera, no le puedan decir a Gerardo Ortiz qué debe y qué no debe tener sus videos. Pero como dije al principio de este texto, las reglas ya cambiaron y Ortiz puede ir a la cárcel por el simulacro de un feminicidio en su video. Si este es el caso, tienen que abrir casos contra El Komander por promover el consumo del perico y Yuri por evocar la violación incestual en el video de “Con El Apagón”. Suena ridículo, pero sí opino que es todo o nada. No es apología de la apología, pero es responsabilidad de una figura pública, en este caso el artista, estar consciente de donde está parado. Si eres de los artistas más rentables de un país abatido por violencia, no puedes tomar con ligereza tu mensaje.

¿Qué pasará si Ortiz se queda en la cárcel? No lo sé, pero no estoy de acuerdo con que ese sea el castigo por sus niveles de ignorancia estratosféricos: pienso en los millones de mexicanos que escuchan a Ortiz pero son ciudadanos responsables, que pagan sus impuestos y no caen en ejercicios de violencia de ningún tipo (y que son la abrumadora mayoría de los escuchas de Ortiz). Si es la medida que se está buscando para que ningún músico popular vuelva a recurrir al el feminicidio para vender discos, espero funcione.