FYI.

This story is over 5 years old.

Música

Fred Durst: La Entrevista

Mira The Truth, su nuevo cortometraje.

En teoría, combinar una cosa chida con otra cosa chida puede lidiar a una cosa exponencialmente chida. Pero por cada deliciosa torta de tamal, cada república democrática funcional y cada camiseta reversible hay una botella de shampoo/acondicionador que te deja el pelo grasoso, una República Democrática del Congo o una pizza sabor Taco Bell que te va a caer como bomba a Hiroshima. En un punto entre estos dos polos de la estima popular está el rap-rock.

Publicidad

Si consideramos que el rap-rock es una nota al pie de pagina bien rara en la cultura musical, para el final de los 90 ya había estallado como un fenómeno gigantesco. Se estableció como el nuevo paradigma para todo lo escandaloso, lo enojado, lo popular y lo absolutamente insoportable para hacer encabronar a los adultos. En el epicentro de este terremoto del buen gusto revuelto con el mal gusto estaba Fred Durst, un skater-niño-bonito de Gastonia, Carolina del Norte, que estaba al frente de Limp Bizkit y cortejaba abiertamente la disque cultura popular infame que usualmente estaba reservada para asesinos seriales y estrellas de reality show. Se puso a trollear al mundo del arte transformándose en un perfecto y auto-consciente pilar del pop. Hizo que Britney Spears y Christina Aguilera brincaran desnudas desde un escusado gigante en un OzzFest, descubrió a Staind, y nombró a su perro igual que a su banda.

La cosa es que siempre ha habido dos Fred Dursts. Está el Fred Durst que existe en realidad, que escucha a Twin Shadow, trata de ser un buen padre para su hijo, y hace películas de humor inteligente como The Truth, que Noisey tiene como premiere aquí arriba. Sin embargo, Fred Durst se ensombrece por ese concepto predominante de “Fred Durst” que hay en el inconsciente colectivo. Esa encarnación de douchebag sin sentido del humor que se te trepa hasta la garganta con esa gorra roja de los Yankees de Nueva York que aparentemente está pegada a su cabeza con Kola Loka y una barba de chivo adolecente fija a su jeta como máscara de luchador. El punto es que Fred Durst ya no es ese güey, y si le preguntas a él, nunca lo fue. Pero mientras esa sea la apreciación que tiene el publico de Fred Durst entonces lo es.

Publicidad

Cuando hablas con Fred por teléfono, te toca escuchar a ese Fred, el Fred completo, y nada más que Fred. Es abierto, amigable, auto-consciente, filosófico y más que sólo un poquito extraño. Sabe que probablemente piensas que es un pendejo y está bien con eso.

Noisey: ¿Dónde andas ahora?
Fred Durst: Estoy grabando con Limp Bizkit en este momento. Estoy en esas.

Yo también nací en Gastonia, ¿sabes?
No es cierto.

Mi papá era el subdirector de la Hunter Huss High School.
Qué increíble. Es de donde yo me gradué. Generación 1988. ¡Ahuevo! Preguntale si alguna vez me suspendió.

Le voy a preguntar. Bueno, vamos al grano. ¿Cuál es el tema general de tu película?

Creo que es sobre esperanza. El mundo está bastante loco ahora y mucha gente tiene vacíos existenciales en sus vidas. Nadie sabe cómo llenar esos vacíos. Quieren saber la verdad; una luz que irrumpa en esa obscuridad. Algo real. ¿Te gustó? ¿La disfrutaste?

Sí, me gustó mucho. Definitivamente vi rasgos paralelos en el “predicador superestrella” y las estrellas de rock en general. Tal vez un poco porque tu papel es ese.

Entiendo por qué lo dices.

¿De dónde surgió la idea?

De la parte dura de la vida, de los bordes filosos, de las cosas fundamentales. De esas cosas sobre las que solo tienes un instinto en las tripas. Crecí en un lugar miuy religioso. Patinábamos y hacíamos cosas diferentes, pero yo me daba cuenta de lo que sucedía en el otro lado. Mi mamá trabajaba en la iglesia, entonces yo convivía con mucha gente involucrada con eso. En la iglesia se comportaban de una forma, y afuera vivían otra realidad. Siempre sentí como si hubiera dos caras en todo lo que se suponía que era bueno. Como si pudiéramos pecar porque somos personas reales. Hay gente real detrás de esas estructuras, pero representan algo más puro, son modelos a seguir, ejemplos de cómo debemos hacer nuestras vidas. Una persona que crece así, en esa dualidad, y se da cuenta de que es hábil con las palabras, es un producto de su propio entorno, pero en realidad no sabe lo que hace. No sabe nada al respecto. No tiene idea. Y no es religioso. De pronto suelta un pedazo de alguna oración que medio se sabe en un momento desesperado hacia su propia mentira. Pero no es una mentira porque en verdad lo vive así. Y lo cree. Por eso me gustan estos personajes duales. No sé. Me resulta difícil dar entrevistas y discutir cosas desde una perspectiva creativa. Voy a tratar de hacerlo mejor. Dime si me estoy topando con una pared.

Publicidad

¿Como cuántas entrevistas crees haber hecho en tu vida?
Muchas. Demasiadas. Y al principio era muy abierto. Alguien te pregunta algo, y no sabes bien por qué quiere saber eso hasta que te das cuenta de que sólo es parte del proceso. Me explicaba demasiado, y conforme ha pasado el tiempo sólo se ha vuelto muy mecánico. Es difícil detener todo lo que estoy haciendo a la 1:00 PM para contarte sobre mis experiencias. Todo se trata de nuestra química por teléfono y que las dos partes se sientan cómodas al respecto. Tú guía el camino, hermano.

Ha de ser difícil ser un músico o u director de cine y tener que explicar procesos creativos. Es algo muy abstracto.
Todo está abierto a interpretación, viejo. Es la teoría general de la relatividad. Es percepción. Escuché lo que dijiste, y de dónde deriva lo que pensaste y me voló la cabeza. Es real. Me gusta ser muy técnico. Me gusta prepararme. Y no te voy a mentir. Lo único que te voy a dar es la verdad. Hoy te vas a ir a ti casa con la verdad en la bolsa. Porque la necesitas. Por eso estás aquí. No es porque creí que los evangelistas con los que crecimos no fueran reales, como tus padres. Tu eres una cosa, pero luego te vas a tu casa y el tu real sale.

Una cosa que me enganchó mucho con la película fue que después del sermón hay como una sensación de éxtasis que sobrepasa a la audiencia. Se ven inspirados. Pienso que eso puede ser alegórico al rock porque esa es justo la sensación que te da un buen concierto.

Publicidad

Creo que es ese momento, es ese espíritu lo que está vivo. Ese momento de liberación. Todo el mundo lo siente. Está en el cuarto y luego se desvanece. Algo le pasa a la gente. Para mí es como el MMA. La gente está ahí. Están emocionados. Saben que lo que está pasando ahí es real. Con gente de verdad. No es como la lucha libre, la gente lo sabe, lo siente y lo entiende.

¿Qué te da hacer cine a diferencia de lo que te da hacer música?
Cosas distintas. El cine es sólo otra capa de magia, de no darse cuenta de que hay muchas partes en movimiento. Cuando ves una película, realmente estás experimentando un milagro. It’s this thing. Crecí con eso y ahora me dieron ganas de hacer magia para alguien más. Me obsesiona la idea de contar historias. Es impresionante cómo pueden hacer que un set en el que se montó una sala en una hora, pueda parecer que es la sala de alguien que lleva años viviendo ahí. Un lugar con historia. Cada cosa me da un poquito de todo. Con Limp Bizkit es una cosa distinta.

¿Cuando eras un niño, te imaginabas estar en esta posición cuando crecieras?
Era un niño muy soñador. Pensaba que todo lo que imaginaba podía ser real. Sabía que alguin día iba a hacer una película porque tenía ganas de hacerlo. Pero jamás imaginé que iba a proyectarse en los cines. Definitivamente nunca pensé que iba a hacer una película de verdad y mucho menos que iba a ser una estrella de rock.

¿Hubo un momento en el que dijiste como: "verga, soy una estrella de rock"?
Sí. todo el tiempo. Es el elefante gigantesco en el cuarto. Y al final del día soy Fred de Limp Bizkit. No importa lo que haga. Soy ese güey de la banda esa. ahora estoy en una posición difícil en cuanto a eso. A la gente le cuesta trabajo que de pronto empieces a ser otra cosa si ya tienes un lugar en el imaginario colectivo.

Publicidad

¿Alguna vez has deseado que la opinión pública sobre “Fred Durst” desapareciera?
No sé cuál sea la persepción ahora. Trato de mantenerme alejado de ello porque soy un tipo sensible. Lo único que quiero es levantarme en la mañana y estar agradecido, satisfecho y con ganas de hacer cosas. Cada cierto tiempo alguien va a soltar algo trivial que te pone en duda. Entonces, sí. A veces me gustaría poder escapar de eso. Pero estoy muy contento con todo lo que ha pasado en mi vida, y si ese es el precio que tengo que pagar por ello, entonces lo voy a hacer. Finalmente todo se trata de quién eres y de estar bien con eso.

Sí, entiendo que sea una pregunta difícil de responder.
Sí es.

Es difícil identificarse a uno mismo en un oceano infinito de información.
Eres bastante hábil con las palabra, muchacho.

Gracias.
Supongo que pensabas que esto iba a ser fácil.

Estoy un poco como en shock de que estemos teniendo esta conversación ahorita.
La vida es muy impredecible. ¿Dónde te veías a ti mismo cuando era chico y todo era posible en tu cabeza?

Quería escribir novelas.
Las vas a escribir, viejo. Lo vas a hacer.

Tengo una fantasía de desaparecer un rato en Carolina del Norte y ponerme a escribir.
Ese es el sueño hecho realidad. Suena perfecto. Literal. Me gustaría estar en una cabañita en algún lado y hacer exactamente eso. Soy ese tipo de güey.

Esa es la cosa con Carolina del Norte. Olvidas el valor del silencio.
Es increíble. Me encanta. Lo extraño, viejo. Ahora estoy en Los Ángeles y la mamá de mi hijo vive aquí. Tiene 12 años. Si me mudara sería el tipo de papá de larga distancia vete-con-tu-padre-en-el-verano-y-en-vacaciones. No puedo hacerlo. A veces hay que sacrificar ciertas cosas. Tenemos que romper ciclos. Si creciste y no te dieron ese tiempo y ese cariño, probablemente lo sobrecompensarás con otras cosas.

Publicidad

¿Cómo crees que la gente vaya a responder ante The Truth?

Honestamente, creo que la gente se va a sorprender. Si la gente no te ha puesto la atención suficiente, no creo que piensen que eres el tipo más humorístico.
Claro.

Creo que los va a llevar a re-examinar a Limp Bizkit y van a pensar: “Ah, tal vez esto sí era una sátira de la cultura del macho dominante.”
Ah, viejo. Es increíble que digas eso. Exacto. Los subtítulos de Limp bizkit: la sátira. Es como si hubiera pasado desapercibido. Pusimos todos los elementos ahí. Sólo no lo hicimos muy obvio. Y cobró vida propia.

¿Cuál era tu postura ante la cultura popular cuando eras gran parte de ella?
Estás hablando conmigo por teléfono y todavía no puedes creer que está sucediendo. ¿Todavía te sientes un niño de Carolina del Norte? Así es como me siento yo todavía. Siempre me rebasó todo—¿Quieren que haga QUÉ? ¿Que vaya a DÓNDE? ¿Con QUIÉN? Ya luego te das cuenta de quién quiere abusar y cómo respondes a eso. No sé si hubiera hecho las cosas diferente. No pienso mucho en eso.

No puedes.
Tienes razón. No puedes.

Creo que lo más importante es que vives en el presente, y todo lo que hiciste antes fe importante porque te trajo hasta este punto en el que estás ahora, aunque no estés orgulloso de eso, porque si no lo hubieras hecho, no hubieras llegado hasta aquí.
Exacto, viejo. Hay que moverse. Soy una persona simple. Sólo soy yo mismo. No soy más especial que nadie. Sólo tengo muchas historias que contar. Me siento liberado cuando les doy aire y las regalo para que la gente reaccione ante ellas. Parece que todo lo qu hago me alcanza más tarde. Y me doy cuenta, mucho después, cuando nos reencontramos, por qué carajos lo hice. Todo está alineado y no lo pinche ves hasta después. No puedes pensar mucho al respecto, si lo haces, la cagas. Terminas no haciendo nada. Carajo, no sé.

--

Relacionados:

Danny Brown es un maldito genio chimuelo con peinado de panocha descuidada

Entrevista a Has A Shadow: Un día le pegué a Bruno Darío

Entrevistas en Bikini: Poliça es sexo y encabronamiento