Todas las fotos fueron tomadas por Daniel Patlán para NoiseyAnoche por fin se presentó Tame Impala en México. Pasaron solo tres años desde su último concierto en el país y no había una sola persona en el Palacio de los Deportes que no estuviera emocionada. Luego de que Clubz saliera a tirar un par de distorsiones en los teclados para hacernos bailar, y antes de que saliera Tame Impala, la imagen de un visor cuadriculado como la que usan los soldados para aniquilar gente se postró sobre la pantalla. Eso y nada más fue el detonante de un millón de gritos. Eran muchas voces que festejaban por estar ahí, a punto de ver por lo que esperaron más de seis meses —cuando se dio la noticia de que el grupo australiano venía a México.Pero antes de que Kevin Parker y compañía se postrara sobre el escenario, arriba de la imagen cuadriculada comenzaron aparecer líneas y luego círculos y luego mandalas que se multiplicaban. Para ese momento ya había varios celulares arriba y cuerpos descontrolados por tanta emoción. En seguida pasó lo que se esperaba: Tame Impala salió, tocó algunos éxitos pasados, algunas rolas de Currents, poyectó visuales psicodélicos para acompañar cada uno de sus tracks, jugaron con las cuerdas de sus guitarras, soltaron papeles de colores… Alucinaron a la gente; pero sobre todo a sus fans. Porque si de algo estoy segura es que no hay ninguna sola banda de psicodelia actual con una cantidad de fans tan ruidosos y fieles como los de Tame Impala en México.Nuestro fotógrafo Daniel Patlán tomó fotos de eso y todo lo demás. Ve las fotos aquí abajo:
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