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Música

Felices 80, Mr. Leonard Cohen

El artista de culto canadiense ha vivido su legado con una dignidad pocas veces vista. Celebramos su cumpleaños con algunas postales memorables de su vida.

Leonard Cohen cumplió 80 años el pasado domingo 21 de septiembre. Es un motivo de celebración, ya que es raro que los artistas sean tan consistentes, tan influyentes o tan importantes como Cohen. Además, al otro día lanzó su décimo tercer álbum Popular Poblems, como algún tipo de regalo de cumpleaños invertido.

En vez de escribir un discurso sobre cómo Leonard Cohen aún es relevante o sobre el hecho de que “Chelsea Hotel #22" siempre será la mejor canción sobre la felación, consideremos su vitalidad. El tipo tiene 80 años, se viste mejor que cualquiera, ha probado toda droga posible ("las recreacionales, las obsesivas y las farmacéuticas") y continúa lanzando álbumes, a pesar del hecho que la mayoría de las personas de su edad se quedan sin aliento después de caminar hasta la nevera.

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Cohen no es de esos que se la pasan alabándose; sin embargo, nosotros podemos hacerlo por él. Así que pensando en eso, ¿por qué no le damos una mirada a su interesante miscelánea y marginalia para celebrar sus ocho décadas de vida?

Consumió muchas drogas, fue un místico absoluto y escribió el libro más repugnante en la historia de Canadá

Leonard Cohen fue poeta y novelista por sus propios medios, incluso antes de aventurarse en la música y la composición. Ya había publicado tres colecciones de poesía (una llamada Flores para Hitler) y una novela debut cuando se instaló en la isla griega Hidra para experimentar con anfetaminas y escritura. Durante su tiempo en el mar Egeo (alrededor de un año y medio) comenzó a experimentar alucinaciones por la combinación de drogas con ayunos espirituales. Después de colapsar por insolación, tuvo que abandonar sus esfuerzos artísticos, además llegó a pesar menos de 60 kg. por pasar diez días sin comer. Beautiful Losers, la novela que escribió durante este periodo, fue publicada en 1966, un año antes del lanzamiento de su álbum debut. Esta fue considerada como “el libro más repugnante en Canadá”, pero a su vez como “el libro canadiense más interesante del año” por la misma crítica contemporánea.

Nada insignificante.

Detuvo un disturbio en el Festival de la Isla de Wight en 1970

La isla de Wight puede que sea un refugio para profesores de educación física y oficiales de policía locales. Pero el Festival de la Isla de Wigh es una leyenda. Jimi Hendrix, Bob Dylan, todos han tocado allí. En el evento de 1970, casi 700.000 personas (la mayoría sin tiquetes), descendieron a la isla (cuando su población total llegaba casi a los 100 mil), lo cual daba una idea del caos que se desató.

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Para el último día del festival, múltiples disturbios habían estallado alrededor del sitio tras los intentos de los organizadores de construir una cerca para mantener fuera a los recién llegados. Los artistas habían sido recibidos de manera hostil durante todo el festival: después de la presentación de Jimi Hendrix se desató un incendio y tanto Joni Mitchell como Kristofferson fueron abucheados fuera del escenario, todo esto antes de la presentación de Cohen hacia las cuatro de la mañana.

Recién levantado de una siesta en su tráiler, Cohen se tomó el escenario y, aún medio adormilado, le pidió a la audiencia que prendiera fósforos para que él pudiera verla y sus miembros pudieran verse entre ellos. “Yo sé que ustedes saben por qué los están prendiendo”, agregó con una inclinación casi filosófica, antes de lanzarse con “Bird On The Wire”. Después de esto, la audiencia se dejó llevar por el encanto de Cohen y el incidente es recordado por haber calmado todas las hostilidades por el resto del evento.

Cometió suicidio profesional con Phil Spector

En 1977, después de lanzar cuatro álbumes desde su debut al mundo comercial, Cohen se encontró en una encrucijada artística. Nunca comprometía nada. Cada vez que un algún ejecutivo de la industria le decía que sus canciones eran muy tristes para venderlas, simplemente continuaba interesado por sus propias cosas. Cuando Cohen acordó encontrarse con Phil Spector para grabar lo que más tarde se convertiría Death Of A Ladies’ Man, fue claro que existía un sentimiento de que algo tenía que cambiar. Spector también pasaba por una depresión y estaba seducido por “el misterio y la técnica” de Cohen, mientras que el artista no tenía un pensamiento tan favorecedor y pensaba que Spector no era un “gran compositor”, sino un “atrevido”, alguien capaz de “emplear las melodías más simples y aun así, de alguna manera, hacerlas completamente exitosas”.

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Se reunieron por primera vez para una comida en la casa de Spector, lo que resultó en un tema que aparecería por el resto de las sesiones de grabación. Haciendo enfadar a su huésped, yéndose de la velada prematuramente, Cohen fue encerrado junto a su esposa por Spector en su casa hasta la mañana siguiente. Como pueden imaginar, grabar con un carácter tan volátil como el de Spector, era caótico. En ese momento, tres años después de un accidente de carro que casi lo mata y que cambió su vida, Spector estaba bajo una dosis fuerte de medicamentos, siempre armado y con sus guardaespaldas, que lo acompañaban en todo momento en el estudio. Encima de esto, Spector, siempre el maximalista, introdujo alrededor de cuarenta músicos en las premisas, incluyendo a Bob Dylan y a Allen Ginsberg, cada uno contratado para hacer los coros en una sola canción. Una anécdota cuenta que una vez Spector sacó una ballesta apuntando a Cohen (hasta su escogencia de armas era ecléctica), mientras que otra historia, un poco más humorística, incluye a Spector felicitando al cantante con una botella de vino kosher en una mano, un revolver en la otra, un brazo alrededor del hombro de Cohen y la pistola pegada contra su cuello. “Leonard, te amo”, se dice que le dijo en ese entonces. “Espero que lo hagas Phil”, le replicó Cohen.

Como resultado, el álbum se contradice en todo momento a sí mismo. Como sus creadores indudablemente estaban durante su concepción.

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Enfrentar a dos autócratas siempre iba a resultar en una discusión, pero cuando uno es un extrovertido con pistola y el otro un introvertido con pluma, simplemente va a ponerse mucho peor. Pero ahí es donde recae su encanto: Death Of A Ladies’ Man continua ofreciendo un sonido desconcertante pero eufórico.

Se convirtió en un cientólogo antes de que fuera un cliché convertirse en un cientólogo

Cohen incursionó en la cienciología mucho antes que Tom Cruise, John Travolta y Charles Manson la hicieran extraña. Hace referencia a la iglesia en “Famous Blue Raincoat”, en donde menciona “going clear”, un pilar clave de la cienciología, en donde los seguidores se deshacen de “memorias subconsciente de traumas pasados”. “Busqué muchas cosas”, dice Cohen del periodo. “La cienciología era una de estas… Mire esa y otras cosas. Desde el partido comunista hasta el partido republicano, desde la cienciología hasta mis delirios con el sumo sacerdote reconstruyendo el Templo”. Si nunca lo intentas, nunca sabrás.

Usó un retiro budista para revivir su carrera

Cohen se reubicó en el centro zen Mt. Baldy cerca a Los Ángeles entre 1994 y 1999. No fue un año sabático como lo sería uno en Tailandia, aquí Cohen intentó aprender más sobre el budismo zen, ordenándose bajo el nombre dharma “Jikan” (que significa “el silencioso” o el silencio “en el centro de las cosas”) y sirviendo como asistente del profesor de rinzai japonés Kyozan Joshu Sasaki Roshi. Cohen se sentaba “con las piernas cruzadas por horas y horas” con “fantasías sexuales oscuras pasando por su cabeza e ideas para canciones”. Logró despejar su mente y encontrar paz, lo que prevendría su continua depresión. El cantante regresó al mundo musical en 2001 con el modesto álbum Ten New Songs, uno de los discos mejor recibidos de su carrera. Esto seguido de Dear Heather, un LP igualmente destacado. Nada mal después de un tiempo cuando estás destinado a vaciar tu mente de ideas, contrario a llenarlas.

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Tomó una aproximación única al conflicto de Israel-Palestina

Previo a su concierto del 2009 en Tel Aviv, Cohen recibió presión por parte de los grupos de Derechos Humanos para boicotear al país y cancelar su show israelí, planeado previamente. En respuesta, el cantante decidió donar las ganancias recaudadas a una caridad en Gaza y anunció un toque en la ciudad palestina de Ramala. Tristemente, los promotores eventualmente cancelaron el show, pero tenemos que admitir que el pensamiento estuvo ahí.

Ha vivido a través de su propio legado con dignidad

Es extraño pensar que a los 80 años Leonard Cohen es más popular y respetado de lo que nunca ha sido. Es una proeza sin precedentes, solo piensen: Johnny Cash estaba llegando a sus setenta cuando grabó sus American records, que revitalizaron su carrera. Pero lo más sorprendente es que Cohen no ha hecho algo vergonzoso jamás. Vivir a través de tu mismo legado es algo difícil de manejar con tal dignidad, estos niveles de idolatría pueden llegar a la cabeza de incluso las mejores personas. Pero, ¿habría colaborado Cohen con Metallica? Claro que no. ¿Habría hecho un Self-Portrait o Dylan & The Dead? Nah. Es muy meticuloso para eso. Incluso en un mundo donde el “Hallelujah” se ha convertido en un popular show de talento, Cohen no ha sucumbido a ningún truco publicitario, a diferencia de, por ejemplo, un Dylan quien ha participado en varios avisos para carros y perfumes.