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Música

Planeta No: Hacia un pop libertario

Platicamos con la banda de Concepción sobre sus posturas políticas, su álbum debut, ‘Odio’, y cómo ha ido cambiando su sonido.

Foto tomada del Facebook de Planeta No

La primera vez que supe de Planeta No fue por un afiche pegado en las escaleras de Balmaceda Arte Joven, hace años, cuando daba un taller de escritura y fanzine. Pensaba que era un buen nombre para una publicación a contracorriente. Años después me vine a México; entonces me he mantenido escuchando radios locales por Internet, pillando lo que difícilmente se pilla desde el otro hemisferio. Un día, entre el secado de pelo y el encremado sonó Señorita” en Radio Uno una frase: “y luego cada fin de semana, hacemos lo que quieras de mí y no nos parecemos en nada”. Googleé la letra, supe quienes eran, los busqué y, después del lanzamiento de su primer álbum de estudio, Odio (el cual pueden escuchar aquí abajo) coordinamos esta entrevista.

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NOISEY: Hola chicos. Cuéntenme, ¿de qué se trata Planeta No?
Juan Pablo (JP): Planeta No nace más menos hace 5 años. Nosotros venimos de Concepción, del sur de Chile, y nos vinimos por separado a estudiar música a distintas universidades. Con el Camilo nos conocíamos y con el Gonzalo teníamos amigos en común.

Camilo: Los primeros tres años de la banda comenzamos a participar de cuanto concurso había. En esas cuestiones que se llamaban Escuelas de Rock, el festival de Balmaceda Arte Joven, no sé… teníamos canciones nomás, pero no teníamos las canciones grabadas. Y con eso chamulleábamos, tocábamos en bares y eso. En Concepción como que todos tocábamos en diferentes bandas. Gonzalo, a pesar de que lo conocimos en Santiago, es de Chillán, pero su banda tocaba en Conce y de alguna manera nos cachábamos. Con JP nos habíamos conocido tocando en bandas tributos. Él fue el que me contó esto de venir a estudiar música a Santiago. Y fue como “ya poh, vamos”. Estudiamos en la Escuela Moderna de Música. Y cuando pasaron como 6 meses más o menos, llegó el Gonzalo que también quería estudiar música. Se pusieron en contacto por el Messenger y ahí nos juntamos a ensayar. Empezamos a tocar canciones que tenía el grupo anterior del Gonzalo (Transandinos). Y ya después, con el tiempo, desechamos todo ese material y comenzamos a hacer canciones nuevas.

En ese sentido, ¿cómo ha evolucionado su sonido?
Gonzalo: El sonido a todas luces no es el mismo, fue cambiando en un proceso semiconsciente. Al principio, nos juntamos sin imponer un estilo particular a lo que estábamos haciendo. Después estuvimos harto rato en algo que se le podría definir como indie, y ahora que se parece a algo así como pop chileno. Pronto tendrá otra sazón que se irá construyendo con el tiempo, una sazón más propia.

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JP: Al comienzo la banda era mucho más garage, más guitarra, y ahora como que conocimos un poco el electro-pop, los sintetizadores y las secuencias. Sin querer, la forma de componer del Gonzalo cambió y, ahora, como que las canciones son mucho más livianas y fáciles de escucharlas. Yo diría que no es algo forzado, porque no pensamos en hacer canciones para la radio, pero el tema es que sí nos salen canciones para la radio.

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¿Ese tránsito les ha dejado un sonido o tono característico?
JP: Creo que ese sonido todavía está en búsqueda. A mí me alegra que, ahora que ya sacamos el disco, la gente vea algo distintivo en la banda. Es difícil para nosotros verlo porque estamos muy de cerca, pero sí siento que se está perfilando un estilo que es como pop chileno, onda Dënver, pero con un agregado nuestro que viene a ser la música latina. La influencia de cantautores como Camilo Sesto, Emmanuel, además de la visión política que el Gonzalo pone en sus letras. Ahí está nuestra diferencia.

Gonzalo, ¿en qué piensas cuando compones?
Gonzalo: Es como si escribiera cuentos de realismo no-mágico, sobre cosas cotidianas. No es como que le escriba a alguien, no en segunda persona; más bien siempre pienso en historias con personajes. Son historias pequeñas que tienen una relación tangente con un problema general de la sociedad que a mí me interesa. Hay un montón de cosas que me obsesionan en lo personal, como la tensión que siente un adolescente para amoldarse a las normas que le están imponiendo y cómo expresa su rabia de manera muy desordenada y muy bonita, a mi parecer. De eso, por ejemplo, se trata la canción “Odio” que da inicio y el nombre del disco.

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¿Y cuánto de tu experiencia personal tiene esta, llamémosla, “inspiración social”?
Gonzalo: Todo. Lo que yo he vivido y aprendido. No existe una inspiración que no tenga relación con lo que he recibido del compendio de culturas que es este país del tercer mundo. Yo sólo lo vomito de un modo natural. Tengo referentes, son muchos. Hay problemas específicamente musicales como de estructuras o arreglos, en los cuales puedo enlistar con mayor precisión a los gringos modernos por su producción, básicament, así como los compositores mayores de la canción popular latinoamericana como Manuel Alejandro, Ana Magdalena. Y para las letras, ahí me es mucho más difuso. Porque yo leo mucho y no me acuerdo ni siquiera de los títulos de los libros que leo. Si hay una persona que he leído mucho es Marx pero no es ficción, no es novela.

Camilo: Creo que una de las influencias más grandes que tenemos es la música que nos rodea actualmente, que tiene una estructura muy determinada. Pero en cuanto a sonido sí ha estado influenciada por las bandas en las que hemos estado. El JP era el baterista de los Ases Falsos y yo tocaba bajo con los Dënver. Dentro de esas influencias podemos rescatar una visión de cómo trabajar, de cómo hacer canciones, además de cómo montar un show y todas esas cosas que son extra musicales.

Gonzalo: Los tres hemos trabajado —sobre todo Camilo y yo— de roadies en distintas bandas, ahí sí que la lista se hace larga. Así conocimos el tras bambalinas de cómo trabajaban una inmensa cantidad de cantantes pop chilenos. Nosotros trabajamos con ellos cuando éramos mas chicos (no hace mucho) y pudimos aprender de ellos sin que ellos quisieran enseñarnos, pero aprendimos. Trabajamos con Astro, con Gepe, con el Pedro Piedra, con el Fernando Milagros… y de todos pudimos rescatar algo.

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Camilo: Lo principal fue lo extra musical, onda: la preocupación que tenían, los mismos músicos, por gestionar su propia fecha, de estar pendientes si la gente va o no va a los eventos. De mandar mails a medios para que puedan escribir sobre el disco, cosas así.

Gonzalo: Aprendimos a trabajar como perros y aprendimos que las estrellas de rock tales como las leíamos en las revistas de niños no existen hoy en día; no se condice con la situación actual de la música. Las empresas y todos los pasos de la industria discográficas son distintas, el publico es distinto, los músicos son distintos, las productoras de eventos y la sociedad es distinta.

Camilo: Acá ya no quedan grandes sellos discográficos que trabajen a un artista y que puedan tener a una persona y decirle: “vamos a hacer esto y eso; tú no te preocupes de nada”. Al contario: los sellos que son los que están reviviendo la música independiente en Chile, son personas como nosotros, donde el jefe y el Community Manager es uno mismo. La forma de trabajar es muy cercana.

Planeta No presentando Odio. Foto por Carlos Molina

¿La participación en Ases Falsos, como en Dënver, ya es pasado?
JP: Sí, pasado pisado. Fue un lindo episodio pero culminó. Los planetas se alinearon y terminó justo en el momento cuando la banda se perfila como una “nueva promesa”, o no sé qué.

Camilo: Hubiéramos estado pal’ hoyo si estuviéramos trabajando para los chiquillos y también para nosotros. Siempre va a salir uno desfavorecido, así que creo que los líderes de los otros grupos vieron eso y no sé, nos hicieron el favor de dejarnos libres.

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¿Hubo algún momento en el que dijeran “esto no vamos a ser”? ¿Un momento en el que definieran sus límites?
Gonzalo: Sí poh’, es habitual cuando uno empieza definirse en base a negación. Yo me acuerdo de haber hecho una lista de 10 reglas que debía tener mi nueva banda, cuando empecé con Planeta No. Y tenía cosas como: “No usar teclados o sintetizadores”, jajaja. “No ocupar guitarra acústica”. Y resulta que un año después me enamoré de los sintetizadores. No los conocía, entonces todo lo que planeé no era. Tuvimos a la vista un límite que después cruzamos.

¿Qué bandas consideras cercanas a su estilo?
Gonzalo: Nuestras bandas más cercanas son las del sello Beast Discos, con el cual comenzamos y seguimos trabajando. Por ejemplo, con la banda Mantarraya nos conocemos desde los 12 años, porque son de Concepción. Los Niño Cohete son más grandes que nosotros…. en realidad, no es tan cercana, pero sí los vimos tocar de muy chicos. Los Julia Smith también, incluso vivieron con nosotros acá en Santiago. Con Aldo Benicassa de The Ganjas, también. Yo considero que es una especie de mentor para mí, porque me enseñó a trabajar en muchísimas cosas que no tenía idea.

¿Qué piensan ustedes sobre el prejuicio hacia música pop onda “es basura”?
Camilo: No sé, creo que igual es malo tener prejuicios sobre algo. Nosotros crecimos escuchando esa música. Quizá las personas que digan eso sean de una generación mayor, pero en mi casa —por ejemplo— era súper normal ver a mi mamá o a mi tía escuchar los Bee Gees, Michael Jackson o a cantantes cebolleros. Y esos son mis recuerdos. Al final estamos reviviendo lo que nosotros somos desde la crianza.

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Gonzalo: Me parece importante lo que dijo el Camilo. Me parece que es casi una cita de lo que dice el productor chileno Cristián Heyne, que no se le puede poner coto a la creación. No se le puede poner límite, menos desde el prejuicio. Es prejuicio es normal, nace del gusto; sin embargo, no podemos hacer de eso una acción limitadora en la producción cultural. No podemos decir que el reggaetón es peor que el pop, que el pop es peor que la otra cosa, que hay una dualidad entre rock y pop, y que hoy ganaría el pop… mañana ganaría el rock. Para mí eso no tiene mayor sentido.

¿Podrías decir que tus canciones tienen sentido político?
Gonzalo: Creo que todas las canciones lo tienen, quiéranlo o no. Todos tenemos origen y final, y lo que hace uno está apoyando algo. Uno verá cual es sentido que se pone en eso. Si yo no veo con visión critica lo que está pasando en este país estoy apoyando por omisión las cosas malas que tiene la sociedad. No es que quiera hacer una canción sobre tal o cual tema —porque creo que somos muy poco geniales para hacer canciones, entonces lo que sale bueno tenemos que usarlo nomás—, es sólo que no podemos filtrar mucho. Sin embargo, lo que sí es consciente es decir cómo es uno. Yo adhiero al feminismo, soy de izquierda y muy critico de los partidos de izquierda, más bien cercano a lo libertario. Eso sí lo he elegido ser, he elegido pensar en lo colectivo, estudiar humanidades para entender por qué me molestan tantas cosas de la sociedad y eso se manifiesta en las canciones, sin querer. Yo estudié y estudio humanidades de modo autodidacta. Mi hermano estudia sociología y me pasa los libros que él ya entendió y me explica cuando no lo entiendo, que es la mayoría de las veces.

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Presentación de Odio en el Cine Arte Alameda. Foto por Carlos Molina

Entonces, ¿el pop podría ser de izquierda?
Gonzalo: Es una pregunta súper interesante; yo también me la estoy haciendo en este tiempo. Me pasan cosas muy raras: pegar afiches para nuestros conciertos en comunas que yo no recorro. Y yo no soy particularmente de clase baja, pero las comunas donde las pegaron eran de clase alta, comunas que yo no frecuento. El single de nuestra banda “Sol a sol” salió durante una semana exclusivamente en la plataforma digital Spotify y yo no la pude escuchar porque no tengo teléfono inteligente. Siento en carne propia esa contradicción. Recorro el camino de la sociedad capitalista y el camino de las canciones. Sin embargo, eso es lo que me gusta jugar, así que voy a explorar esa pregunta tuya por mucho, mucho tiempo más. No sé cuando tendré la respuesta.

Oye, ¿y la ideología de izquierda o tus posiciones libertarias, podrían valerse de la música para incidir en la transformación social de una manera más inmediata?
Gonzalo: No me hice músico para difundir ideas, pero obvio que una canción puede hacerlo. Pero yo no pongo la música en pos de una idea particular, porque después la música queda teñida de esa idea o le puede hacer daño a esa idea. Es rara esa relación utilitaria del trabajo musical del que se hicieron cargo, por ejemplo y durante mucho tiempo, en la Unidad Popular.

JP: Mmm… estaba escuchando atentamente las respuestas maestras de Gonzalo y, últimamente, nos han preguntado harto si puede haber una banda pop con sentido político y social, y blablabla. Yo creo que la música, por el hecho ser música, tiene un sentido social o político, pero no por eso hay que casarse con una idea, con una sola forma de hacer una canción. Si ahora es el momento de criticar a través de la banda está bien, pero eso no quiere decir que lo vaya a hacer siempre.

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Gonzalo: Además hacer una canción no es más valioso que hablar con los vecinos y hacer una actividad colectiva como un partido de futbol. Eso es tan político como una canción. En realidad, nuestro disco nunca fue pensado como político y tampoco hemos querido hacer canciones políticas. Entonces, que nos salgan así, es porque somos parados de raja nomás. Es pura cuea [suerte].

En verdad, evitamos mucho, muchísimo proyectarnos en una suerte de lugar en la escena, porque no nos gusta hacer reverberancia de nosotros mismos. Lo que tiene que hacer recambio es la sociedad completa, no sólo los músicos tienen que ponerse críticos y pensar lo que pasa. Sino que todas las personas que trabajan, en todas las áreas, todos tienen que dejar de ver televisión y ponerse a trabajar siendo conscientes de la sociedad en que viven. Igual, nosotros somos hijos de nuestro tiempo. Por edad nos tocó la Revolución Pingüina cuando estábamos en tercero medio. En el 2012 yo era mechón en la universidad. En el 2013 era dirigente de mi universidad y hasta estos años siguen habiendo protestas. Y nosotros seguimos asistiendo, sobretodo yo.

Foto por Mila Belén, tomada del Facebook de la banda

En ese contexto, ¿qué formas de opresión les ha tocado trabajar a la hora de crear?
Gonzalo: Bueno, desde la ventana de la pieza de Camilo, acá en Santiago, se puede ver el lugar donde mataron a Daniel Zamudio. Estamos acá en las torres de San Borja.

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Camilo: Puta igual, a mí personalmente una de las cosas que mas me marcaron fue que vine de Concepción, ¿cachai’? Una ciudad puta más al sur, y muy distinta a lo que es Santiago. Los últimos 5 años, los he vivido en el centro mismo de Santiago —donde pasan cosas—, estudiando una carrera que es artística y todo, junto con compañeros de danza. Ahí te empezai’ a encontrar con gente gay, lesbianas, transexuales que te fijai’ son personas común y corrientes; gente que sufre acoso en la calle y que no debería sufrirlo. No deberían sentirse discriminados o abusados.

Gonzalo: Eso nos pasa a todos, pero lo normalizamos. A ti también te debe haber pasado. Mira, nosotros tres somos negros, así que de partida hay puertas que tenemos cerradas y vivimos lo mismo que vive el resto todos los días. A mí me pueden pasar por el frente cuatro micros (buses) y no me paran porque tengo una tabla de skate en la mano. Noto también cómo acosan a todas las minas, simplemente con la mirada. A mí me ha tocado, no sé cuando, pero un par de veces, que una mujer me jotee [coquetee] de manera pesada y agresiva…. y pienso “Uy, qué lata esta persona ¿por qué hace eso?”. Pero al tiro pienso “y eso es lo que vive una mujer toda su vida, poh hueón”.

¿Cómo llegaron al EP Matucana? ¿Cómo fue ese proceso?
JP: Ese proceso fue súper apresurado. Estábamos trabajando un disco que se demoraba años. Ya era ridículo, onda, causa de burla de los amigos cercanos “¡Oye, ya poh saquen el disco luego!” y hueás así. Y estábamos grabando el disco y dijimos: “Oye, sabí que tenemos para rato con el disco y nos van a matar si no sacamos nada”. Así que decidimos sacar el EP con cuatro canciones que no habían pasado la prueba para el disco. Lo grabamos paralelamente en nuestro estudio con ayuda del Milton Mahan y Pablo Muñoz, que tienen una dupla que se llama De Janeiros. Al final, terminó siendo nuestro trampolín, nos ha dado todo hasta este momento.

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Gonzalo: En el EP y en disco, me tocó ejercer como productor. Y hago una mejor evaluación en el EP que en el disco, respecto de las condiciones en que fue hecho y de los objetivos que tenían.

¿Y qué tipo de expectativas tienen con Odio?

JP: Yo tengo todas las expectativas. Si este disco no me da de comer, yo disuelvo la banda. Es mi ultima esperanza de ser mús…. Jajaja, no.

Camilo: No sé. Yo no tengo punto fijo donde quiera llegar, pero sí es un trabajo constante que tenemos que realizar y es súper raro porque hace dos meses estábamos planificando el lanzamiento. Y yo decía: “ya, después del lanzamiento vamos a poder descansar” y resulta que no es así, porque después del lanzamiento tengo que seguir planificando la gira a México y después de la gira quizá qué voy a estar planificando. Tenemos de estar pendientes sobre el trabajo y no dejarlo estar nomás, cacha’. Como que si nosotros no hacemos nada, nadie lo va a hacer por nosotros.

¿Cuáles son sus canciones más queridas del disco?
Gonzalo: Mi canción favorita del disco es “Vacaciones de invierno”. No me gusta mucho la producción, pero creo que es muy puro el camino que tiene, desde que fue compuesta y hasta que llegó a publicarse con la banda. Eso quiere decir que fue una buena propuesta inicial. La producción no está tan bien lograda. Quería una grabación muy lo fi, muy indie; sin embargo, no lo realicé bien y el resto de personas tenían una opinión contraria a la mía, así que quedó en un punto medio entre esos dos polos. Y cuando algo queda en un punto medio, uno tiene el peor resultado, porque ya no tiene personalidad. Para más vía crucis es mi canción favorita.

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Camilo: La que más me gusta…

Gonzalo: No mintái hueón, no te gusta ninguna.

JP: Jajaja, ya vamos a decir la verdad: el Camilo no se sabe los nombres de las canciones.

Camilo: Jajaja, la que más me gusta es la primera canción ¿Cómo se llama? No… la que me gusta es “Odio”. Fue una de las que menos escuché y debe ser por eso. Gonzalo llegó con la idea bastante hecha y la realizó entera. De hecho, cuando terminaron de grabar esa canción yo no estaba acá. Relata una historia de principio a fin y no te dan ganas de cortarla entre medio, que es lo que puede matar una canción.

JP: A pesar de que considero que hay muchas canciones buenas en el disco como “El Campo”, que son muy pegotes, “Vacaciones de invierno” es una de mis favoritas porque quedó tal cual Gonzalo la compuso. Es una canción muy honesta, es un tema redondo, perfecto. Y otro tema muy similar a ese es el que cierra el disco: “Zapatillas con luces de color” y es uno de los más experimentales. Quizá nadie lo escuche porque es muy pegado, pero si uno le pone atención a la letra y la música, se da cuenta que va creciendo y creciendo. La letra es una de las mejores que ha hecho Gonzalo.

Una duda: cuando Gonzalo habla políticamente, ¿ustedes se sienten identificados con lo que él propone, o solamente se suman al discurso y su composición?
Gonzalo: ¡Qué! ¡Si los cabros son hijos de militares!

Camilo: Jejeje.

Gonzalo: ¡Esto se llama durmiendo con el enemigo!

Camilo: Esta es una banda muy poco consecuente en realidad, porque Gonzalo es hijo de papá millonario.

Gonzalo: ¡Ooooohhhhh!

JP: Pero reniega de eso. Yo soy hijo de militar, pero no comparto ninguno de los hechos que ocurrieron bajo la Dictadura Militar. Camilo es hijo de uno de la Armada, entonces uno podría decir que la banda es nada que ver. Gonzalo me molesta cuando habla por la banda y dice cosas, pensamientos de él como si fueran de la banda, porque una banda no puede tener un mismo pensamiento. De hecho, me recuerda a lo mismo que pasa con los Ases Falsos que, de repente Cristóbal (Briceño) decía algo y nadie opinaba así. Pero sí hay cosas que tenemos en común; si no, no estaríamos trabajando juntos, compartiendo música. Pero con el Camilo somos un poco más suaves en las cosas que pensamos.

Camilo: Personalmente, pienso que pasa un poco por un tema de ignorancia frente al tema, porque yo no soy estudioso, no soy bueno para leer. No me he instruido tanto como Gonzalo sobre los temas, pero sí comparto muchas de las temáticas que él presenta. Igual soy uno de los que tiene que andar subiéndose sin pagar a la micro porque no tiene plata para la Bip [tarjeta]. Apoyo caleta a los estudiantes, pero no puedo ir a las marchas porque tengo que trabajar, porque tengo que pagar el arriendo de donde estoy viviendo, ¿cachai’?

Gonzalo: Yo creo que sólo nos separa la teoría, más que nada.

JP: Sí poh y, en realidad, Gonzalo es súper extremista. No sé, si un día el loco se da vuelta y quiere ser facho, va a ser el loco más facho del mundo. Y yo no soy así, siempre estoy en un consenso.

Camilo: Pero mira, esto tenemos en común. Si puedo ir a comprarle un cafecito a la señora del carrito, que te cuesta 200 pesos, entre ir a un Starbucks… voy a preferir el carrito mil veces, por apoyar a la señora y porque es más barato.

Próximas fechas de Planeta No:

14 oct / Casa Ballantines / Santiago, Chile
17 oct / La Bodeguita de Nicanor / Concepción, Chile (+ info)
14 nov / IztaFest / Puebla, México (Boletos aquí)
19 mar, 2016 / Lollapalooza Chile / Santiago, Chile (Boletos aquí)

Andrea Ocampo también se expresa sin filtro, sólo que a través de su Twitter – @andreiii