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Música

¿El EDM es un género de verdad?

Ese es el pedo de los géneros: todos son una mamada.

El estado de la música popular esta en constante flujo, generalmente con narrativas diametralmente distintas que compiten por controlar como percibimos y recordamos la música, a los artistas y hasta a movimientos enteros. ¿Será que el disco suckeó o en realidad prendió a una generación, dandole voz a toda una cultura?¿En realidad Elvis inventó el rock n’ roll o es solo una mentira que perpetuamos en el whitewashing constante de la historia musical? ¿El hip-hop fue inventado en The Bronx por Kool Herc, o nomás son mitos de creación que cuenta la gente y que resultaron ser puntos de génesis convenientes? Las respuestas a estas preguntas caben en un punto intermedio y varían dependiendo en quién lo pregunte.

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Esto nos trae al EDM , el termino que quizá-es-un-genero, o quizá-es-nada, y quiere decir “Música Electrónica de Baile” (Electronic Dance Music por sus siglas en ingles), el cual es una tenue Isla de Juguetes Inadaptados donde artistas con estilos discrepantes como Deadmau5, Diplo y Dastik pueden, en teoría, coexistir. Denominar a una canción como “EDM” carga ciertas connotaciones, tanto negativas como positivas, dependiendo de quien haga el branding.

¿Como definimos a un “genero” en términos de música? El repositorio del conocimiento humano en su totalidad (o sea, Wikipedia) especifica que un genero musical es “una categoría convencional que identifica piezas de música como parte de una tradición común o grupo de convenciones,” haciendo resaltar la diferencia entre un genero y un estilo musical (un estilo es más especifico) o una forma musical (más estructural la onda). Básicamente, si una pieza de música se puede situar dentro de una narrativa común, cabe dentro de ese genero. Pero, ¿a quién le corresponde plantear la música dentro de una cronología, y quién determina los parámetros de tal? ¿Los artistas, el público o los críticos?

Ese es el pedo de los géneros: todos son una mamada. Como escribió Kool A.D. de Das Racist: “Los conceptos, como los ‘periodos’ y hasta los ‘generos’ son tan solo colecciones de tropos, que no contienen un significado inherente, si no significados contextuales que solo sirven hasta el punto en el cual nos ayudan a organizar textos. El punto en el cual sirven para definir textos es cuando pasan por un escrutinio tan intenso que los priva de todo sentido” y continua diciendo, “El análisis del genero es en gran parte un análisis de mercadotecnia.” Es obvio que esto es verdad. Nunca pondríamos a Steely Dan y a Deafheaven juntos, al menos que fuésemos empleados de Best Buy, y en ese caso sí podrían caber dentro de la misma sección porque los dos caen nominalmente dentro de aquel genero extremadamente vago llamado “Rock.” Y luego existen los subgéneros, que explican un poco mejor a lo que suenan en realidad los artistas. Indie Rock. Metal Progresivo. Twee. Crunk. Aún así, en el fondo, estos nombres existen en base a oferta y demanda. Si te gusta un artista que podría caber dentro de cierta etiqueta de genero exiges, en teoría, más música que suene similar. Se busca dentro de aquella etiqueta, y se encuentra una oferta de más artistas que podrían ser de tu agrado. La erosión en las ventas de discos complica un tanto esta situación, pero hasta eso ni tanto, una vez que analizas el “producto” que viene siendo el show en vivo, a diferencia de la música en si que, en este caso, se relega a servir como comercial el verdadero producto, o sea el show en vivo.

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Es a través de este lente que podemos atacar al EDM, desde un punto de vista critico. Parece estar clínicamente diseñado para la época post-venta de discos, una especie de rebranding que señala hacia un nuevo templado de comercio, ya que el formato del sencillo provee una barrera de entrada mucho más accesible a la música, y sirve de manera mucho más evidente como un comercial para el show en vivo, que es el verdadero punto crucial de la experiencia EDM.

Y en un mundo en el cual la venta de discos va en constante declive, es obvio porque le resulta tan llamativo impulsar una nueva categoría de música a aquellos ejecutivos que buscan mantener sus disqueras a flote. ¿Pero en qué momento el comercio exige que se categorice el arte de nuevas formas? Se puede argumentar–con algo de exactitud–que los ejecutivos están intentando lucrar con el giro que ha tomado el pop hacia la electrónica, acordonando una sola categoría rebrandeada que carga nuevas expectativas comerciales.

Siempre ha habido una rica tradición de DJs, clubs y música de baile en Estados Unidos verdaderamente increíble, que por equis o ye razón, el público apenas está pelando. ¿Y donde cabe el ”EDM” dentro de la trayectoria de la música de baile? Cuando entrevisté al talentoso prodigio Zedd hace casi un año, admitió que antes de empezar a producir, el único acto electrónico que ubicaba en realidad era Daft Punk. De igual manera, a Skrillex le gusta contar un anécdota, similar a una búsqueda de visión, que le ocurrió mientras se encontraba solo en un concierto de Daft Punk, donde nació su anhelo por comunicar el mismo sentido de liberación extática que le impartieron un par de franceses fingiendo ser robots. Es justo asumir que para muchos oyentes casuales de la música menores de 25 años en Estados Unidos, Daft Punk y (probablemente) Aphex Twin fueron el mayor criterio musical en su juventud. (Es por eso que Random Access Memories venderá un chingo cuando salga). Tomar música que es creada fuera de la historia, y que se presenta a un público que la consume fuera de la historia, y que la intenta posicionar dentro de una narrativa por la cual no se preocupa mucho, puede parecer un tanto injusto, y es por eso que el EDM es un termino completamente valido para describir cierta tendencia en la música de baile, que se puede agrupar con el fin de separarse de música con más conciencia histórica, como lo es el juke o el UK Funky.

Pero pues, decir que alguien no debería pertenecer a cierta clica a pesar de usar las mismas herramientas para crear los mismos productos es una posición un tanto pesada, si no es que peligrosamente conservadora. Cuando se analiza la estructura y función del EDM, se percibe que este difiere bastante de la música de baile de antaño. El punto de DJs como Skrillex es aquel drop abarca-todo–, la manipulación de tensión y descarga (en cualquier forma, no solo el WOWOWOWOW es que tan representativo del dubstep) se pone en primer plano. Contrasta esto con el calor lento y deliberado del minimal, o la expresión extática del Chicago House. Si analisamos la presentación de Avicci este año en Ultra, el festival masivo de EDM, podemos encontrar pruebas contundentes de que esto es un hard cut de la música de baile de antaño. Similar a lo que fue el salto de Bob Dylan hacia la guitarra eléctrica, Avicci tocó con un equipo tradicional de DJ por una cantidad nomina de tiempo, luego se bajó del escenario y regresó con una banda completa que incluía, entre otra gente, a miembros de Incubus, así como el cantante Aloe Blacc. Después, Avicii y la banda prosiguieron a tocar su nuevo disco, un álbum acústico al estilo Mumford and Sons, cuya única similitud estructural con el resto de su obra fue que contenía el equivalente instrumental dedrops. Lo cual pone en duda la función del drop en si––se relaciona más al pasado de la música de baile, o simplemente se trata de la próxima encarnación del solo de guitarra? ¿Y si el EDM puede ser EDM por virtud de su contexto (un festival rave) y sus practicantes (Avicci, ciertamente uno de los titanes del EDM) a diferencia del sonido en si, entonces “Electronic Dance Music” (Música Electronica de Baile) es el termino apropiado para describir este nuevo tipo de música?

Es esta sensación de novedad absoluta y confusión ante el EDM que lo vuelve tan emocionante para muchos. Emana una energía de rompelo-y-empieza-de-nuevo que no es tan diferente a la del punk. Pero, a diferencia del punk, los prospectos comerciales de esta música son ilimitados. Está por verse si la historia será amable con el EDM (o si tan siquiera lo reconocerá), ya que eso depende mucho de quien esté escribiendo dicha historia. Pero, una cosa sí es segura, el EDM es lo suficientemente real como para que estemos teniendo esta discusión, y eso en si es notable.

@DrewMillward