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Música

"Dubnobasswithmyheadman" de Underworld, veinte años después

Karl Hyde y Rick Smith nos platican sobre su pasado musical, la relación entre las drogas y la escena, y de cómo fueron pioneros del EDM antes del EDM.

Underworld, Londres, 1994.

La idea de relevancia de un acto como Underworld parece simbólica. Después de pasar treinta años subvirtiendo eso que supuestamente constituye una "banda", los continuos movimientos de Karl Hyde y Rick Smith han significado la creación de una música que se extiende a casi todas las pistas de la electrónica.

Y más allá.

El innovador álbum de 1994 Dubnobasswithmyheadman llegó casi una década después de que el par hubiera experimentado con electro-pop como The Screen Gemz, y fue un brebaje embriagador de canciones-no-canciones. Algo que funcionaba en los clubes, pero que aun así tenía estructura, melodía y, en ciertos momentos, letras aleatorias que parecían cruzarse. Tomando la delantera de sus respectivos pasados musicales y respaldados por la unión con uno de los DJ's más solicitados del mundo en ese momento, Darren Emerson, para muchos Underworld fue el epítome de la música dance de mitad de los noventa. Techno, house, jungle, trance y una continua fascinación con Kraftwerk, todo filtrado en su música, dio como resultado el inevitable sencillo “Born Slippy”, un absoluto hit incluido en la banda sonora de Trainspotting.

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Y luego vino la leyenda.

Con una nueva edición de lujo de cinco discos del proceso detrás del Dubnobasswithmyheadman, parece que, dos décadas después, Underworld es una fuente de conocimiento cuando se trata de llevar la música electrónica fuera de los clubes y a lo mainstream. Nos encontramos con los señores Hyde y Smith para hablar de cómo se siente revisitar el pasado, la relación entre las drogas y la escena musical, y cómo dirigieron la manada cuando se trataba de música dance de estadio.

NOISEY: ¿Cómo se siente volver al Dubnobasswithyourheadman, dos décadas después de su concepción?

Karl Hyde: Hubo un cambió de dirección. Volvimos a él y ya no es el mismo, es un negocio diferente [risas].

¿Así que tienen un acercamiento diferente a la música, ahora que tanto esta como ustedes son más "maduros"?

Rick Smith: Absolutamente. No es una buena idea tratar de quedarse veinte años atrás. Es una mezcla de sentimientos, ¿sabes? A veces resulta desagradable, pero está en tu naturaleza tratar y cambiar, superarte y crear algo nuevo… pero luego es un álbum que amamos y es un sentimiento extraño volver a estar ahí dentro después de tanto tiempo. No es algo que esperáramos que pasara nunca…

Creo que en ese momento la música club o electrónica todavía estaba encontrando su base dentro de una escala comercial…

KH: Sí lo estaba. En algunos aspectos fue antes de la gran explosión de los DJ's “superestrellas”. Hubo grandes raves ilegales para miles de personas, fue muy emocionante. Había buenos clubes y buenas fiestas… como las de Junior Boys Own, quienes estaban armando muchas de estas. La música dance estaba en la radio como lo había estado desde los cincuenta, una versión, pero no se había convertido en lo que es actualmente, presente en todas partes. Todo el mundo nos decía “se acabará pronto", pero, ¡seguía viniendo!

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Dubnobasswithmyheadman, 1994.

Es interesante ahora que, veinte años después, parece haber una segunda o hasta una tercera ola de cultura rave que se está tomando países como Estados Unidos…

KH: Finalmente lo entendieron allí, ¿no? Lo entendieron. Muchos de nosotros lo intentamos y ellos decidieron que iban a hacerlo a su paso y ahora es masivo allá.

RS: Gigante.

KH: Tienden a hacer las cosas a una escala muy grande. Dios los bendiga.

¿Qué memorias definen ese momento, la cultura club de los noventa?

RS: Si nos ponemos con detalles, podríamos estar acá por seis meses hablando sobre memorias y momentos. Pero de manera general, se sintió como un periodo muy breve. Era cuestión de unos cuantos años para que el paisaje de cosas cambiara, y, también, la naturaleza de lo que éramos y a lo que estábamos comprometidos. Vivimos ese momento antes de que los estilos de la música dance tuvieran nombres. Podías estar en un club y un DJ estar tocando house, techno, electro, funk, hip-hop, jungle y no era inusual oír distintas mezclas de géneros. Encuentro fascinante cómo la música dance se convirtió rápidamente en una gran división de géneros. La gente se metió mucho en sus propias cosas y todo lo demás estaba prohibido, a menos que tuviera ese sonido particular.

¿Creen que los temas del álbum, veinte años después, todavía están vigentes? Parece que le ponen menos importancia a las letras en la música dance moderna…

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KH: Creo que en cuanto a lo lírico, el paisaje es un poco tibio. Todo volvió a la plantilla chicluda de los cincuenta. Algunas veces, cuando llegábamos ahí, era mucho de eso. Sonaba bien por un periodo de tiempo limitado y eso fue de lo que nos separamos. Frases cortas que no estaban ni aquí ni allá en su significado. Que usualmente decían algo muy positivo, que afirmaban la vida, pero eso era todo. Estabas ahí para pasar un buen rato y las palabras decían eso. Creo que escogimos no hacerlo, y no estábamos escribiendo canciones de protesta, hablamos sobre la música y los beats y cómo te hacían sentir y, después, justo en el fondo, encontrabas que había algunas palabras que te decían algo, de tal manera que podían ser tan específicas o no tan específicas como quisieras.

¿Qué tan importantes, creen, han sido las drogas para el desarrollo de la cultura?

KH: Ohhhhh… nada que ver [risas]. Era evidente desde que tocábamos que los ánimos estaban alterados por cualquiera de las sustancias que las personas estaban ingiriendo. Crecí alrededor de los clubes, sabiendo que las personas estaban en algo… y esto crea un cierto tipo de ambiente. Cuando empezamos en la cultura club, sabíamos cuál era la droga de la temporada por el ánimo de la audiencia, y por mucho tiempo había gente bonita y feliz. Es bueno comunicarse con personas que son felices, en vez de las que son violentas.

RS: Si, eso era lo que me impactaba la mayoría de las veces, lo fantástica que era la atmósfera. Donde quiera que estuviéramos o donde fuera que tocáramos o cualquier club al que íbamos, sin importar si era el Bar Milk en sus primeros días o Sound Shaft, cuando empezamos con lo toques había este increíble ambiente de celebración y alegría, nunca vimos violencia y este no era el mundo que ocupamos previamente. En los ochenta era mucho más… simplemente era algo a lo que no estábamos acostumbrados.

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Underworld, London, 1994.

KH: La otra cosa es que en los clubes a los que íbamos, no todo el mundo ingería substancias. Todo permeaba la atmosfera del lugar, era simplemente una buena vibra, buena voluntad, todo el mundo quería que la persona de al lado pasara un buen rato, ¡todos estábamos pasándola bien!

¿Se mantienen al tanto con lo que pasa actualmente con la música electrónica?

KH: No.

RS: No. No tengo tiempo. Paso por fases donde lo tengo, donde tiempo e interés se encuentran, pero tiende a no ser diferente de cuando era joven, la verdad, hay mucha estupidez, así que tienes que tener tiempo para pasar a través de las estupideces y encontrar esas gemas, que las hay, algunas cosas extraordinarias y emocionantes.

KH: Tiendo a tener que apoyarme en mis amigos, más o menos como siempre fue. Tú sabes… “¿Qué estás oyendo?” y eso. Luego te llega algo y dices “No me gustó tanto” y sigues tratando y luego alguien te manda algo y dices “¡Oh! Esto conecta conmigo. ¿Qué es?”.

RS: Pero a mí nunca me gustó la música dance igualmente, así que eso no ha cambiado. Hay un dúo punk que se llama Slaves y me encontré este demo llamado “Debbie Where’s Your Car” [canta] “Debbie where’s your car / where’s yer car Debbie!” y googleé algunas cosas sobre ellos y simplemente me parecen muy emocionantes. En mi cabeza tengo una versión de esa idea que tiene un groove y suena bien bombeado en un club, contrario a ese pequeño sonido rock.

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¿Tienen algo que decir frente al término ‘EDM’?

KH: Bueno, ¿esa es la cosa que se volvió importante, cierto? Que se volvió masiva, que fue algo que siempre dejamos guardado para hacer… "ah sí, ellos van a ser el primer grupo de dance masivo” o lo que sea. Y resultó siendo esta forma llamada EDM, que es una progresión de donde estábamos. Representa algo, algo parecido al término ‘electrónica’. Realmente no estoy de acuerdo con eso de ‘electrónica' como un término, pero "EDM"… estoy bien con eo de "Electronic Dance Music" y eso es lo suficientemente justo, pero, ¿qué es electrónica? Suena como una colección de cosas que tu abuela pone en un armario.

RS: Pero son simplemente términos, ¿sabes? Términos que históricamente irritan a los artistas. Es lo que es. Hay una cita de Orson Welles: “un artista tiene que ser siempre contradictorio a su tiempo”, pero, claramente, eso no es como la gente hace dinero. Aunque cuando hablas sobre el enorme éxito del EDM no vas a hablar de emoción, o espíritu, estás hablando de dinero y cuerpos y nada más que el peso de los números y hay mucho peso de números en algunas áreas enfermas en el mundo. Pero si la gente está disfrutando en grandes cantidades, es una cosa fantástica.

KH: Siempre tuvimos una reputación por estar cambiando. Si las personas decían que éramos trance, cambiábamos a jungle. Si decían que éramos jungle, pasábamos al techno. No porque dejáramos lo que estábamos haciendo, pero solo la idea de estar amarrado a una etiqueta y de empezar a creerte eso, te cierra puertas hacia otras oportunidades. Siempre tratamos de no caer en eso.

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¿Sienten que la industria de la música dance es más o menos restringida comparada a cuando lanzaron Dubnobasswithyourheadman?

RS: El panorama es completamente diferente, esa es la única cosa que puedo decir con seguridad al respecto.

KH: Aunque en ese momento había cosas que estaban cerradas. Había cosas que nos decían que no podíamos hacer, pero lo hicimos y luego de hacerlas, a otras personas les dijeron “deberían hacer eso si quieren ser exitosos”. Pero eso ha estado en la industria musical desde antes de que nos metieramos en la música, la verdad. Hay una actitud de “así es como lo haces”, “esto es lo que tienes que hacer para entrar” y luego “esto es lo que debes hacer si quieres ganar mucho dinero”. Y luego están las personas que siguen a su corazón y funciona, y luego hay otras que hacen lo mismo y no funciona. El tiempo y el lugar son otra cosa. No sabíamos que en ese momento había un grupo de personas que estaban abiertas a la idea de lo que estábamos haciendo.

RS: Fue un shock. Oír tus álbumes en la radio matutina. ¿Qué es eso? Es extraño. Aunque absorbimos eso rápidamente [risas]. [Ahora] se vive una revolución comunicacional de importancia similar a la revolución industria. Creo que es emocionante y a la vez un poco aterrador para muchas personas.

KH: No cuando eres joven. Cuando lo eres, es una risa. Una buena risa.

Finalmente, sobre ese nombre. ¿Cuál fue el pensamiento detrás de las palabras usadas para el álbum?

RS: Si. “Dub-no-bass-with-my-head-man”. Los noventa, en cuanto a títulos de canciones, se convirtiieron en los "sin títulos". Incluso en las grabaciones. Todo era del momento. Karl no cantaba las vocales diez veces, no encajabamos en ese sentido, en la composición tradicional. Los títulos de las canciones llegaron de diferentes lugares, una pequeña cadena de palabras que creo llegó a mí y probablemente pensé que era divertida.

KH: Creo que el título original era "Dubmorebasswithmyheadman” o algo… pero yo lo entendí mal y me dijiste “Eso está bien” y ahí lo tienes. Una de las cosas que me arrepiento de cambiar es que antes no acostumbrábamos a publicar nuestras letras. Y lo hermoso de esto es que todo el mundo tiene la oportunidad de hacerse en su cabeza una idea de lo que dicen las canciones y así se crea un malentendido. No puedo pensar de alguna vez en que este malentendido no fuera mejor que la versión original o al menos tan interesante. No hay una versión definitiva. Está mi versión y está la versión de Rick, pero tú puedes haber oído algo diferente.