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Música

Cuando la religión te jode, la música vale madres

Un breve repaso a los líderes de cultos religiosos que han hecho su parte en la música.

La religión, así en general, llama mucho mi atención. Me parece un fenómeno muy curioso y, para caer en redundancias, llamativo. Por ahora, dejemos a un lado a las tres grandes y también a las mitologías que en estos días van y vienen y que han ido y venido a lo largo de la historia. Hay cosas más curiosas como por ejemplo las sectas o las cientos de iglesias diferentes que existen en Estados Unidos. Pensemos, no sé, en Charles Manson, Jim Jones, Ignacio González de Arriba (para poner un caso mexicano aunque él sea español) o Joshua Jung (para poner un ejemplo del oriente lejano). Ellos, y el resto de fundadores y líderes sectarios, o son unos locos o simplemente muy inteligentes y nosotros muy pendejos. Es decir, a pesar de habernos enterado de sus crímenes y de lo que se oculta en sus mentes depravadas, existen en el mundo comunidades que siguen funcionando bajo las órdenes de aquellos quienes desde las cárceles en donde llevan años pudriéndose (o en las que se van a pudrir, aunque tal vez la pasarán muy bien pues a final de cuentas –parece ser– todo tiene que ver con satisfacer su ego goloso).

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Es por mera curiosidad que me pongo a ver estas cosas. No hay más. Pero más curioso me resulta ver que existen ciertas coincidencias entre los distintos líderes a las que llegaré a través de un par de preguntas iniciales o la misma, pero preguntada de diferente forma. ¿Qué sería de la religión sin música? O, dicho de otro modo, ¿habría religión sin música? Charles Manson no es el único líder sectario, semi-dios, o por qué no dios… ya qué más da, que dedicó sus momentos de relajación o de divertimento a la composición musical. Existen por lo menos otros tres casos en donde los líderes también se ponían a hacer música para sus feligreses, quienes serían eventualmente, violados, envenenados o asesinados si bien les iba. Otras de esas melodías no iban precisamente dirigidas a los miembros de su iglesia, sino que únicamente las componían porque sí. Porque se creían dios, porque eran, en realidad, dioses, y unos lo siguen siendo. En fin, ahí van los tres casos.

Para poder convertirse en un estado reconocido por el gobierno federal, Utah tuvo que renunciar legalmente a la poligamia por allá a finales del siglo XIX. Obviamente los mormones no se pusieron muy contentos con la decisión y de cierta forma diversas iglesias y comunidades en donde la poligamia era permitida se las ingeniaron para preservarla. Es decir ­–y aquí estoy en una disyuntiva pues diga lo que diga sonará machista– ¿quién querría dejar de tener 100 esposas para quedarse con una sola? (¿Quién, en primer lugar, querría tener más de una?) ­–¿macho? Espero que no– Una de ésas es la Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, o IFJSUD, cuyo “poderío” se expande a lo largo de varios estados norteamericanos. El papá de quien hablaré llegó a tener más de setenta esposas, y él, Warren Jeffs, cincuenta. Para hacer el cuento corto, este cabrón está condenado a pasar el resto de su vida en la cárcel, desde donde, irónicamente o no, sigue al frente de la IFJSUD y creo que también continúa manteniendo a su harem y a sus ve-tú-a-saber cuántos hijos que muy probablemente violó en repetidas ocasiones. Es decir, el cabrón se mandó hacer una cama especial donde violó a no sé cuántas niñas y pre-adolescentes bajo el argumento de ser esposos del alma, o algo así. En fin, el señor es un enfermo y desde la cárcel se pudre, pero sigue dirigiendo lo que queda de su IFJSUD, que al parecer cuenta aún con muchos feligreses, quienes, pensémoslo así, han caído bajo el embrujo de su bella voz. Sí, el cabrón ha compuesto algunas canciones por ahí, y en ellas mismas canta… Supongo que una vez que tienes el poder de controlar a miles de personas y de lograr que te presten a sus hijas para un rapidín, puedes convertirte en pinche Paul Simon o por qué no, Beethoven.

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Aquí puedes escuchar una de ellas.

Lo mismo, o algo similar, pudo haber pasado con este loquillo japonés. Muchos conocen la historia de aquella secta que soltó un gas tóxico en el metro de Tokio en 1995, pero tal vez pocos saben que Shoko Asahara, líder de la secta Aum Shinrikyo (que es descrita como terrorista) que él mismo había fundado en 1984, era también un cantautor. Pobre Shoko, él quería convertirse en Emperador de Japón, y pensó que matando gente en el metro podría ser el primer paso. Erró, no al matar gente, pues una docena de personas murieron y miles quedaron afectados por el gas de sarín, sino por haber sido encarcelado. Se quedó con las ganas. Ni hablar. Sin embargo, muchos aún lo veneran y puede ser que en gran parte se deba a sus grandes composiciones… O no. Más bien no.

Passion Productions fue la compañía de discos que Dwight York, o Dr. York, fundó tiempo antes de afirmar que la iglesia que fundaría proviene de los olmecas que de alguna manera llegaron a Egipto, para después establecerse en Georgia, dentro de los Estados Unidos. Luego dijo que más bien venía de un planeta llamado Rizq, ubicado en la galaxia Illyuwn. A ver. Me detengo un momento. ¿Alguien quien afirmó esto fundó una religión con miles de seguidores? Carajo. En fin. Por allá de la década de los 60, este señor juntó elementos de diferentes sectas e ideologías para fundar su iglesia, la que eventualmente se convertiría en los llamados Nuwaubianos, que podría resumirse en una especie de islam con tintes nacionalistas y supremacistas negros. Más tarde integraría ondas interespaciales y egipcias y construirían un complejo en donde una pirámide negra se erigió y no sé cuántas madres más relacionadas con ello. El caso es que este York es todo un personaje. Inventó su historia mil veces y al parecer siempre la cuenta diferente, como ese tío borrachín que suele salpimentar sus historias cada vez que las cuenta para lucir más interesante. Nuevamente, todo es ego.

En esta ocasión no hablaré sobre su influencia musical que se extendió más allá del hip hop (que sin duda es importante e intentaré tratar próximamente), sino que únicamente diré, para empatar su figura con las que he tratado hasta ahora, que fue también compositor (él mucho mejor que el otro par, al igual que prolífico) y un pederasta. York fue arrestado en 2002 tras ser acusado de haber abusado sexualmente de docenas de niños y niñas.

Parece que el cantante de Lost Prophets podría inaugurar su propia iglesia ya que está en la cárcel. O podría pasar poco tiempo para que Justin Bieber funde la suya y comience a abusar de pequeñas jovencitas. ¿O Kalimba? ¿Qué relación guarda el tener capacidades musicales con el convertirte en un líder sectario? Ninguna. O al menos quiero pensar que éstas son meras coincidencias. Quizás los primeros dos casos son como el de Berlusconi: una vez que pruebas lo que es tener un poder absoluto sobre mucha gente, sentir amor de la gente o qué sé yo, te vuelves omnipotente y, si siempre habías querido ponerte a componer música, ahora es el momento para hacerlo: nadie, al menos dentro de tu iglesia, te criticará. El caso de York Dwight es diferente, y creo que disfrutaré abundar en él más adelante.