FYI.

This story is over 5 years old.

Música

Cuando el líder de Motörhead perdió el conocimiento después de tres mamadas seguidas

Se publica por fin la autobiografía de Lemmy en castellano. Roadie de Hendrix, expulsado de Hawkwind y coleccionista de parafernalia nazi, el músico inglés cuenta su maltratada vida con humor y mala baba.

Un sexagenario saluda y fuma tranquilamente, mientras conduce un tanque alemán por el campo. Es Lemmy Kilmister, líder del grupo Motörhead y tarugo entrañable que hace que Julio Iglesias parezca un monaguillo y Keith Richards un atleta olímpico. Su colección de parafernalia militar nazi, la temporada como roadie de Hendrix, el día que le echaron de Hawkwind, la vez que se metió una bolsa entera de tranquilizantes y anfetas para que no se la confiscaran y le dieron por muerto… Todos estos y otros muchos excesos aparecen -con humor inglés y mala baba- en su autobiografía. Óscar Palmer es el editor de Espop, que la publica por fin en castellano.

Publicidad

VICE: ¿Cuándo leíste la autobiografía de Lemmy por primera vez?

Oscar Palmer: La edición original es de 2003 y debí comprarla poco después, cuando salió la de bolsillo en Inglaterra. Fue uno de los primeros títulos que nos planteamos traducir al castellano, pero en un primer momento no lo conseguimos. Intentamos hacernos con los derechos en un par de ocasiones pero no logramos llegar a un acuerdo. El año pasado lo volvimos intentar y, mira, es verdad que a la tercera va la vencida.

¿Qué falló en los anteriores intentos?

La primera vez simplemente no les interesó la propuesta, no sé si porque no habíamos publicado suficientes libros como para parecerles una editorial seria o qué. La segunda vez la agente nos dijo que, si por ella fuera, habría aceptado la oferta pero que Lemmy consideraba que el adelanto era insuficiente. Esto coincidió con el lanzamiento de su documental, así que quizá él pensaba que la peli había revalorizado el libro o que nos habíamos acercado por oportunismo, vete a saber.

Qué bien que no os rendisteis.

Pedían más dinero del que podíamos permitirnos, pero tres años más tarde volvimos a intentarlo con la misma oferta y dijeron que sí. Supongo que por insistencia, porque nuestro catálogo había crecido y porque nadie más debió de mostrar interés. Por lo general, a las editoriales españolas no les interesa el rock duro y el metal. Es inexplicable que libros como 'Los trapos sucios' o 'Señores del caos' llevaran una década editados en inglés y nadie los hubiera traducido.

Publicidad

La ilustración de Ian Jepson es un cebo perfecto.

Estoy cansado de que todas las biografías tengan que seguir el mismo patrón, con la típica foto del autor mirando a cámara en primer plano. Ian es un ilustrador sudafricano especializado en carteles de conciertos de rock y me parece un tío brillante, muy hábil a la hora de destilar la personalidad o el estilo de cada artista en una sola imagen. Se me ocurrió planteárselo, un poco en plan a ver qué pasa y resultó que era muy fan de Motörhead y me dijo inmediatamente que sí.

¿Tú también eres muy fan de Motörhead?

Lo descubrí en segundo de BUP, gracias a un casete que me pasó un colega. Por una cara el 'Ace of Spades' y por la otra el 'Ride the Lightning' de Metallica. Les he ido siguiendo por temporadas así que no puedo decir que sea un fan acérrimo, pero sí tengo una decena de discos. Llevaba tiempo sin escucharles cuando sacaron 'The World is Yours' hace un par de años y me volvieron a conquistar. Hizo que me entraran ganas de volver a intentar sacar el libro.

Contiene historias memorables, como cuando perdió el conocimiento después de que le hicieran tres mamadas seguidas.

Eso fue el día que les hicieron entrega de los discos de plata por 'Bomber'. Lemmy perdió el sentido en backstage nada más terminar y tuvieron que reanimarle para que saliera a tocar el bis. Según él mismo reconoce, no recuerda el motivo. Pero declaró ante los periodistas que había perdido el conocimiento porque aquella tarde le habían hecho tres mamadas.

Publicidad

O la leyenda de que tiene la sangre tan contaminada que no puede donar.

Creo que de las anécdotas míticas no se deja ninguna: la temporada que pasó como roadie de Hendrix, su expulsión de Hawkwind, la vez que se metió una bolsa entera de tranquilizantes mezclados con anfetas para que no se los confiscara la policía y acabó en una especie de coma que le dieron por muerto… Toda la carnaza que uno espera está en el libro. Está narrado con humor (inglés) y desmitificación. Lemmy tiene muy claro que parte del atractivo de Motörhead es su personaje. Reconoce que el rock implica por necesidad una parte de pose, que forma parte del juego. Sus palabras exactas son: "¿Qué coño haces en este negocio si no eres un poco farsante?".

Ha conseguido cumplir con el cliché de rockero sin convertirse en una parodia.

Estoy muy de acuerdo contigo. Y el secreto ha sido precisamente ser consciente de su personaje y abordarlo humor, sin creérselo a pies juntillas. Yo los veo como a unos verdaderos currantes del rock. Lemmy dice que el fracaso de 'Iron Fist' y 'Another Perfect Day' a la larga les vino bien a Motörhead. Que de haber seguido teniendo el éxito de 'Ace of Spades' y 'No Sleep 'Til Hammersmith', el grupo habría acabado implosionando.

Se habrían vuelto imbéciles, como todas las estrellas del rock.

Sí, se les habría ido la pelota. Se mueven a un nivel de ventas relativamente modesto, que les obliga a estar continuamente de gira. Una de las cosas que confiesa Lemmy en el libro es que cobra más royalties de cuatro canciones que compuso para Ozzy que de todo el catálogo de Motörhead. No lleva vida de millonario. Vive en un piso relativamente pequeño y su principal afición es jugar a la tragaperras. Ni tiene una gran mansión ni colecciona obras de arte, como otros rockeros venidos a más. No lo veo maleado porque ha seguido al pie del cañón y en contacto directo con su público.

No coleccionará arte, pero sí parafernalia militar y nazi.

Curiosamente, lo de la parafernalia militar es algo que él atribuye a su edad. Claro, él nació en 1945 y dice que recuerda lo habitual que era, cuando era pequeño, que la gente que había combatido en la Segunda Guerra Mundial tuviera recuerdos y trofeos de la Alemania nazi en casa.

Hasta hace poco su buen estado de salud era antinatural para alguien que se maltrata tanto. Pero ahora está pachucho.

Parece que ahora está bastante tocado, sí. También creo que nos olvidamos de que tiene 69 años. Cuando empezó con Motörhead llevaba ya muchos años de carrera. Tengo amigos que le han visto en directo las últimas veces y dicen que la sensación que da es de cierta fragilidad, probablemente muy acorde a su edad y estilo de vida. Pero, claro, después de tantos años viéndole como un toro nos choca más.