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Música

Conozcan a Las Hermanas

Y escuchen su alucinante disco debut.

Diego Cuellar decidió cambiar los perros calientes por la plancha. Cansado ya de darle al ruido con su proyecto semi inédito Mc Perro, que prácticamente jamás vio la luz debido a la desidia de su creador y, quizás, a la plena certeza de que aquello no gustaba de a mucho entre el público, el hombre ahora anda entre máquinas y vinilos explorando el bonito arte del beat making desde su estudio en la casa creativa MIAMI, en La Soledad.

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Inspirado por el gran J Dilla, el artista visual bogotano está a punto de sacar su primer trabajo como Las Hermanas: un laboratorio experimental de beats en donde los samples de viejos discos de acetato de los 60 y 70, intervenidos por efectos varios y anclados por unos finos golpes de baterista elegante, resultan en una música hipnótica y ácida, entre lo fantasmal y lo nostálgico. Como en una regresión en cámara lenta hacia la vieja colección musical de nuestros padres. En un viaje, en todo caso, que por aquí en VICE estamos disfrutando seriamente y que poco a poco supera el carácter de novedad para ir directo a nuestra lista de favoritos. No es que esto signifique mucho, en realidad, pero en todo caso siempre es bueno dar con una bonita revelación dentro del panorama musical local.

Charlamos con el hombre sobre este nuevo proyecto, su recientemente adquirida afición por el vinilo barato e incluso nos arriesgamos a dar una hipótesis sobre qué fue lo que mató a la gran tradición latinoamericana de música de plancha.

¿Finalmente mataste al Mc Perro?

Pues sí. Ya no me gusta la música. Me gustaba más al comienzo que era como más noise, pero después de un par de conciertos de eso la gente se iba, se abría, una vez se nos alzaron y todo, dizque porque no soltábamos el beat.

Pero de eso se trataba un poco, ¿no? De rayar y confrontar…

Pues sí, pero después caímos un poco en lo de tratar de agradar y a mí eso nunca me tramó, no lo sentía tan auténtico. Ya con el tiempo perdimos el interés y yo me metí fue en la onda de los vinilos.

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¿Y cómo arrancó esa exploración?

Empecé con la colección de mi cucho. Un amigo me prestó un torna y los primeros vinilos eran los que tenía él, puro Ray Coniff, ese tipo de vainas. Después sí comencé ir a las tiendas.

¿Y dónde vas a comprar aquí en Bogotá?

El Cosmos es bueno. Es la zapatería. Queda en la 17 con octava. Uno llega y abajo hay vinilos de dos lucas. Y si está el cucho, el man lo puede subir a uno al segundo piso que está todo lleno de vinilos, de arriba a abajo. De lo que sea.

¿Y en Las Hermanas todo es sample?

Sí, casi todo, hasta los pedazos de batería también son sampleados. Aunque por ahí hay algunos sintes.

¿Y cómo procesas los samples?

Pues con la consola, procesadores de efectos… hardware, más que todo. En el computador chopeo los samples con Live y ya en el MPC armo las canciones. Ha sido mucho más bacano. Sobre todo es dubbear las vainas, meterles delays, reverbs… esa otra vuelta.

Como un laboratorio de beats…

Sí, puro beat tape. La idea de este primero sí era hacerlo instrumental, de pronto más adelante sí pega conseguirse unos raperos o algo así. Producir para raperos.

Es muy Dilla la vuelta, ¿no? Como toda esa onda de los “donuts”.

Sí, canciones corticas. Puro Stonesthrow. Ese parche me cambió la vida.

¿Quién más te gusta de ese parche?

Uy, todos. Madlib. A mi me cambió ese disco de tributo a Dilla que hace el man. El Beat Konducta 5 y 6. Es muy cerdo. Y quién más… Jon Wayne, J Rocc, está ese Mayer Hawthorne que es bueno. Y Dam-Funk.

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¿Estabas en el hip hop antes?

Pues sí oía algo de Flying Lotus y Madlib pero luego me metí mucho más en la onda. Para bien. En Miami. Ese sitio está bueno. Y ya luego comencé a hacer beats desde hace más o menos un año. Antes nunca había tocado un vinilo.

Pero con Mc Perro estabas más como en un rollo Aphex Twin, ¿no?

Sí. Y más sinte y más plugins. Pero yo dejé de utilizar todo eso. El computador lo uso para cortar los samples y para grabar y ya. De resto es hardware. Es que Mc Perro era hecho con mouse.

¿Y en vivo qué? Porque con Mc Perro el performance era hacer perros calientes en vivo, ¿no?

Sí, pues era esa onda como de vendedor de perros y las salsas, pero no sé… a mi nunca me convenció del todo. Esto no lo he pensado tanto como para en vivo. Es un rollo más como de producción.

¿Qué fuentes de sampleo usaste para el disco?

Ush… hay de todo. Raphael, Camilo Sesto, Nelson Ned, está Stylistics, que es una de soul. Hay boleros varios que ni idea. Mandrill. ¿Qué más hay? Una banda de funk que se llama Sun, Lida Zamora, que era la chica yeyé de Colombia, hay una banda africana que no me acuerdo el nombre… mmm… ¿qué más hay?

Tiene una textura especial…

Sí, bien psicodélica. Son esos sonidos sesenteros y setenteros del vinilo que ayudan mucho.

Y vas a sacar el disco en casete, lo que le va a dar una textura adicional bacana…

Sí. Quiero sacar como varios, como una serie de beat tapes.

¿Y ya tienes una buena colección de vinilos?

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Pues ahí voy, tengo de todo, pero me he dado cuenta que me sirve más es la plancha.

¿Por qué la plancha?

No sé, los sonidos y el hecho de que sea en español. Eso me gusta mucho.

¿No te parece que la plancha es un género un poco despreciado? Como que muchos lo descartan diciendo: “eso es como música de empleada”…

Sí, totalmente despreciado, pero hay músicos muy tesos ahí, son orquestas. En esa época pues habían muchos más músicos involucrados en los proyectos. Puede que los cantantes no compusieran nada y fueran, no se, como la imagen, pero es música buena.

Y se ha perdido un poco esa tradición, ¿no? La buena música de plancha.

Sí. Pero pues eso a mi también me sirve, porque entonces esos vinilos cuestan solo dos mil pesos.

¿Y cuál es tu máximo tesoro de la plancha?

Uno de Camilo Sesto, pero no me acuerdo el nombre. En el que está Fresa salvaje, que creo que es como la que más se reconoce, que es la última de Las Hermanas.

¿Y has investigado mucho este género?

No. Es que no es una investigación. Yo compro los vinilos y ya. Aunque debería ser más juicioso en eso, porque sí pega. Roberto Carlos también es bueno. Y esos son vinilos que la gente desecha. Sería interesante ver por qué nadie los quiere. Por qué se perdió eso de la balada romántica. Qué lo remplazó. No sé si la música tropical, no sé…

De repente como la nueva ola de balada romántica en los 80, ¿sabes? Como toda esa onda de Ricardo Montaner, Chayanne y todo este parche…

Sí, los 80 debieron cambiar todo. La organeta fue la culpable.

¿De dónde sale el nombre de Las Hermanas?

Pues a mí no se me ocurría nada entonces le dije al man de al lado del estudio: "Oiga, escríbame 10 nombres en un papel ya". Y listo, de ahí salió. Se iba a llamar Los Olivos, pero Las Hermanas pegó más.

Denle un like a Las Hermanas por aquí y escuchen su disco debut por aquí abajo (y espérelo pronto en cassette):