FYI.

This story is over 5 years old.

Música

Concierto Orgánico: Pasto, sonido experimental con frutas y verduras

Los cocos hacen de marimba, la sandía de bombo, la zanahoria de clarinete, la yuca de sax, el pepino de flauta... y así.

Juliana y Juan José no son músicos, pero no importa, acá lo que vale es darle un nuevo significado al ruido. Todas las fotos cortesía de Juliana Valencia.

Instrucciones para hacer un clarinete de zanahoria:

  • Agarre una zanahoria fresca, gruesa y larga del mercado (o de su nevera).
  • Córtele las puntas.
  • Con un taladro, perfórela de forma transversal y por completo.
  • De manera perpendicular, ábrale varios huecos alineados con espacios simétricos entre sí y que no atraviesen la zanahoria.
  • Al costado opuesto, ábrale otro hueco en la parte superior.
  • Póngale una boquilla en la punta ancha y un embudo en la angosta.
  • Voilà.

Publicidad

Juliana Valencia y Juan José Pardo, un par de estudiantes de comunicación pastusos, arrancaron el Concierto Orgánico (algo así como la versión criolla de La Orquesta Vegetal de Viena), para experimentar el ruido con vegetales y frutas. En su primer concierto, dispusieron zanahorias, cocos y piñas para que la gente se las ingeniera para hacerlos sonar. En el segundo, invitaron a una banda a que improvisara con estos instrumentos orgánicos y un tipo terminó comiéndose la piña mientras la usaba de tambor.

Hablé con Juliana sobre mercar sus instrumentos, qué pasa con ellos después de las presentaciones y su alimento favorito.

VICE: ¿Qué es Concierto Orgánico?

Juliana Valencia: Concierto Orgánico es un proyecto de sonido experimental. Empezó porque con Juan José queríamos hacer un tipo de intervención sonora en la ciudad. Yo quería algo pictórico y él música en los árboles. Pero vimos complicada la cosa porque la gente no tiene una relación directa con la música experimental. Entonces, decidimos empezar a crear experimentación sonora, buscando nuevos mundos de sonidos y silencios, a través de los vegetales. La idea es que las personas puedan experimentar el sonido de un vegetal, que es algo tan cotidiano, y resignificar el ruido.

El primer concierto que hicimos surgió de un trabajo para la universidad. El segundo fue iniciativa propia. Para el tercero nos invitaron al festival Touch me sound, de arte sonoro. Y, a partir de esta invitación nos dimos cuenta de que la vaina sí estaba funcionando y que podemos lograr reconocimiento y generar públicos para el sonido experimental.

Publicidad

¿Este concierto tiene algo propio de su región? ¿Vegetales endémicos, música andina?

Tiene de todo. Desde tropical psicodélico, improvisación en escena y música andina. La idea no es que sea armónico, sino un sonido experimental. Pero, respecto a los vegetales endémicos, no. Hasta ahora utilizamos vegetales que podemos encontrar comúnmente, todavía no hemos experimentado con cosas como cebollas o papa pastusa. Todo ha sido una experimentación, desde la realización del instrumento hasta los eventos.

Un salpicón de flautas de zanahoria, tambores de piña y bombos de sandía.

¿Afinan los vegetales?

Hasta ahora no lo hemos hecho con el afinador como tal, pero sí tratamos de que las medidas para elaborarlo sean correctas para que pueda producir un sonido más claro. Con la zanahoria, por ejemplo, que es como una flauta, vamos midiendo las distancias para que el sonido salga diferente con cada hueco tapado.

¿Los arman justo antes de la presentación para que no se dañen?

Uno escoge el vegetal que esté fresco. Antes de cada presentación nos vamos muy temprano al mercado y buscamos los vegetales más adecuados. Antes del evento, llevamos un taladro y cuchillos para poder sacar lo que tienen adentro. Esto hay que hacerlo el mismo día de la presentación o mantenerlos refrigerados, porque si se pudre, o se madura, el sonido va a cambiar.

¿Improvisan las canciones?

En cada concierto hemos experimentado con distintos vegetales de diferentes maneras. Por ejemplo, en el primero lo que buscábamos era que el público interactuara con los instrumentos. Llevamos los vegetales y la gente podía tocarlos como les pareciera, para que su cuerpo pudiera experimentar sonidos diferentes con algo tan común como un coco o una piña. El segundo y el tercero fue con Acid Yesit, una banda muy reconocida en Pasto. Los sentamos y tocaban sus canciones y a veces improvisaban. A la gente le encantó.

Publicidad

¿Dónde mercan? ¿Los vegetales de la plaza son mejores que los del supermercado?

Sabes que sí. Hemos comprado en los dos lugares. En la plaza ayudamos a nuestros campesinos, la gente nos colabora más en la búsqueda, podemos mirar bien cada vegetal y escoger. Mientras que en el supermercado te venden el paquete completo y ya.

¿Y el presupuesto de dónde sale?

De nuestro bolsillo. Cuando no hay, de la nevera de la casa.

¿Qué hacen con los vegetales después? ¿Sopa de verduras manoseadas?

Muchos quedan destruidos, entonces se desechan. Otras veces nos ha pasado que los músicos empiezan a comérselo y cuando se lo acaban se acaba el concierto para ellos.

Entonces la cosa no va por el lado medioambiental. ¿Los critican por el desperdicio?

Por ser orgánico la gente lo relaciona con el cuidado del ambiente, pero no. Es más un experimento musical. Todavía no hemos recibido críticas al respecto, igual lo que se gasta no es mucho.

¿Cuántos vegetales necesitan por cada instrumento?

Depende. En las zanahorias o instrumentos de viento, es donde hay más porcentaje de equivocación, porque se parten mientras los estamos perforando. Pero, en general, compramos cuatro de cada uno, por si acaso.

La clásica batería: su bombo, su tarola y sus toms de aire en su lugar.

¿Cuáles son los vientos, percusiones y cuerdas?

Para los vientos usamos yuca, zanahoria y pepinos. Montamos la percusión con piñas, cocos, sandías y lechugas. Los de cuerda son más complicados, pero lo que hacemos es coger una caja de cartón, le abrimos un agujero, mandamos una cuerda elástica y le amarramos un palo.

Publicidad

¿Y el más fácil de hacer?

Todos tienen sus cosas. Digamos que los de percusión son más fáciles porque solamente lo partes por la mitad y sacas algo de adentro hasta que te dé el sonido acústico y más grave. En cambio, con la zanahoria es más complicado porque a veces no cuadra la boquilla del saxofón, o del clarinete, y el sonido sale mal.

¿Qué se viene para Concierto Orgánico?

Esa es la gran pregunta que nosotros nos hacemos siempre que terminamos un evento. ¿Y ahora qué viene? Nunca pensamos que Concierto Orgánico pueda crecer de la manera en la que ha venido creciendo. Estamos pensando en participar en la Semana del sonido, en Bogotá, y otros festivales. Cada vez nos organizamos más, ya tenemos un portafolio, una reseña, una ficha técnica. A finales de este año aspiramos hacer nuestro cuarto Concierto Orgánico.

¿Cuál es tu vegetal favorito?

Odio los vegetales. Solo para escucharlos, no para comerlos.

***

Natalia quiere tocar balada pop en español sirviéndose de una caña como guacharaca. Síguela en Twitter en: @Natalia9177