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Música

¿Cómo sería la música de los 60 si los nazis hubieran ganado la Segunda Guerra Mundial?

Unos judíos recibieron el encargo de poner la música a un videojuego basado en un mundo ficticio en el que los nazis habrían ganado la Segunda Guerra Mundial.

Los neoyorquinos tienen la bonita manía de hablar con desconocidos y así conocí a Christina que, desayunando en la barra del Eisenberg’s, me contó que su marido Jason Menkes compuso canciones nazis para un videojuego (Wolfenstein). Por si eso fuera poco, añadió que es judío. Intercambiamos mails y esa tarde recibí un Soundcloud con una música tan fascinante que no pude evitar hablar de todo este tinglado con Jason y su socio de COPILOT Strategic Music + Sound,Ravi Krishnaswami.

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NOISEY: Chicos, enhorabuena por las canciones.

Ravi: Gracias.

Jason: Gracias. ¿Te gustaron?

Se me hace raro, siendo música nazi, pero sí.

Jason: Tengo que confesar que para nosotros también fue raro el encargo.

¿Cómo les llegó esta propuesta?

Jason: Bethesda y su agencia estaban desarrollando un videojuego en un mundo ficticio en el que los nazis habrían ganado la Segunda Guerra Mundial. Su pregunta fue “¿pueden hacer la música que sonaría en los sesenta si los nazis estuviesen en el poder?”.

Vaya emboscada.

Ravi: Era algo que había que manejar con muchísimo cuidado.

Jason: Nos hablaban de un universo ficticio, pero cualquier cosa que creásemos podía ser usada con malas intenciones. El reto de investigar el efecto que tendría un giro de la historia en la música pop era demasiado apasionante como para rechazarlo.

Tuvieron que hilar fino.

Jason: Hay mucha sensibilidad cultural. Y yo, como judío, no tengo la menor intención de que parezca que promovemos valores nazis. También tuvimos que tener cuidado con los aspectos legales, porque el videojuego se vende en Alemania, y allí lógicamente son muy estrictos con la apología nazi.

Ravi: Yo también soy medio judío y durante la producción de estas canciones contratamos a más judíos. Eso nos hacía mucha gracia, porque el videojuego consiste en matar nazis.

Hicieron una revancha tipo Bastardos sin gloria.

Jason: Si Tarantino no se hubiera cargado a todos los líderes nazis al final de la peli, podría usar nuestra música en la secuela.

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Ravi: Contratamos además un grupo de músicos lo más variado posible a nivel étnico. Vamos, creamos un sello de música nazi, pero lo hacemos con judíos, negros, gays… los nazis prohibían sobre todo la música de raíz afroamericana, swing y jazz.

¿Descartaron alguna idea por miedo a hacer una apología nazi?

Jason: Sí. Creamos un dueto imaginario llamado Karl & Karla, dos tortolitos enamorados, y la primera canción que compusimos para ellos se llamaba "Blue Eyes Forever".

¿En serio?

Ravi: No era más que una canción de amor inocente, pero admito el título no era el más adecuado. Y tampoco la letra, en la que decían cosas como “tu piel pura como la nieve” o “tu pelo dorado”. Nos pareció que se podía entender como un discurso de supremacía de la raza aria, así que decidimos no pisar esa línea.

"Blue Eyes Forever". Parece una broma.

Jason: Como te decía, nos cuidamos mucho de no hacer himnos pro-Hitler o pro-nazis, pero esos guiños rozaban la propaganda aria y los descartamos, antes de que cualquier grupo neonazi se apropiara de ellos. Cambiamos el título a "Brave Little Liebling" (“liebling” es “cariño” en alemán) y la letra por una historia sobre un soldado echando de menos a su novia.

Ravi: En vez de propaganda lo enfocamos hacia un intento por inculcar ideales y valores del supuesto gobierno nazi a la hora de captar a los jóvenes a través del pop.

Es menos explícito, pero a la vez más terrorífico.

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Jason: Sí, mucho más terrorífico.

En la canción de "Schwarz Rotte Welle" suena un sitar.

Ravi: El objetivo era crear a un artista influenciado por la música psicodélica de los 60. Estábamos obligados a meter algo así, porque había que hacer canciones que reflejaran una década musical icónica. Es gracioso que hoy en día el sitar siga evocando a las drogas.

¿Investigaron las manifestaciones artísticas de los nazis?

Sí, sobre todo nos inspiró Charlie y su Orchestra, una banda de jazz creada por los nazis para hacer propaganda. El concepto de tomar prestado un género y purificarlo a su manera. Purificar la música.

¿Cómo se purifica la música?

Ravi: Lo que hicimos con "Boom Boom" de John Lee Hooker es un buen ejemplo. Le quitamos el rollo blues del riff de guitarra y la sección rítmica, metiendo después a un cantante joven, limpio y pop. Al quitar las partes de piano quedó todo como una obra de precisión germana.

Kraftwerk es precisión germana.

Jason: El krautrock no apareció hasta los 70 y nosotros nos centramos en los 60, cuando Alemania todavía no tenía una cultura pop de música joven. Los alemanes del Este escuchaban sobre todo folk y en el Oeste pop inglés y americano. Wolfenstein nos permitió crear un sonido pop propio de la Alemania de los 60 cuando en realidad fue un periodo sin identidad musical.

Antes que Neumond, ¿barajearon otros nombres para el sello?

Jason: En el videojuego los nazis tienen una colonia en la luna, así que por un momento pensamos que New Moon Records era buena idea. Eso también nos inspiró una canción surf que habla precisamente de surfear en la luna. "Weltraum Surfen" de los Comet Tails.

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¿Por qué no hicieron más versiones?

Jason: Por tema de derechos. Incluso con las versiones de "Boom Boom" y "Nowhere to Run" nos limitaron su uso en contextos no violentos. Te puedes imaginar lo difícil que es eso en un videojuego como Wolfenstein. Y muchos artistas a los que le propusimos participar no lo vieron claro. No querían ver su música en un sello nazi.

¿Qué artistas?

Ravi: Lamentablemente, no te lo podemos decir. No queremos perder su amistad.

¿George Michael?

Jason: Te has pasado de década. Tendrías que buscar más atrás, a la época de Doris Day, Perry Como, Frankie Avalon, Annette Funicello…