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Música

Bob Dylan dio un show privado para una sola persona (y estuvo muy incómodo)

La posibilidad suena bien en la teoría, pero si lo piensan muy bien, puede ser muy incómodo en la práctica.

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El internet se conmocionó con la noticia de que Bob Dylan dio un concierto privado para un solo fan. Uno. Solo. La posibilidad suena bien en teoría, pero si lo piensan muy bien, puede ser muy incómodo en la práctica. Este es un fragmento de lo que ese fan, Fredrik Wikingsson, contó a la Rolling Stone:

La luz se mantuvo muy tenue durante 10 increíblemente ansiosos minutos después de que Wlkingsson entró al foro. “Estaba completamente oscuro y vacío”, dice Wikingsson. “Después subió un tipo al escenario y empezó a hablarle al que hace la iluminación. Resultó que el tipo era Dylan, y me saludó asintiendo con la cabeza. No fue nada ceremonioso. Sólo empezó a hablarles a su bajista y a su baterista sobre cómo iban a empezar con su primera canción.”

Rompió en aplausos cuando esa primera canción terminó. “Nadie parecía notar que yo estaba ahí,” cuenta. “Pensé que tal vez sonaba falso o raro. Durante la segunda canción ‘Blueberry Hill’, me di cuenta de que tenía que decir algo. Sólo era demasiado raro. Grité, ´¡Suenan increíble!´ Eso provocó que Dylan reventara en carcajadas. Miren, tengo dos hijos y sus nacimientos fueron increíbles, pero Dylan riendo en el escenario por mi puto comentario tonto fue extraordinario.”

¿Por qué querrías ir a un concierto para ti sólo? ¿Para qué harías una fiesta sin invitados? Esas son las preguntas que se plantea el sueco Fredrik Wikingsson con su proyecto Experiment Ensam (Experimenta Solo), y creo que no es el único. Hemos hablado mucho sobre el comportamiento humano en colectividad y también sobre la experiencia de asistir en solitario a rituales colectivos, en especial a festivales. Pero nunca habíamos planteado la posibilidad de recrear un ritual pensado para disfrutarse en colectividad para una sola persona. Ahora se empieza a hablar de espacios libres de teléfonos, justo empezando por los conciertos. Y esta investigación que está haciendo Wikingsson, que además es un afamado conductor de televisión y se dedica al espectáculo y al entretenimiento, es una de las posibilidades que no se han explorado todavía.

La idea de enfrentar una cosa así en completa soledad es, justamente, notar la falta de los otros. Un concierto para ti solo es como estar viendo la televisión. Respetas la interpretación en silencio, porque gritarle o aplaudirle a alguien que está a un metro de distancia de donde estás sentado es (como ya lo probó Wikingsson en su concierto con Dylan) innecesario y sobre todo, no hay detrás de quién esconderse. No hay millones de personas que te hundan en el anonimato. Ahora tenemos mucha noción de colectividad, de coworking y networking, pero finalmente es una fantasía. En realidad estamos solos. Por eso se inventaron las reuniones catárticas de locura en grupo. Los deportes en equipo, los defiles en las calles, las revueltas, las protestas pacíficas, el teatro, el cine… Tal vez es momento de replantear el concepto de singularidad y comunidad. Porque no es lo mismo una aglomeración múltiples singulares, que una masa homogénea.