Una breve y extraña entrevista con un breve y extraño tipo llamado Bill Callahan

Me enteré por primera vez de la existencia de Bill Callahan hace doce años, cuando estaba en mi segundo año del internado. Tenía un crush con el panadero que trabajaba en un local de sopas llamado Loaf & Ladle. Mientras me servía mi almuerzo y cortaba una rebanada de pan fresco, hacía esfuerzos por conversar. Era muy poco agraciada en la secundaria, así que tenía que seducirlo con lo interesante que era, según yo. "Mi última banda se llama Smog and The Sixty", le explicaba como si a él le fuera a resultar interesante una banda hecha por chicas de catorce años que escribían canciones sobre ser amigas y hacían covers de los Pixies. "¿Le pusieron así por Smog?" comía mi sopa, confundida, y después me iba en mi longboard hacía el dormitorio y escuchaba Knock Knock en repeat además de otros discos de Smog, durante meses. Smog es el nombre bajo el que Bill Callahan grababa hasta antes de sacar discos bajo su propio nombre, comenzando en 2007.

La voz de Bill Callahan es un río calmado. No como el océano, con su orden basto de mares picados. No como un arrollo, serpenteante e irregular. Su voz es paciente y es estable en las grabaciones, en vivo y en la charla. Llegó a Baby's All Right en Brooklyn a la hora exacta en la que nos quedamos de ver, con sólo una guitarra acústica en la espalda. Como un asesino serial, dije: "Es a ti a quien espero". Me miro confundido pero puso su guitarra en la habitación verde, después bajo a hablar conmigo.

¿Qué te gusta hacer cuando no estás dando shows?
¿Mientras viajo?

¿Estás siempre de gira? Seguro estás en tu casa a veces.
Estoy mucho en mi casa. Vivo en Austin, Texas. Pues trabajo mucho, toco mucho la guitarra, canto, escucho música.

¿Tienes perros o gatos?
Tengo una perra, Patsy.

¿En honor a Patsy Cline?
Sí, se lo puso mi mujer.

Estás haciendo dos conciertos por noche. ¿Disfrutas hacer dos conciertos cada noche?
Es algo que no he hecho mucho. Antes siempre decía que no.

¿Por qué usas tu anillo de compromiso en la mano derecha en vez de en la izquierda?
Antes lo usaba aquí [señala su dedo anular izquierdo] pero se me entumió el dedo.

¿Por qué?
No sé.

¿Cómo tocas con un dedo entumido?
Puedes tocar con un dedo entumido, sólo no sientes. También era difícil acostumbrarse a tocar la guitarra con un anillo puesto. Cuando toco la guitarra estoy casado con mi guitarra, así que mejor lo cambié. Tuve que enfrentar el hecho de que estaba perdiendo sentimientos en este dedo. Nunca uso accesorios, creo que no estoy hecho para la joyería.

¿Dónde te quedas cuando vienes?
En casa de un amigo en Brooklyn que anda fuera.

¿A dónde vas después?
Estoy haciendo esto… a manera de experimento. Siempre había dicho que no a hacer dos shows en una noche pero últimamente me he preguntando por qué decía que no. A veces digo que sí a las cosas a las que solía decir que no sólo para ver qué pasa.

Es un gran ejercicio
Pues sí. No le puedes decir que no a las mismas cosas toda tu vida. Tienes que poner límites en tu vida de joven, al menos yo lo hice; y después cuando creces no tienes que preocuparte tanto una vez que tienes tu rumbo. Puedes hacer cosas que no necesariamente piensas que es una buena idea. [Ríe]. Y generalmente funcionan.

Tampoco me gusta tocar dos noches seguidas en el mismo sitio. Supongo que estoy tratando de superar esas fobias. Tienes una buena tocada, y después al otro día regresas al mismo bar… quieres ir a lo que sigue y eso, en realidad, es lo increíble de estar de gira. No importa qué pasa en cierta ciudad, después vas a otro lugar y eres como una persona nueva, una banda nueva, un público nuevo, una ciudad nueva. Pero tener que regresar es como confrontarte a ti mismo. Justo ahora que venía para acá pensaba que no puedes ser… Tienes que regresar tres noches y es la misma gente la que trabaja en el lugar y eso. Tienes que comportarte y ser bueno, ya sabes: mañana te van a volver a ver.

¿Eres supersticioso al respecto?
No lo soy. La verdad no creo en las supersticiones. Creo que joden a las personas.

Yo pienso que sobre todo es una neurosis. ¿Eres religioso?
Depende de qué quieras decir, supongo.

Creo que depende enteramente de la interpretación del individuo.
Entonces sí. [Se ríe]

Si no vivieras en Austin, ¿te gustaría vivir en algún otro lado?
Lo expresaste de un modo extraño. ¿Te refieres a si preferiría estar muerto?

¿Preferirías estar muerto que vivir en Austin?
Si no viviera en Austin…

¿Acaso hay otros lugares en esta dimensión?
He vivido en muchos lugares y ahí me acomoda. De hecho me voy a mudar a Santa Bárbara por siete meses en unos meses. Mi mujer va a ir a la escuela allá. Es una escuela rara para terapistas. Muy pequeña. Así que fui a ver, para asegurarme de que sí pudiera con el lugar y me gustó.

¿Cual es tu color favorito?
Creo que el azul cielo.

Emily Diamond espero mucho tiempo para este momento. Síguela en Twitter.