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Música

Bahidorá: La Colonia Fractales y una entrevista-secuestro a De La Soul (Versión de Día)

Si quieres leer la Versión de Noche, ve a THUMP.

Todas las fotos son de Daniel Patlán

Cuando me dijeron que llevara mi sleeping bag empecé a sospechar que las probabilidades de una situación de camping eran altas. Aterrizé en tierras bahidorianas el viernes por la noche para llegar a una zona que llamaban La Aldea, que más bien sus habitantes la apodamos Fractalia o la Colonia Fractales. Y sí, La Fractales estaba compuesta de unas tiendas de campaña cúbicas muy lindas con suelo de petate que formaban una estructura como de panal de abejas. La noche era fresca. Para recibirnos habían hecho una fogata en el centro de La Aldea musicalizada por los DJs que al día siguiente acompañarían a MC Melodee en el festival. Hicieron un set noventero divertidísimo y la noche se convirtió en una bacanal borrosa por el hedor a repelente contra mosquitos. Todos bailaban alrededor del fuego mientras buscaban secretamente quién se vería bien en traje de baño.

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La noche empezó a aclararse y se nos hizo de día. Me levanté con humor de café y un chapuzón en las aguas mágicas del Río Yautepec. Por alguna extraña razón la gente hablaba todos los idiomas y yo parecía entenderlos y poder hablarlos todos. El calor subió a tope y esa agua tan azul sólo dan ganas de fundirse en ella cada vez que se atraviesa a la vista. Me olvidé del café como cuando los raperos se olvidan del micrófono al final de un face off. Estuve cerquita del río tostándome bajo el sol en silencio hasta que empezó el set de MKRNI con su “Media Vuelta”. Exactamente al mismo tiempo que empezaron a tocar ese pop característico de la nueva ola chilena, se arrancó un desfile encabezado por tres personajes con trajes típicos bahidorianos (interpreten eso como puedan) seguidos de una banda completa con trompetas y tambora que dio la vuelta a todo el parque. Eso les tomó, más o menos, todo el set de MKRNI.

Después se arrancaron los DJs de MC Melodee con un set que pintaba parecido al de la noche anterior. Luego de un rato se apareció Melodee y empezaron a abusar del reggaetón a un estilo inglés bizarro pero sabrosón. Con ellos empezaba a llegar la gente, pero en Bahidorá más bien el flujo de asistentes va escalando hacia arriba conforme avanza el día y llega a su punto más alto en la noche.

Ya empezaba a ser hora de que La Yegros tomara el escenario y los que no estaban construyendo sus casas de campaña se acercaron a escucharla sacudiéndose las gotitas de agua de sus cuerpos semidesnudos. Los muchachos de La Yegros entraron al escenario vestidos de negro, con accesorios medio tribales hechos de espejos. La presentaron ante el público y ella se apareció preciosa con un vestido en acentos rojos. Su computadora palideó y tuvieron que reiniciar su acto. Mientras revivían a su Robotina, ella cotorreaba con la audiencia. Al cabo de unos minutitos empezaron a tocar. La Yegros no sólo es simpática. Tiene una sensualidad intrínseca que sólo una artista latina logra en su personaje escénico. Como Li Saumet de Bomba Estéreo, por ejemplo.

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La música de La Yegros está llena de una energía en potencia que casi nunca revienta. Se mantiene así, contenida, para hacerte sudar de las ganas. La voz de La Yegros está llena de reverberaciones que la hacen infinita. Aunque no esté cantando se escuchan reminiscencias de lo que dijo antes. Como dos espejos que se enfrentan hacia la eternidad. Los detalles son muy parecidos a murmullos que escucharías a los lejos si estuvieras caminando de noche en la selva misionera. Bendita La Yegros en ácidos. Antes de tocar su chamamé de nombre “El Bendito” invitó al público a bailarse pegadito y luego soltó ese ritmo guaraní. Para cerrar, estrenaron una rola que viene para su siguiente producción: “Esta es una canción nueva, que se llama ‘Chichera’. ¡¡Chicharrón para todos!!”. Fue uno de los momentos más increíbles del turno matutino del festival. Cerraron con su hit “Trocitos de Madera” y nadie dejó de bailar hasta que se despidieron. Viva La Yegros.

Para cuando Hollie Cook subió a hacer su set ya todo el mundo andaba con ojos de Space Cat. Me arrastré hacía el río de nuevo para escucharla desde ahí en baño maría. Siempre pensé que se llamaba Holy Cock y me caía bien por eso. Además trae un peinado de esos negros, chinos y esponjados que… irían muy bien con el nombre. Holy Cock podría ser un excelente personaje de South Park. O podrían hacer un capítulo sobre Hollie Cook pero con Holy Cock. De nada, South Park.

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De un momento a otro, el atardecer se puso anaranjado y el sol se escondió quien sabe dónde. Las luces del escenario ya pintaban la tarde en tonos amarillos y morados. La música de Kindness sonaba a un pop tan bien hecho que hasta perecía chocante. Entiendo que cuando la gente habla de Kindness hable de esa sensualidad negra a la que apela en su música. Pero más bien, lo interesante del tipo es la calidad de pop que hace. Su acto es elegantísimo, aunque su facha podría desconcertar a las mamás. Él y sus músicos traen un look de vagabundo-neo-folky como el de Devendra Banhart o Edward Sharpe, pero visten con trajes de alta costura y sombreros elegantes. Eso en el escenario tiene un efecto rarísimo. Él, vestido de traje oscuro y camisa clara, estaba rodeado de tres coristas de vestido blanco que, hicieron el 50% del show. De manera impecable avanzaron de una canción a otra sin sacar a nadie de ese humor sexy-pero-buena-onda que hace evidente el blanco de su piel. Kindness fue una amable sorpresa.

Mientras me relajaba en el pasto en un encuentro inesperado con viejos amigos de la prepa, un tipo grandote, todo vestido de negro vino a buscarme diciendo que tenía que entrevistar a De La Soul. No le hice caso, pero a pesar de mi resistencia me llevó por un pasadizo secreto hacia un hotel mamón en donde se hospeda el talento más fresa. Olfateé la comida de chef de hotel y esperé a que mi secuestro terminara. En el bar del hotel me esperaba Maseo, un tercio del legendario grupo de hip-hop noventero. Hablamos de (spoiler alert) hip-hop (si quieren leer la entrevista se van a tener que esperar a que la termine de escribir porque no puedo hacer todo al mismo tiempo) y luego hablamos sobre (spoiler alert) Tijuana. Nos dimos la mano, en un saludo de compas y me liberaron para salir a verlos de inmediato.

Salí del pasadizo secreto expulsada hacia ese caos nocturno que es Bahidorá de noche. Parejas atascándose, gente de piel color neón, esas cosas que se ven en las sombras del paraíso dionisiaco. Maseo salió al escenario y puso un par de rolas para probar el sonido. Cuando estuvo contento con el audio salieron Dave y Posdnuos a echar montón. De La Soul es una cosa histérica. No sueltan al público ni un segundo. Desde que Maseo estaba probando cosas hablaba con nosotros y todos le respondíamos. A partir de que soltaron el primer beat, todas las manos botaron de arriba abajo en respuesta automática hasta el final. Posdnuos detuvo los beats de Maseo. Se dirigió a los fotógrafos que estaban justo debajo de sus pies y les dijo: “Oigan, durante una sola canción suelten sus cámaras, levanten las manos y disfruten con nosotros.” De ahí en adelante todo fue una fiesta de carcajadas grandotas como esa distintiva risotada que resuena en la cabeza de todo el mundo cuando se atraviesa “Feel Good” de Gorillaz, que además sonó hacia al final de su set. El show de De La mantiene y sostiene que tienen 26 años tocando juntos. Sin duda, fue el mejor acto de esta primera parte del festival.

Si quieres leer sobre la versión nocturna de Bahidorá, ve a THUMP y lee lo que nuestros compas ravers tienen qué decir al respecto…

Si quieres ver el reto de las fotos ve aquí.