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Música

Backstage con Kevin Parker de Tame Impala

El prodigio musical detrás de la banda australiana más caliente del momento, habló con nosotros sobre cómo mantener a la música sorprendente y sobre no escribir canciones de amor.

Foto por Matt Sav

Este artículo se publicó originalmente en i-D, nuestra plataforma de moda

La introspección es lo que mejor le sale a Kevin de Tame Impala. Justo después de lanzar su tercer LP, Currents, que en lugar de explotar hacia el éxito comercial, como se esperaría del más exitoso —a falta de un mejor término— acto de "rock" australiano, busca explorar más el aislamiento. Mucho más que su LP previo, Lonerism. En Currents, Kevin ha creado un álbum sobre el rompimiento, lleno de melancolía psicodélica, una creación completamente de él; de la composición, a la grabación y por primera vez, la mezcla. Tame Impala no funciona como una banda en el sentido tradicional de la palabra, con grabaciones que funcionan esencialmente como un escape personal para Kevin, y que se materializan en el panorama en vivo con una banda completa. Pero es un proceso que funciona; con Currents ha recibido reconocimiento de la crítica y posición estelar en numerosos festivales con los que ha conseguido una respuesta invariablemente entusiasta. Nos sentamos con Kevin para diseccionar Currents y reconocer la singularidad de Tame Impala.

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Las canciones en Currents en su mayoría tratan del desamor pero, ¿las ves como canciones de amor en sentido de su significado?
No creo que lo sean. Creo que yo nunca he escrito una canción de amor. Creo que tengo una perspectiva cliché de lo que es una canción de amor: una canción en la que alguien le declara su amor a alguien. Lo veo como una cosa muy unidimensional.

Pero hasta las melodías que usas, ¿pueden ser sinónimos de canciones de moda?
Creo que sí. Pero cuando pienso en una canción de amor, pienso en baladas con piano. De hecho soy muy malo con el piano.

Hace unos años salió el lado-b, "Beverly Laurel", que era algo completamente diferente a lo que Tame Impala había sacado. ¿Cómo lo ves ahora especialmente en el contexto de Currents, que incluye varios de esos elementos del dance?
Quién sabe. Fue algo que estuvo reposando en mi computadora por mucho tiempo, acabó siendo el otro lado de un 7", sólo un lado b. Lo tuve por un tiempo y amo la canción. Es diferente a cualquier cosa en Lonerism, y en Currents. Sólo lo hice sin pensar.

Te quedas con la idea de que Currents en mucho menos inhibido en términos de melodía. ¿Cómo llegaste a ese punto?
Definitivamente me he vuelto más audaz con las melodías, en especial las melodías vocales. Pensaba que tenía que mantenerlo sin mucho adorno: siempre cantaba la melodía básica y no agregaba ninguna acrobacia con la voz. Creo que he empezado a aceptar diferentes formas de cantar una melodía. Ya he hecho dos álbumes, para que en verdad suene como una evolución no puedo seguir usando los mismos trucos. Siempre he querido cantar más, aceptar la voz como algo que…

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En contraste con las voces más atrevidas, hay estos versos en "Past Life", con un efecto de voz hablada retorcida. ¿Tuviste algunas dudas sobre poner algo tan experimental en el álbum?
Bueno, siempre hay dudas. Sabía que algo tenía que ir en esos versos y quería contar la historia, porque tiene una historia detrás. Entonces decidí que iba a ser algo entre el entrevistado en A Current Affair y Serge Gainsbourg, alguien como diciendo una historia en tono monótono, casi de manera depresiva. Aquí está este tipo de 40 años, viviendo su vida, dejando atrás esa parte alocada de su vida. Algo cambia en él, está plano, robótico. En cuanto me di cuenta que la canción tenía vida propia —cuando sabes que una canción tiene su propio carácter, su propia personalidad— supe que ya tenía un lugar. Aunque la melodía tuviera la melodía más increíble, el beat más increíble, tiene que tener su propia personalidad, de la misma manera en la que identificarías a una persona, antes de que sepas que tendrá un lugar seguro en el álbum.

Es fácil enamorarse de los sonidos de batería en Currents. ¿Cómo ha cambiado tu relación con las percusiones al pasar de los años?
Creo que me he vuelto más sabio sobre ello. Para mí, la batería es la parte más importante de la canción. Tengo esta teoría de la gente a la que le gusta Tame Impala, al menos de los músicos a los que les gusta Tame Impala, creo que les gusta la batería pero no están conscientes de ello. Es lo que más tiempo paso grabando, más tiempo mezclando. Literalmente paso meses haciendo que el sonido de la batería suene bien. Antes era más frenético con mis ritmos; hacía un beat complicado, sólo por el hecho de hacer un beat complicado. Pero ahora lo mantengo simple y entendí, la relación entre lo que hace el beat y lo que hace el ritmo, sólo dejo que un simple kick-snare sea lo que marque el ritmo. Pero al mismo tiempo, siempre debe haber un péndulo balanceándose.

Compartiste escenario con Mark Ronson en Splendour In the Grass, en Australia. ¿Qué significa para ti contribuir en un proyecto como invitado? Considerando que tu propio trabajo se crea en este espacio propio y privado.
Es la primera vez que hago algo así, nunca he sido un músico a sueldo. Nunca había hecho un cameo musical. La primera vez que toqué estaba muy nervioso. Cuando es un show de Tame Impala, si la cago monumentalmente, sólo me decepciono a mí. Pero para un amigo cercano, siento la responsabilidad de ser bueno. En el Splendour In the Grass fue la primera vez que en verdad me la pasé bien, me divertí sin estar tan nervioso. Me está gustando, entiendo su atractivo; el hecho de sólo salir en tres canciones y decir: «¡Qué onda! ¡Soy yo!» y después, «¡luego nos vemos!». Es cool.

Como músico se supone que tienes que estar agradecido con este ciclo de álbum-gira-álbum-gira. ¿Estás cómodo con eso?
Lo estoy ahora. No lo estaba y la banda tampoco por mucho tiempo. No sabíamos que estaba pasando, estábamos muy confundidos. Peleábamos mucho porque nos sentíamos frustrados. No sabíamos lo que estábamos haciendo. Los otros chicos no sabían si eran parte de la banda o eran músicos contratados. Ahora lo entendemos. No es ni una cosa ni la otra. No somos una banda de rock que se sienta a tocar canciones juntos. Tampoco somos un artista solista que trae una banda, es algo entre las dos cosas.

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