Arriesgué mi vida para colarme a las fiestas de Coachella

Foto por Marie Cravens / El resto de las fotos son de Jennica Abrams

Iré al grano: Las fiestas de Coachella apestan. El año pasado, compartí mi guía de cómo experimentar una versión de Coachella diferente, más exclusiva, y probablemente más divertida al ir a todos los eventos patrocinados por marcas que hay a la par del festival. Pero este año, ninguna de esas marcas decidió regresar: no hubo fiesta de Filter, Lacoste, o Jeremy Scott. Mi paradigma se rompió.La mayoría de las fiestas de este año fueron de marcas de ropa con una base de consumidores mucho mayor, que estaba desesperada por atraer a un público "Millenial" al organizar brunches y pasarelas donde iba a haber muchos "influencers". PFF.

Una semana antes del festival, un sitio anunció una fiesta sorpresa de Ed Hardy x Mad Decent con Dillon Francis aunque se terminó revelando que era una broma de April Fool’s Day. Para mí, más que una broma, fue una premonición de lo que en realidad estaba por pasar.

Las pocas fiestas que sí valían la pena se llenaron de inmediato, lo que presentó un dilema para mi fin de semana, el cual se empezó a volver bastante frustrante cuando me di cuenta que estaba manejando por todo el valle de Coachella y cada una de las fiestas a las que se suponía que tenía cceso me bateaba en la entrada, sólo porque no soy una celebridad de Instagram con 72,000 followers y no tengo una vagina.

wish i were at coachella seems like there were some p dope parties to almost get in to

— Conor Tripler (@ConorTripler) April 11, 2015

Me rehusé a que me rechazaran —o a sufrir de FOMO—, y decidí poner mi vida en riesgo al hacer grandes esfuerzos para colarme a fiestas, saltándome bardas, huyendo de la policía, y en un punto saltando de un tren en movimiento, lo que no me dejó nada más que un teléfono roto y una experiencia casi fatal.

Y ninguna de las fiestas valió la pena, y mucho menos morir en el intento por tratar entrar.

Las fiestas a las que pude entrar fueron mucho más tranquilas de lo que me esperaba. Fueron como una versión diluida de las de años anteriores; algo así como lo que se siente el segundo fin de semana después de que el pasto ya está todo mayugado del primer fin. Me gustaría decir que fue decepcionante, pero la verdad es que tuvieron sus momentos, y me prendí lo suficiente como para llegar al punto para ver el último concierto de Gesaffelstein en vivo y el inolvidable set de Drake, lo que me ayudó a curar todas mis penas. Todos los buenos festivales empiezan con una lucha previa. Esto es lo que viví:

Continúa aquí abajo…

Cosa favorita: El look de chopper de P-Thugg
Lo peor: Quedarnos varados en medio de la nada después de que unos fotógrafos se ofrecieron a darnos aventón a nuestra casa, pero trataron de que les chupáramos el pito.
La cosa más swag: El “Taylor Swiss” Grilled Cheese Sandwich
Lo más memorable: Nos robamos la charola entera de grilled cheese sandwiches de Chromeo.

Cosa favorita: El increíble catering vegetariano de Fat Radish, que además incluía cualquier tipo de bebida "premium" que uno podría imaginarse (agua de coco, agua de aloe, kombucha, miles de jugos distintos hechos en el momento, sodas artesanales de fruta)
Lo peor: Sin quejas
Lo más swag: Audífonos Caeden, el kit de cuidado para la piel de Kiehl’s, masajes de cuerpo completo de Soothe
Lo más memorable: Relajación total

Cosa favorita: Las sliders de trufa, los Melon Moscow Mules
Lo peor: Kate Bosworth pasando demasiado tiempo con nosotros
Lo más swag: Kate Bosworth regalándome una botella de Grey Goose para pedirme perdón
Lo más memorable: Cuando traté de remar en un bote en forma de cisne en el lago que había, con demasiados chupes en mano

Cosa favorita: Hacer ejercicio con EDM de fondo a las 9 AM, y luego usar toallas de cara heladas con infusiones de lavanda para relajarme
Lo peor: Hacer lagartijas
Lo más swag: Las gorras de Asics, las barritas de proteína Quest sabor Chocolate Chip Cookie Dough
Lo más memorable: Cuando el instructor me levantó como si fuera unas pesas enfrente de toda la clase

Cosa favorita: Tomar cocteles de El Silencio Mezcal mientras alguien de Scünci me trenzaba el pelo
Lo peor: Irme antes de que Diplo llegara
Lo más swag: Una dotación de por vida de toallas y bolsas de The Zoe Report
Lo más memorable: Pasar el rato bajo la influencia

Cosa favorita: Sobrevivir un accidente de tren
Lo peor: Perderme a Justin Bieber
Lo más memorable: Debí haber ido a la fiesta de Moschino para ver a Jack Ü, y todo hubiera salido mucho mejor

Cosa favorita: La alberca convirtiéndose en un moshpit
Lo peor: No tener teléfono
Lo más swag: Las gorras New Era completamente personalizadas
Lo más memorable: Cuando me convertí en el tercer integrante de Flosstradamus

¡Hasta el próximo año (si hay uno)!

P.S. Joe, si estás leyendo esto, márcame

Jazper Abellera es el corresponsal fiestero de la costa oeste de Noisey. Síguelo en Twitter.