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Música

Anarcocks: sampleando el sexo anal bareback

Massimo y Pierce se encueran, se quitan las pelucas, ponen minimal techno, cogen en público y leen poesía.

Al buen Alejandro B. Borges, por aquello de nuestros debates twinks

Puede que parezca huevón, pero no, créanme. Es sólo que necesito un punto de referencia en el que el arte (lo que sea que esto signifique) y los genitales converjan en una situación cabal, tangible. Lo primero que se me viene a la cabeza es el espectáculo de Monólogos de la vagina.

Es decir, lo que hacen Massimo y Pierce sobre el escenario es una especie de performance poético más o menos en la misma dinámica propuesta por Eve Ensler. Más o menos, porque además de leer sus textos de creación propia (reflexiones narrativo-poéticas sobre la homosexualidad en diversos contextos: familia, escuela, ciudad, legalidad, ilegalidad, homofobia, sadomasoquismo), la acompañan con un fondo musical electrónico (también desarrollado por ellos msimos) que van del ambient tipo drone, pasando el minimal tecno, hasta llegar a un industrial espeso y sucio y aunque parezca extraño, bailable, al mismo tiempo que se encueran, se quitan las pelucas a veces pelirojas otras rubias, se rapan, se escupen saliva sobre el pene, continúan leyendo, se masturban y se besuquean, uno de ellos se hinca para recibir directamente en la boca los meados de su compañero que continúa recitando ininterrumpidamente su texto. Se envuelven en plástico casi “al vacío” como esas carnes congeladas de los supermercados. Han llegado a practicar penetraciones anales. Todo en vivo. En escenarios, algunos underground, pero otros pertenecientes a centros culturales, de Zurich por ejemplo, dónde con todo y sus políticas de estado progresistas y ese andar liberal urbano de sus ciudadanos no son suficientes para soportar las pornográficas y cochinas puestas en escena de Massimo y Pierce.

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En más de una ocasión han querido interrumpir sus espectáculos de sexo en vivo. Sin conseguirlo. Quizás porque ya no pueden contener las erecciones debajo de sus braguetas o es que en realidad están convencidos del arte de estos punks calenturientos, pero el público siempre sale a su defensa.

Bienvenidos al mundo de Black Sun Productions, mejor conocidos como el dúo de porno-industrial-gay Anarcocks.

El punk fue, es y seguirá perteneciendo a la calle

Massimo y Pierce se definen o asumen como punks antes que homosexuales, pasivos, activos, poetas, músicos, actores. Punks. Y lo suyo no es una conclusión teórica a la que llegaron después de procesos analíticos en las aulas de la Zurich University of Arts.

Su relación comenzó entre finales de los novemta y principio de los años dos miles, obsequiándose cigarrillos mientras esperaban algún lascivo cliente en las esquinas de los barrios más rudos de Zurich cuándo ni siquiera tenían edad legal para fumar, mucho menos la de comprar una miserable cajetilla, las cuales conseguían a modo de propina por parte de sus clientes, señores grandes la mayoría, con las manos salpicadas de manchas, los glúteos despeñados.

La atracción fue inmediata. Además de los sentimientos de amor, deseo y fraternidad que surgen y se afianzan en la acritud del pavimento, compartían el gusto por lo urbano como disertación per sé, la nostalgia del sonido post-punk y la música industrial de fondo sexual, la pornografía en bruto, amateur, como manifestación política.

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Fue persiguiendo sus sueños de pornógrafos que lograron administrar algunos bares leathers y sex clubs de Zurich e Italia. Empezó a gestarse su reputación. Había algo en esas tabernas de homosexuales que no podías hallar en otro lado, música irrespirable y cachonda, iluminación en rojo y esos pequeños números de sexo en vivo que empezaban a montar la pareja de Mássimo y Pierce, nunca de forma convencional. Siempre recitando poemas, grafiteando consignas. Era una suerte de inteligencia rebelde que hacía de la perversión un manifiesto anárquico, sin abandonar el propósito primitivo de la pornografía: excitar a la audiencia.

Su fama de hacer de la juguetería sadomasoquista algo más que artículos de sex shop llegó a oídos de John Balance, uno de los creadores de la legendaria banda de música experimental-industrial Coil, quién junto al otro fundador, Peter Christopheson se hundieron al subterráneo de los cuartos oscuros, resbaladizos de tanto lubricante y semen, hasta dar con el dúo de Mássimo y Pierce para proponerles ser los teloneros de su gira europea del 2002.

Del subterráneo apestoso de poppers exclusivos de los homosexuales a los escenarios bugas. Los conciertos de Coil del 2002 arrancaron con Plastic Spider Thing, provocativo performance del ahora colectivo (al dúo se les unió Drazen en la producción musical) que se presentó bajo el nombre de The Black Sun Productions y en el que mostraban “una exploración altamente moral, pero sexualmente explícita sobre la relación entre la araña y la mosca" explicaban en unos flyers. El acto era un retador espectáculo de poemas sincopados con música beat-drone y donde estos chicos con la cabezas rapadas a excepción de una cresta y cuerpos de twinks (en el slang gay modo de nombrar a los hombres con pinta de efebos que aunque mayores de 21 añosa aparentan tener menos de 18, estrictamente delgados) se montaban una sesión de bondage con todo y lubricante que estremeció a unos y excitó a otros tantos.

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Lo que vino después fueron más ofertas, incluyendo colaboraciones con pesados pioneros del post-punk, como Lydia Lunch, quién no quiso que sus recitales quedaran fueran de los polémicos perfomances de la pareja sentimental-laboral, al mismo tiempo que su música iba tomando una personalidad propia, de erotismo crudo, pervertido y bailable.

Sus shows, entre el spoken Word, el performance, cuestionan la relación del homosexual en un entorno urbano habitado por una sociedad buga fanática de las buenas costumbres e hipócrita, que abraza la diversidad sexual siempre y cuando se acaten o se respeten sus preceptos morales que implican a su ves desplantes de doble moral. Las consignas contra el fascismo, la intolerancia, la homofobia en sus manifestaciones más violentas también son constantes. Para ellos, el sexo anal es un acto de anarquía contra el stablishment buga.

Hubo quienes registraron en video las fuertes escenas de Plastic Spider Thing que sirvieron de punto partida para documentales como Almotriptan in Athos (or A Well Hung Monk), que cuenta la carrera de Black Sun Productions, incluyendo aquel encontronazo con la ley suiza en 2003, cuándo el departamento de narcóticos del país de los relojes y los chocolates atendió las demandas de ciudadanos, ofendidos e indignados, que acusaron a sus performances de promover “la conducta sexual desviada y espeluznante”, sobre todo por aquella hoy famosa (e indispensable) escena en las que Massimo y Pierce practicaban el golden shower en vivo. En suiza, la pornografía que incluya escenas de excrementos humanos es considerada ilegal, incluyendo la orina. Los de narcóticos les decomisaron todo su material de trabajo: cámaras de video, consolas de edición, laptops, tornamesas y desde luego, todo el armamento sadomasoquista. A empezar de cero. Pero eso no importa para un par de tíos que han sabido ganarse desde un cigarro por una mamada de verga. Las ventajas de extremo cínico callejero.

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La cinta Almotriptan in Athos (or A Well Hung Monk) de Daniel McKernan que también fue parte de la celebración de la onceava puesta en escena de Plastic Spider Thing (que hasta el día siguen montando tanto es festivales culturales, de orientación LGBT y de pornografía también conocidas como expo-sexo, cada vez más intensas y puercas) se ha presentado en foros como el Festival de Cine de Torino o el 25th New York Queer Experimental Film Festival.

Derrumbando los muros del cuarto oscuro: porno sound

El nombre de Anarcocks surgió un poco para demarcar su trabajo. Mientras que Black Sun Productions es utilizado únicamente para identificarse en la parte escénica (aunque grabaron un par de álbum bajo este nombre), Anarcocks es el nombre con el que han decidido presentarse en su faceta de dj, productores musicales y actores porno. Anarcocks: your soul is our destination es también el nombre de su sello disquero.

Uno de los asistentes a los performances Plastic Spider Thing fue Paul Morris, el padre de la ultrapolémica casa de videos porno gay Treasure Island Media TIM, cien por ciento bareback, sin ningún tipo de protección ni mensaje al espectador de sexo seguro.

Morris les propuso grabar un video enteramente porno para las cámaras de TIM. Ellos aceptaron encantados y fascinados, tan sólo pusieron una condición: que ellos engendraban el score del video, cosa inusual porque los videos de TIM carecen de música, para que los gemidos de hombre sea lo único que se escuche.

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En 2005 TIM lanzó Pirate Tape No 1 by Anarcocks, hora y media en el que Massimo y Pierce junto a uno que otro invitado tienen sexo explícito bareback al más puro estilo TIM (close up degenerados por ejemplo) pero reinventado los lugares comunes del ponor, los gemidos (sin sobreactuar) son sustituidos por tremendos beats de minimal tecno, ambient e industrial bailable (llevan el ritmo de las penetraciones) que bien puede escucharse sin necesidad de ver las escenas (para los oídos bugas que se dicen tolerantes pero no tanto), está disponible en un disco compacto titulado Anarcocks MUSICK FOR PORN VOL. 1 editado pro su propio sello, siete tracks correspondientes a las siete escenas que conforman el pirate tape.

Aunque si son gays no tendrán más remedio que escuchar los sonidos de Anarcocks con todos y sus imágenes, acomodarse, bajare la bragueta y dejarse llevar.

Cuando fueron cuestionados por su participación en TIM teniendo sexo bareback, ellos aclararon que se consideran “artivistas” más no activistas, que en el mundo hay distintas formas de autodestrucción, hay crímenes de odio por homofobia, asesinatos, violencia callejera: “Hay mucha muerte allá en las calles para que se preocupen por nosotros y si tenesmos sexo con condón o no. A nosotros déjenos hacer música y coger a gusto”.

En 2012, Massimo y Pierce declararon oficialmente le muerte de Black Sun Productions con la edición de un último álbum: Phantasmata Domestica. Aunque como Anarcocks siguen causando escándalos.

Hace poco, un buen compadre me decía que su relación con los cuartos oscuros, saunas o sex clubs era de amor odio, “amor porque, que rico, pero odio porque eso de encerrarse es hasta cierto punto darle la razón a los bugas de que estamos haciendo algo malo”.

Pareciera que los Anarcocks de algún modo piensan lo mismo, de ahí que su exhibicionismo sea un método despiadado (para muchos vulgar, pero vamos, seguro esos suizos nunca han ido a un palenque de Niurka) de mostrar la verdadera naturaleza de la homosexualidad, la del sexo anal.

http://www.anarcocks.com