El Antes se celebró a lo largo de la semana pasada culminando el sábado. Ese último día del festival hubieron toquines en el Bahía y en el Capitán Gallo, par de venues separadas por unos cuantos minutos y por el sonido de los actos ahí reunidos. MC Peligro –una morra que es en esencia el licuado de identidad post-redes sociales que saldría de meter a Bomba Estéreo y Tumblr a una licuadora– y de MΔTΣ –un DJ de todos los géneros al mismo tiempo que vive en un hipervínculo– fueron las excepciones al sonido mayoritariamente punk del Bahía. En el Gallo hubo más electrónica de esa que tanto le mama a Thump. Nosotros más bien nos quedamos en el Bahía a pegarle a los combos de Tecates largas y mescales culeros, más cómodos entre guitarras y perreo cósmico.
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Definitivamente lo que más nos prendió fue el toquín de AJ Dávila, aquel morro macizo que ya nos había conquistado con Dávila 666 y ahora regresa con un proyecto en solitario. Lleno de coros sencillos, divertidos y malheridos, de esos que son fáciles de gritar aunque sea la primera vez que lo oyes sin sonar terriblemente villamelón, es música que va de la mano tanto con un slam motivado por el mezcal como con una tarde de porros sin camiseta. Su acto en vivo trae todo el pinche punch del mundo, con un cabrón portando un sincero mohicano verde, y al Manú de Carmen Costa ahí metido. Como detalle, el papá de Manú fue a ver al AJ putearse al escenario, con todo y 72 años y servilletas en los oídos. Boludo.Les dejamos unas fotos análogas del toquín de AJ. ¿Quieren ver fotos digitales? Vayan a Thump a checar el desmadre del Capitán Gallo.
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