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Cultură

Confronté a mi violador con un mensaje de texto

Recibí una llamada a la 1AM. Estaba paralizada por el miedo. Desde hace muchos años quería confrontarlo y me quedé callada cuando por fin tuve la oportunidad. No sabía que su voz bastaba para ponerme así. Tenía que colgar de inmediato.

Recibí una llamada a la 1AM. Esto no es raro cuando eres amiga de algunos comediantes. Tampoco se me hizo raro que el número era de otra área local. Hasta que escuché esa voz del otro lado de la línea.

"¿Habla Hana Michels?" Temblé. Conocía esa voz.

"Sí".

"Soy Brian. ¿Te acuerdas de mí?"

Sí.

Brian (cambié su nombre para el artículo) me explicó el motivo de su llamada. Tenía problemas de alcoholismo y se inscribió a un programa de 12 pasos. Sabía que lo que me hizo estuvo mal pero nunca especificó qué fue lo que hizo. Les explico: Brian era mi amigo y me violó.

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Tras el discurso larguísimo sobre su recuperación, hubo un silencio incómodo.

"Espero que no te moleste mi llamada".

Se me salió un "está bien". Pero no estaba bien. Estaba paralizada por el miedo. Desde hace muchos años quería confrontarlo y me quedé callada cuando por fin tuve la oportunidad. No sabía que su voz bastaba para ponerme así. Tenía que colgar de inmediato.

"Espero que me perdones".

"Está bien", respondí otra vez y colgué antes de que me dijera algo más. Se me revolvió el estómago. Estaba muy alterada.

No, no alterada. Furiosa. Analicé lo que dijo Brian. Sí, se sentía culpable, pero no dijo por qué. Tal vez ni siquiera se acuerda. No me llamó por la culpa. Me llamó porque el paso nueve de su programa lo obliga a que se disculpe.

Lo peor de todo es que se escuchaba muy tranquilo. Como si tuviera la certeza de que lo iba a perdonar.

Después de volver a analizar lo que dijo, me di cuenta de que no podía perdonarlo. Para nada. No podía soportar la idea de perdonarlo si no estaba segura de que mi perdón en verdad le importaba. El hecho de que me haya llamado significa que sabe que hizo algo malo. El problema es que los chicos que violan durante una cita no necesariamente están conscientes de que son violadores porque creen que las violaciones sólo se dan en callejones y a manos de desconocidos, no en departamentos con amigos. Brian no tenía idea del daño que me había hecho. Si lo supiera, no habría llamado. No sabía que soñaba con vengarme o que me mudé a otra ciudad por su culpa. Tampoco sabía que tenía sueños recurrentes de la violación, los cuales, al parecer, son síntoma de trastorno por estrés postraumático. Empaqué lo necesario y subí a mi auto. Planeaba ir al ultimo lugar donde escuché que vivía. No tenía idea de qué iba a hacer. Tal vez lanzar un ladrillo a su ventana, golpearlo con un bate o gritarle. Lo único que sabía es que quería hacerle daño.

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Un amigo me convenció de que no fuera. A fin de cuentas, no sabía si aún vivía ahí. Podrían arrestarme o algo peor. Además, estaba tan aterrada que ni siquiera pude confrontarlo en el teléfono. Busqué información sobre él en Google y descubrí dónde trabajaba pero no podía simplemente llegar y decirle a la recepcionista: "Hola, busco a un empleado que me violó hace unos años" y esperar su respuesta. Tenía que hablar directamente con él.

Revisé mi teléfono. Su número quedó registrado. Tenía miedo de quedarme callada otra vez si volver a escuchar su voz. Decidí que lo mejor era enviarle un mensaje de texto.

"No te perdono", escribí.

"Lo que hiciste es imperdonable. Me violaste. Sabías que estaba borracha. Sabías que me daban miedo los hombres gracias a mi ex". Cada palabra me llenaba de valor.

"Cuando dije que no, metiste tu mano en mis pantalones y me dijiste que era una mentirosa y que estaba húmeda. Me emborrachaste y me violaste a pesar de que dije que no una y otra vez. Nunca había estado tan asustada. Por eso tuvimos sexo. No porque quisiera estar contigo. Nunca quise estar contigo". Estaba tan enojada que mis dedos ardían cuando tocaba la pantalla de mi teléfono celular.

"Espero que cuando tengas hijas no puedas verlas a los ojos. Espero que no puedas hablar con tu madre sin pensar en lo que hiciste y en lo que eres. No te perdono. No respondas. No vuelvas a buscarme".

No hubo respuesta.

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Por fin lo dije y me sentí más tranquila. Aunque no era la conclusión con la que siempre soñé. No lo enfrenté en su departamento y no lo corrieron de su trabajo. Es libre. Días después hablé con un familiar que también había entrado a un programa de 12 pasos y me dijo que recomiendan no pedir perdón en casos donde puedan causar más daño. A Brian no le importó esta regla y de todos modos me buscó para limpiar su conciencia. Pero no se lo permití.

Cuando me preguntan por qué no lo denuncié de inmediato, mi respuesta es simple: No podía aceptar que me habían violado. Lo negué por años. Además no tenía evidencia —acepté ir a su departamento, se puso un condón y lo tiró al excusado justo después. Admiro a las personas que han sido víctimas de una violación y tienen el valor de ir a la policía. Me hubiera encantado meter a la cárcel a Brian. Pero aunque lo hubiera denunciado, estoy segura de que seguiría soñando con la noche en que me violó, al menos una vez por semana. Seguiría viviendo con miedo. No hay nada que pueda cambiar eso.

No creo que sea posible para algunas personas superar por completo un trauma. Me dio gusto haber impedido que Brian superara el suyo.

La superación, si es que existe, es vital para que una persona siga adelante con su vida. Como yo no puedo seguir adelante, él tampoco debería. Pidió perdón, entonces no creo que sea un sociópata. Necesitaba que lo perdonara porque se sentía culpable por el daño que me hizo.

Quiero que se le haga un nudo en la garganta por la culpa cada que salga con una chica. Quiero que en su noche de bodas se acuerde de lo que me hizo. Quiero que se muera de vergüenza cuando lleve a su hija y a sus amigas a la escuela. Quiero que su dolor sea suficiente para que trate con respeto a todas las mujeres que entren en su vida y para que no repita lo que me hizo. Si algún día logra superar la culpa, espero que sea en sus últimos días de vida, al saber que yo fui la última mujer a la que dañó.

Sigue a Hana Michels enTwitter.