Camina por la calle y la gente lo mira. Quizá por curiosidad, por extrañeza, o porque están viendo, probablemente sin saberlo, a uno de los pioneros en la importación de un sonido a México. No le molesta la atención, se regodea en ella.Lo veo cruzando la calle sentado desde un restaurante. Lo espero junto a Ana, una amiga suya que, para variar, es modelo. El moreno de las rubias llega a la mesa y casi de inmediato pide una copa de vino blanco. “Algo que sea semidulce, porfa”.
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Desparrama confianza, siempre ha sido así. Al menos esa impresión me dio la primera vez que lo conocí hace casi año y medio. Pero no es una confianza desmedida, petulante; más bien es el tipo de confianza de alguien cuya dieta se basa en riesgos y nuevas posibilidades.Así es Go. Diferente. Vaya, tal vez diferente sea poco para describir a alguien que simplemente no busca encajar. “Siempre he sido así, siempre he sido raro. No he cambiado, no he buscado adaptarme”.Platica cada que acaba un bocado. Entre risas se acuerda de sus tiempos pintando puertas y conectando cables en el primer estudio para el que trabajo. “Iba muy mal en la prepa, era un bato medio problemático y a mi papá no le gustaba que fuera así. Le dije que me gustaba todo lo relacionado con el audio y me consiguió ese primer trabajo”, confiesa mientras mete el tenedor a su ensalada. “Me traía en chinga mi papá, en la mañana estudiando en el Sindicato de Músicos y en la noche en el estudio”.Fue precisamente la figura de su padre una pieza clave dentro de su embalaje como una de las máquinas mejor aceitadas del urbano mexa en la actualidad. “Él y mi mamá son músicos, en mi casa tenían un estudio. Desde pequeño llegaba a la casa y me ponía a hacer beats. Ahí tenía todo para hacerlo. Era un hobby realmente, me gustaba escuchar o transformar sonidos”.
De esa curiosidad nació el atropellado camino que lo terminó poniendo en un estudio, aprendiendo a partir de nada. “Trabajé en 2veces estudio, también en Antarrec. Fui asistente de Pepe Loeches, ganador de cinco Grammys, y también de Sammy Fisher, quien ha producido varios bangers; "Rompe" de Daddy Yankee, por ejemplo. Él me enseñó lo pro, la estructura de un hit”.
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Apadrinados por Salguero, Kid y Go comenzaron a dar pasos importantes hacia la maduración del proyecto, debiéndole algo de ello a un aspecto que no tenía que ver propiamente con bases y barras.Melenas pintadas, moños y cadenas, ropas multicolor, y una imagen tan cuidada como despreocupada, terminaron por consolidar la visión de un dúo alejado de los prejuicios, sobre todo aquellos existentes dentro del urbano en tiempos pre-Lil Pump.“Él era un Lamborghini y yo un Ferrari ¿sabes?”, me dijo alguna vez Go hablando de sí mismo y de su compañero de fórmula. “Los dos competíamos, nos opacábamos. Nunca pasó nada malo, pero ya era difícil a veces”.
Seis años de crecimiento, donde la manzana terminó por caerse del árbol para los dos. “Llegó el momento de darnos un break. Que él hiciera sus rolas y yo las mías y todo se convirtió en algo más cómodo”. Sin ninguna clase de discordia, Golden Junk se mantiene unido desde su frente personal. “Kid sigue grabando sus rolas en mi estudio y yo lo sigo produciendo. Ha sido lo más sano”.“La neta me sentía un poco la sombra de Kid. El vato rapeaba chido, traía su estilo, se vestía bien y yo no me sentía tan pro. Esa es la verdad”.Llegó el momento de seguir, pero esta vez por su cuenta. Los titubeos son naturales, pienso, mientras prendemos un cigarro y recuerda ese momento hace algunos años atrás.
Chatarra de oro
Sin mucho que esperar, un día de 2015 comenzó a trabajar un beat sencillo, le puso voz, y grabó un video de minuto y medio enfrente de una pantalla verde. “En ese momento no estaba haciendo nada, salió de la nada”, dice al hablar del nacimiento de un auténtico banger.
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"Chatarra de Oro" fue su carta de presentación en solitario. Los 90 segundos originales de la canción terminaron por ser pocos, y añadió a la fórmula a Adán Cruz, Hadrián y Kid Sun en un remix que, podría ser considerado, el primer gran hit del trap hecho en México.13 millones de plays que podrían parecer pocos al ser comparados con fenómenos devoradores de tendencias como Alemán o Charles Ans. No obstante, la importancia de la canción se encuentra en su capacidad de haberse convertido en un himno del género, más allá del hombre detrás de su creación. “He visto que en festivales importantes ponen la rola y nadie sabe que es mía. Cuando vinieron Kaydy Cain y PXXR GVNG pusieron la canción y yo andaba en el público y nadie sabía que era mía”.Las bases de su sonido estaban sentadas, y era el momento de seguir creando material hasta darle forma a un largo. Al menos eso hubiera pasado en un proyecto “normal”, aunque a veces se me olvida que este no lo es. “La segunda rola que saqué, ‘Azul Marino’, solo la escribí y la lancé para que la viera mi ex novia, Marina”, platica mientras suelta un par de inevitables carcajadas. “Solté el video y por sorpresa agarró muy buenos plays”.Un modelo de trabajo que siempre ha llamado mi atención a pesar de que él dice “no tener ningún plan o estructura a seguir”. Canción+video, canción+video, canción+video… Sin espacio para pensar en discos o giras. Sin espacio para pensar en cuestiones comerciales. Sin espacio para dejar de hacer música por querer hacer música.
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Dentro de esa vorágine desordenada, aparecen nombres tan diversos como el Pinche Mara y Yoga Fire, MC Dharta y Fntxy, o Meno Heredia y Letra J, quienes han formado parte de su variado roster de colaboraciones. “Jamás he forzado un featuring, todo ha salido siempre por camaradería. La música refleja cuando algo es true”.
Una escena de camaradas, pero también de miles de crews y sellos menores, en donde siempre me ha parecido curioso ver a Go flotando solo en el main, rodeado de los Homegrown, los JB, los Gooti, los Never, etc. “Es difícil en el sentido de que es complicado escalar a otro nivel, pero nunca me ha faltado nada, nunca me ha faltado una disquera para poder hacer lo que quiera”.En esa ecuación, aparece otro nombre propio que ayuda a entender su presente. Mr. Pimp, personaje destacado en el submundo del porno mexicano que decidió incursionar en la música, encontrando en Go a un socio con el cual se ha impulsado de manera mutua. “Mr. Pimp me ha apoyado en todos los aspectos. Es de las personas más chambeadoras y leales que conozco. Hemos creado nuestro propio mini-reino juntos”.Su unión con Pimp va más allá de la música. Se han convertido en auténticos hermanos de fiesta. De una fiesta eterna que parece estar siempre llena de mujeres y billetes verdes. “Las modelos son amigas nuestras, nos dedicábamos a bookearlas y manejarlas, por eso las conocemos. No fakeamos nada. Hay veces que nosotros mismos decimos ‘esto parece broma’”.
Vida de trapstar
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Más allá del Go con un extravagante estilo de vida, existe un Go siempre al tanto de la calidad y el profesionalismo. “Soy muy relajado y casual. Pero tengo esa formación de saber que no puedes hacer lo que quieras o como lo quieras porque hay estándares a seguir”.Cumple con su faceta de rapero, pero también de productor, compositor, realizador de videos, e incluso colaborador en proyectos publicitarios de importantes marcas internacionales. “Mi mente es muy caótica por tanta creatividad que tengo y es una buena forma de sacar todo. Ideas que creo no me funcionan a mí se las doy a otro artista”.Lo ven a lo lejos como a Kanye en Rodeo. Se da cuenta y saluda. Dos chicos que interrumpen la plática momentáneamente al reconocer al ‘moreno de las rubias’.Salimos del restaurante y se repite la secuencia desde un coche que se detiene en el semáforo, aunque esta vez no se percata de nada. Prefiero no decirle.“Yo soy el que se emociona más cuando me piden una foto. De verdad me sorprende haber llegado a este nivel. Poder vivir de esto nada más”.Me platica de su sueño de poder colaborar con Diplo, de revolucionar su sonido tomando como ejemplos a 6ix9ine y a Lil Xan. “Me siento atrapado”. Recuerdo cuando momentos atrás me contaba de lo difícil que es ser diferente. “Tienes que pelear con millones de personas haciendo lo mismo que tú. Sobresalir no es nada fácil”.Contrario a lo que puede parecer, es complejamente modesto. Vaya, se describe como ‘el peor rapero de México’, un sobrenombre que guarda más sátira que problemas de autoestima.Me cuenta de sus ondas con una chava y yo le cuento de las mías. Me dice que a pesar de lo que pueda parecer, no es un güey de groupies y decenas de mujeres, suele dedicar su tiempo y alma sólo a una.“Ya sólo me quiero dedicar a hacer lo mío”, manifiesta como un tipo cualquiera, aquel con el podrías compartir salón de clases o un lugar en la oficina. “Me ha ido bien rapeando y haciendo mis videos. Ya no creo seguir trabajando para los demás. Estoy preparando algo bien extremo, por eso me estoy tardando en soltar algo que sea totalmente mío”.Conéctate con Go en Facebook.