Intenté hacer diez cosas que prometen hacer tu vida más fácil para ver si funcionaban

Siempre he odiado las listitas de trucos para hacer tu vida más fácil. Y con eso me refiero a que en el 2012 leí una y no me gustó. Pero una vez que lees una, es como si leyeras todas: las mismas fotos de algunos cargadores de celular amarrados con un clip.

Igual y me convendría ponerles atención. Con mi falta de espacios para poner cosas, y mi falta de productos para mantener en orden mis múltiples cargadores de celular, admito que he tenido estos problemas, pero no tengo tiempo, ni imaginación ni dinero para hacer algo al respecto.

Entonces a lo mejor, solamente a lo mejor seguir estos consejos podría ser la solución a todos mis problemas.

Vivo en un lugar muy pequeño, lo bueno de vivir ahí es que vivo solo, lo malo es que no hay espacio para poner todas mis cosas.

Por suerte los que hacen las listas de trucos para hacer tu vida más fácil tienen una solución: clava una silla a la pared y pon todo lo que quieras ahí.

Ok, no hay tanto espacio como en la foto original, pero al menos tengo algo donde puedo colgar mis bufandas, gorras, playeras y otras cosas. Y sí, ya no tengo dónde sentarme en mi propia casa, y este arreglo precario no aguanta mucho peso, y todo el esfuerzo fue innecesario pero supongo que a los novatos cómo yo, nos esperan ciertas dificultades en el camino.

De hecho si tengo plancha, pero me caga planchar. Y definitivamente quiero una vida en la que pueda verme presentable sin tener que mover un dedo. Entonces probé este método:

Dejamos a un lado el martillo y vamos por las ollas. ¡La solución ha estado enfrente de mi todo este tiempo!

Dicho eso, después de diez minutos de burbujas, este método parece no servir mucho. Al tocar mi camisa, que tenía la consistencia de un zapato mojado por la lluvia, decidí que probablemente le hacía falta un poquito más de tiempo como si fuera un guisado. Entonces la dejé al vapor y seguí con lo demás.

Muchas veces me he enojado mucho con mis frascos. ¿Por qué? Porque no tienen etiqueta, y no tengo idea de lo que contienen, y las cintas adhesivas que compré hace cuatro años para ese propósito, ya no pegan.

Una vez más los que hacen las listas de consejos para hacer tu vida más fácil parecían tener la cura: mete al microondas la cinta adhesiva. Mientras investigaba para hacer este articulo me di cuenta de que casi el 66 por ciento de los trucos para hacer tu vida más fácil, básicamente consisten en meter al microondas todo tipo de artículos domésticos, entonces me sentí un poco escéptico al respecto.

Saqué el plato del microondas y la cinta trono horrible. A pesar de que pudo haber dañado mi microondas de una manera en que me podría envenenar lenta y discretamente, ¡Este sí funcionó! ¡Gracias!

Son las doce del día, el sol está a todo lo que da, y yo necesito salir ya. Suena hermoso ¿no? Bueno, para mí no. Tengo la complexión de un champiñón y tengo que andar en bici todo el tiempo. Eso significa que al final del día mis pies van a terminar empapados de tanto sudar. Al menos que la ingeniería alemana venga al rescate.

Simplemente agarra unas esponjas de debajo del fregadero, unas cuerdas de tu caja de herramientas, y hazte unos pedales acolchonados con esponjas.

A pesar de que mis plantas ya están rojísimas, con el sol brillando y una brisa fresca corriendo entre mis dedos de los pies, me siento bien. Y empiezo a preguntarme: ¿Por qué no lo hago así durante todo el año?

Estoy yendo al cajero, todavía estoy mareado por el calor. Pero al bajar de mi bici, me doy cuenta de que he cometido un error fatal. Dejé mis zapatos en mi casa. Pero no teman: en los trucos para hacer tu vida más fácil, como siempre, encontré una solución. Trata de "hacer fila como en el Caribe", dejando tus zapatos, o, en mi caso, esponjas apartando tu lugar en la fila, y en lugar de estar parado, descansa un rato.

Sentado contra la pared, veo que un joven se salta mi lugar en la fila.

"Lo siento, amigo", le digo. Voy yo en la fila.

"¿Qué?"

"Mira, estoy en la fila."

Le señalo, y los dos vemos ahí puestas mis esponjas. Me voltea a ver otra vez. Luego ve a hacia la nada, desconcertado.

¡No puede ser, funcionó! El hombre está de pie en la fila detrás de un par de esponjas. Un hombre le está dando a dos esponjas con cuerdas un valor equivalente al de un ser humano de pie en la fila. Recojo las esponjas y me fui, me quedé sin palabras.

La semana pasada, compré unos huevos de una marca cara en el super. Cuando llegué a mi casa y me di cuenta que dos estaban ya pasados. Estaba destrozado. Esto no puede volver a pasar. Buenas noticias, internet tenía un consejo para mí:

Con un tupper lleno de agua bajo el brazo, me dirijo a ese mismo supermercado y voy directamente a la sección de huevos.

Uno por uno, se hunden hasta el fondo. Todo se ve bien, así que me dirijo a la salida. La gente se me queda viendo, pero es un pequeño precio que pagar por un conjunto de huevos perfecto.

Con todo el éxito obtenido con las esponjas y los huevos, decido que voy a celebrar así que voy de regreso a mi casa para arreglarme.

Dejo mi bicicleta y entro por la puerta principal. La alarma contra incendios está sonando, las ollas hacen ruido, y una ola de calor hace que mis ojos se cierren. Y de repente me acuerdo de mi camisa: literalmente se ha estado cocinando durante dos horas y media. Y todavía está completamente arrugada. Pero ni la camisa arruinará mi estado de ánimo. Hoy no. Voy a disfrutar de la noche fría con una pequeña fogata en el jardín, pero tengo otro problema: no tengo leña.

Sin embargo, no pasa nada, porque:

¿Si compro Doritos para que me sirvan de leña debo escoger los de chile? ¿O puedo escoger los que sea? La lógica sugiere la primera, pero escojo los que más me gustan por el aroma.

Y aquí vamos…

Este truco es lo mejor. Nunca había prendido una fogata tan rápido. ¿Saben lo que le hace falta a esta hermosa tarde?

Aunque, como la mayoría de los humanos, tengo un sacacorchos, por lo que veo en Internet, abrir una botella de vino es algo que a la gente le encanta hacer con diferentes instrumentos. Y esta es la manera en la que más confío. Así que voy por mi martillo (algo que estoy empezando a darme cuenta de que es todo lo que realmente necesitas tener en tu casa) un tornillo y una botella.

Lo martillo hacia abajo y lo empiezo a jalar. Es difícil, pero lo estoy logrando. Eventualmente, un giro, una explosión, y luego… boom.

El corcho se partió. Así que lo vuelvo a intentar. Otra vez pasa lo mismo. Pasan diez, 20, 30 minutos. Mi cara lentamente se va poniendo más roja por el calor de los Doritos. Lo intento otra vez, sólo para otro fracaso insoportable. Azoto el martillo al suelo, y me doy por vencido. Toda esperanza parece perdida. Y entonces escucho que me hablan.

Uno de los constructores de al lado, me grita: "El tornillo tiene que ir más profundo". ¡Por supuesto!

Un ultimo intento.

¡Por fin la gloria! Me tardé 40 minutos y necesité la ayuda de otro hombre, pero al final lo logré.

Es hora de ponerme pedo.

Soy el tipo de hombre que pide un Uber desde el bar hasta Domino's pizza después de cuatro chelas en un miércoles por la noche, por lo que cualquier consejo para ahorrar es bienvenido, y este vale mucho la pena para mí.

Lo guardo en mi mochila y me voy a un bar. Y al parecer esto parece ser algo que también funciona porque me revisaron la mochila y me dejaron entrar.

Estoy parado en medio del bar al que alguna vez no me dejaron pasar porque llevaba un tequila envuelto en una bufanda.

Me empiezo a sentir un poco borracho, así que llegó el momento del último truco.

En los últimos 12 meses, he perdido dos carteras y me han robado dos teléfonos. También he perdido un casco de bicicleta, cuatro pares de audífonos, una tarjeta de metro, tres bolsas de ropa, y varios otras cosas mientras estaba bebiendo. Por lo tanto, naturalmente, me sentí atraído por éste.

Estoy en el baño, vaciando una botella de bronceador para hacer mi propia cápsula de tiempo, llevo mi pasaporte, dinero, una llave de bicicleta de repuesto, algo de tabaco, y un boleto de tren y le anoté mi número para que me llamen si lo pierdo.

Ahora sólo tengo que ponerlo a la vista.

Te veo luego.

Las horas pasan, y ya me acabé la botella entera del enjuague bucal. Hago amigos. Discuto asuntos de la actualidad en el baño. Mi fotógrafo Theo se va. Me invitan a una fiesta y antes de irme me dirijo a recoger mi cápsula.

¡Mierda!

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