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Cultură

Tragos y baile después del partido entre México y Brasil

Algunos mexicanos tuvieron éxito con las chicas brasileñas y otros no, pero fueron los fajes que se daban los locales los que acabaron por comprobar que la sangre latina de verdad esta al sur de América.

Cuando pitó el árbitro y finalizó el partido entre México y Brasil, mi alma regresó. El futbol, así como Dios, todo lo que te quita te lo vuelve a dar. Desde el gol fantasma para Inglaterra en la final contra Alemania en el 66, que fue recuperado por los teutones en octavos de final de Sudáfrica 2010, hasta pagarme la incómoda experiencia que tuve en la ciudad de Natal, con el que muchos llaman el mejor partido que les ha tocado vivir, sin exagerar.

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Desde días antes del encuentro entre México y Brasil, la guerra de aficiones acaparó el espectáculo en las calles de Fortaleza. Grupos de brasileños se enfrentaron a mexicanos en un partido de cánticos en el que no nos fue del todo mal. Primero los paisanos se la vivieron cantando Brasileiro, brasileiro yo te quiero preguntar… ¿Qué se siente ser visita, cuando juegas de local? Pero ya en el estadio los locales nos la regresaron con la aplicada del Ehhhhhhh, ¡putooooooooo! para el ahora héroe nacional, Paco Memo.

La verdad sí nos ardimos pero la misma intensidad del juego nos lo quitó. No hay duda de que retumbamos en el Estadio Castelao, donde aunque suene a cliché de futbol, por 90 minutos hubo brasileños y mexicanos sincronizados en pasión, encerrados en una burbuja que sólo el empate final reventó. Todo pintaba para ser una de esas noches locas de festejos.

La caminata de dos kilómetros que uno tiene que hacer para llegar a los taxis o camiones terminó por relajar mis emociones. Cuando al fin logramos separarnos de la masa de playeras amarillas que abandonaban el estadio, el tráfico nos agüitó. Los taxis no avanzaban, pero a pocos metros llegaría nuestra salvación. Unos llamados moto-taxis nos cobraron 25 reales por un camino de 25 minutos hasta la puerta del hotel, que sin duda valieron la pena.

La adrenalina regresó mientras el cafre de mi chofer varias veces esquivó gente, camiones, perros y coches que nos querían atropellar. En verdad que manera de manejar en Brasil. Aquí cada que juega la Verde Amarela es feriado. Y también cada que hay partido en alguna de las 12 ciudades sedes la gente no trabaja, así que no exagero cuando digo que desde la vista de mi hotel había miles de personas bailando al ritmo de las canciones de un tal Michel Teló en el Fan Fest.

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Con la ansiedad de ir a festejar después de trabajar, nos dijeron que un buen lugar para bailar era un clubi, como lo pronuncian aquí, llamado Republik. De alguna manera teníamos que liberar la tensión vivida, así que llegamos con toda la actitud al antro más famoso de Fortaleza. El precio es de 50 reales por hombres y mujeres, que no es algo barato, pero sorprendentemente no había más que hacer. La policía había frenado el festejo en la calles por la hora y entre eso o empedar en restaurantes, algo diferente teníamos que buscar.

¡Oh sorpresa¡ En el noreste de Brasil los clubis son con bandas en vivo que no paran de tocar forró, el cuál les mentiría si tiene algo que ver con el reggeaton, pero si es difícil de bailar. La idea es pegar el pubis con una pareja y mover al mismo tiempo las caderas, donde en caso de no lograrse todo se ve muy mal. Lo más chistoso por supuesto fue ver a un Chavo del Ocho y un Chapulín Colorado intentando hacerlo con las brasileñas, porque si algo noté en la noche fue lo urgido que vienen los mexicanos. Algunos tuvieron éxito, otros no, pero fueron los fajes que se daban los locales los que acabaron por comprobar que la sangre latina de verdad esta al sur de América.

En el lugar de rato en rato se escuchaban más porras mexicanas, mientras a mí las caipirinhas con tanta azúcar ya me empezaban a pegar. A las 2:30 de la madrugada las luces se prendieron y así de fácil los brasileños acabaron con la fiesta mundialista que traíamos los mexicanos. Una de dos: o los fortalecenses son muy responsables y sabían que al día siguiente no era feriado o andaban sentidos con los mexicanos, por que yo no sé ustedes, pero en México, el desmadre no se acaba tan temprano.

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@jiimejime