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La inestabilidad de las divisas convierte el mercado de traspasos en una pesadilla

Entre las sanciones a Rusia, el fortalecimiento del dólar y la crisis de Grecia, los tipos de cambio son más volátiles que nunca. ¿Cómo se protegen los clubes de esta amenaza?
Credit: Images Money, Flickr

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Cuando me mudé a Europa en 2012, no consideré el riesgo financiero. En realidad, no había riesgo alguno, o al menos, no a primera vista. Mi esposa consiguió un trabajo remunerado en euros; yo trabajaba de forma independiente, ganando en dólares. Usé esos dólares para ir devolviendo nuestros préstamos universitarios, y nunca pusimos mucha atención a la tasa de cambio, excepto en algunas visitas puntuales a los Estados Unidos.

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En aquel entonces, un euro equivalía más o menos a 1,30 dólares, lo que hacía que nuestras visitas a casa fueran un poco como vacaciones con descuento. Si pagábamos con euros, todo valía un 30% menos.

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Cuando comencé a trabajar para VICE, obviamente estaba emocionado. Enterarme que me iban a pagar en euros fue un extra. De hecho, esto fue lo que le dije a mi esposa: "¡Vamos a poder terminar de pagar nuestros préstamos mucho más rápido!".

La emoción por el euro, sin embargo, no me duró mucho. Pocos meses después de empezar a trabajar en VICE, el valor de la divisa europea comenzó a bajar y bajar… hasta que repentinamente se desplomó. Un euro ya no valía 1,30 dólares, sino tan solo 1,10. En otras palabras, nuestros préstamos se habían convertido en un 15% más costosos.

Qué situación tan extraña. La combinación entre un cambio positivo en mi carrera y mi ignorancia en temas financieros nos había costado miles de dólares. Y la cosa iría a peor, dado que se estimaba que el euro aún iba a perder más valor en relación al dólar (cuando el euro llegó a su punto más bajo en marzo, algunos estudios preveían que se alcanzaría la paridad entre ambas monedas hacia el final del año).

Además de mi dieta de informativos internacionales y coberturas deportivas, comencé a observar el mercado monetario de forma obsesiva, esperando, rezando para que el euro subiera. Fue entonces cuando me di cuenta que no estaba solo: algunos equipos de fútbol compartían mi desasosiego.

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En Europa, algunos equipos pagan a sus jugadores en moneda extranjera. Dicha práctica es común y puede ser incluso fundamental a la hora de fichar ciertos jugadores —pero también puede poner en riesgo la salud financiera de un club. En negociaciones de traspasos, la amenaza de la fluctuación monetaria también juega un papel a la hora de cerrar o no un acuerdo: las discusiones sobre qué tipo de moneda debe usar un club para pagarle a otro pueden entorpecer traspasos de jugadores prometedores. Incluso una vez el acuerdo está cerrado, la fluctuación de las divisas puede llegar a costar millones de euros (o libras, o dólares) a los clubes.

Entre las sanciones a Rusia, el fortalecimiento del dólar y la crisis griega, los mercados monetarios se han vuelto más volátiles que nunca. Con el conflicto en Grecia en un punto crítico, la situación financiera ha hecho que la ventana de traspasos sea hoy mucho más interesante.

"Es un panorama completamente desconocido," dice Simon Hughes, Director de Asuntos Regulatorios de la consultoría británica International FX, al preguntarle sobre la crisis en Grecia. Hughes trabaja habitualmente con equipos de fútbol durante la ventana de traspasos, ofreciendo servicios que ayudan a proteger a los clubes del riesgo de la fluctuación monetaria. "Nadie ha estado tan cerca de salir del euro. Incluso los expertos y los economistas no tienen una idea real de hacia adónde se dirige".

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Antes de llegar a la ventana de transferencias, cabe detenerse para pensar en la necesidad y el riesgo de pagar a los jugadores con moneda extranjera. Mientras yo me preocupaba por mis créditos universitarios, el Zenit de San Petersburgo tenía un problema mucho más grande: su jugador estrella, Hulk, tiene un contrato por valor de más de 7 millones de euros al año. Así es: a Hulk no le pagan en rublos, la moneda nacional de Rusia, sino en euros.

Hulk firmó un nuevo contrato el 16 de febrero, cuando un rublo equivalía a 0,014 euros. Para el 15 de abril, la tasa había cambiado a 0,0187 euros por rublo a causa de las sanciones económicas impuestas a Rusia por Occidente. En dos meses, el contrato de Hulk había incrementado su valor más del doble en relación con el rublo: ¡eso es un pellizco más que considerable!

En el caso de Zenit, este no es un gran problema; la empresa Gazprom, una de las compañías más grandes del mundo, es dueña del club. El equipo recibe la financiación directa del CEO de Gazprom, un oligarca ruso llamado Alexey Miller cuya fortuna se estima en al menos 4.000 millones de dólares. Pero para otros clubes, un cambio de este calibre en el valor monetario podría ser catastrófico.

Puede sonar incomprensible que un club se arriesgue a pagarle a un jugador con moneda extranjera, pero a veces puede ser algo necesario, especialmente en la Europa del Este. "Puede ser que la posición de negociación del jugador y del agente sea la de no tomar riesgos con una moneda más inestable, así que la única forma de incentivar al jugador para que venga es pagarle con una moneda no nacional", explica David Geey, abogado deportivo del Reino Unido que trabaja con clubes de toda Europa.

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El rublo y las otras monedas del Este europeo son notoriamente volátiles, al menos comparadas con el dólar o la libra, así que tiene sentido que un jugador opte por algo más estable. Pero incluso en Inglaterra, pagar con moneda extranjera no es algo que no se haya oído nunca antes.

"Nunca habíamos hecho contratos en euros, pero sé que hay algunos clubes en la Premier League que sí que lo han hecho", asegura Nick Igoe, ex Director de Finanzas del West Ham United. Igoe trabajó para los 'hammers' durante 15 años antes de marcharse en 2012 para trabajar como asesor; actualmente es el director financiero de un equipo de rugby.

Igoe explica que hacer esto no siempre es arriesgado. Si un club sabe que tiene que asumir un pago en moneda extranjera el día 30 de cada mes, puede tomar medidas para protegerse en contra del riesgo al asegurar una cierta tasa de cambio de antemano. Pero aquí viene el problema: no todos los clubes se protegen. Sorprendentemente, algunos deciden aceptar el riesgo. Y si los salarios no protegidos de un jugador pueden amenazar un club, los traspasos puede que aún representen un riesgo mayor.

Imaginemos que es julio de 2013 y somos Daniel Levy, el presidente del Tottenham Hotspur. Estamos inmersos en unas intensas negociaciones con Real Madrid, el equipo más rico del mundo, sobre Gareth Bale, el jugador más prometedor del año. La prensa está enfocada en lo más importante —el montante del traspaso—, pero lo que la gente no sabe es cuánto más está en juego en una negociación de este tipo. Tal vez ya habíamos acordado que el precio serían 94 millones de euros, pero el Madrid quiere pagar en euros y a nosotros nos interesan las libras esterlinas. Como regla, a los clubes británicos les gusta que les paguen en libras porque no hay riesgo para ellos, pero los equipos de la Eurozona, como es lógico, quieren pagar en euros. ¿Qué hacemos?

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Gareth Bale con la maravillosa zamarra rosita del Real Madrid. Los blancos pagaron una notable cantidad de dinero para que el galés vistiera su camiseta. Foto de Kevin Jairaj, USA Today.

A lo mejor esto pueda parecer una tontería, puesto que al fin y al cabo el dinero es dinero… pero la moneda del pago a veces esun obstáculo enormea la hora de cerrar un acuerdo. "Ha habido un par de grandes acuerdos internacionales que se han alargado mucho en el tiempo en el pasado [porque los clubes no se han puesto de acuerdo sobre la moneda]", explica Hughes. "Por ejemplo, un club en España quería pagarle a un club en el Reino Unido con euros, pero el club británico dijo, 'No, nosotros queremos libras porque no queremos tomar el riesgo de la moneda'".

Richard Price, un asesor que participó en el acuerdo de Bale, dice que el Real Madrid le hizo una oferta en libras al Tottenham pero que éste prefirió pedir los pagos en euros para poder usarlos después para otras transacciones en la Eurozona. En el entorno de las finanzas, a esto se le llama una cobertura natural, y es lo que estaba haciendo yo mismo cuando ganaba dólares y los utilizaba para pagar mis préstamos.

De manera similar, los clubes ingleses con ingresos procedentes de la UEFA u otros orígenes europeos guardan el dinero con el propósito de gastarlo después en transacciones en euros. El mismo verano de la venta de Bale, el Tottenham también trajo a Eric Lamela, Roberto Soldado, Christian Eriksen, Étienne Capoue y Nacer Chadli; a todos ellos los pagó en euros a clubs de la Eurozona.

Para Levy, sin embargo, la divisa en el traspaso de Bale no fue el único punto de negociación. Ambos lados también tuvieron que acordar un plan de pago.

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"Mucha gente no sabe que cuando un club de fútbol compra a un jugador, no siempre paga por éste de una sola vez", dice Hughes. "Normalmente, pagas una entrada —bueno, no siempre, a veces—; si el jugador cuesta 40 millones de euros [y firma por tres años] se hace un pago inicial de 10 millones y después 10 millones cada año en cada ventana de traspasos, como en agosto del año próximo, y el siguiente agosto, hasta cubrir el montante entero".

Generalmente, el pago se negocia según la duración del contrato del jugador, así que si un jugador firma por cuatro años, el club interesado hará cuatro entregas. Aunque esto no es una norma y depende de los acuerdos entre las partes, a los clubes les gusta estructurar sus pagos de esta forma porque les da más flexibilidad.

"Estamos hablando de grandes cifras", dice Igoe. "Si puedes pagar 10 millones de libras en tres años en lugar de uno, esto ayuda sensiblemente al 'cash flow' de la entidad".

Libras por cada euro en los últimos cinco años. Captura de pantalla de XE.com

Aquí es donde la decisión de Tottenham de aceptar el pago en euros se vuelve peligrosa. El club presuntamente recibirá un gran pago el primero de septiembre, dos años después de la transferencia de Bale. Supongamos que Levy no tiene un acuerdo con Real Madrid que mitigue la disparidad creciente entre el euro y la libra; el Tottenham podría perder millones.

Bale firmó un contrato de seis años con el Madrid; el Tottenham probablemente recibió un buen pago cuando vendió a Bale. Imaginemos no obstante que el pago de septiembre es exactamente una sexta parte del coste total de Bale: 15.666.666 euros, o casi 13.250.000 libras… de 2013. En la tasa de cambio actual, esos mismos euros valen solo 10.963.377 libras. Esto representa una pérdida de más de 2.250.000 libras.

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¿Cómo se podría haber protegido el Tottenham? Bueno, depende de lo que los clubes negociaran. Algunas veces los contratos estipulan que el comprador garantiza un cierto valor por mucho que el valor de las divisas fluctúe: en otras palabras, puede que el Real Madrid pague más. VICE Sports contactó con el Tottenham para inquirir sobre este particular, pero el club londinense declinó realizar declaraciones al respecto.

Si no hay una barrera establecida, sin embargo, la crisis griega debe asustar bastante a Levy, asumiendo que esté esperando un pago del Madrid. Si ese fuera el caso, sin embargo, Levy no está solo. Hughes dice que conoce a un buen número de clubes que han "sufrido" el problema de la fluctuación y recuerda el caso de un equipo europeo que perdió el equivalente a 7,5 millones de libras (unos 10 millones de euros) en una transferencia reciente a causa de la fluctuación en los tipos de cambio.

Hay un número de razones por las que un club puede asumir el riesgo en lugar de protegerse, y, probablemente, la razón de más peso se deba al involucramiento del dueño. Cuando un club de verdad quiere un jugador, y la fecha límite se aproxima u otro club está detrás del mismo, a veces los dueños se meten y hacen cosas no aconsejables, como cerrar un acuerdo ellos solos. Ambos, Hughes e Igoe dicen que la mayoría de los errores ocurren cuando los acuerdos se llevan a cabo sin la instrucción de los expertos financieros del club, lo cual parece pasar muy seguido.

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"Algunos dueños se implican mucho en la conclusión de los acuerdos", recuerda Igoe de cuando trabajaba en West Ham. "De hecho, cuando comprábamos del extranjero —lo cual ocurría cada vez más—, ellos solían cerrar los acuerdos en euros."

"Si íbamos a negociar en euros, generalmenteera fácil encontrar a cambistas extranjeros y contratar una protección contra las variaciones en las tasas de cambio. Generalmente, la contratábamos porque solíamos comprar más que vender. Pero en ocasiones asumíamos el riesgo —y de nuevo, esto no tenía por qué ser decisión mía— y creo que a veces nos penalizó cuando no nos protegimos."

Hughes cree que los clubes y sus dueños se están haciendo cada vez más prudentes a la hora de protegerse (ahora mismo, Hugues tiene a seis equipos de Premier League en su lista actual de clientes), pero aún piensa que los administradores de la Premier League no están lo suficientemente formados para comprender las transacciones financieras con divisas extranjeras.

"Todos han asistido a conferencias como Leaders in Football y Soccer X [dos eventos dedicados a la profesionalización de los negocios en el fútbol]" dice Hughes, "pero realmente no tienen conocimientos suficientes sobre finanzas del fútbol. No existen foros o iniciativas similares".

Los clubes que vienen de las divisiones inferiores son particularmente susceptibles a cometer errores a subir de categoría, porque algunos realizan sus primeros acuerdos de jugadores extranjeros al ascender a divisiones superiores. Simplemente no tienen experiencia. Y dicha experiencia, dicha 'sabiduría' financiera profesional, es más importante ahora que nunca.

"Si miras 10 años atrás, antes de la llamada recesión, los mercados solo se movían un 2% o un 3% en todo un año", dice Hughes. "Hoy, esa variación podría ocurrir fácilmente en unos cuantos días."

Con la volatilidad actual de los mercados monetarios, si no te tomas tu tiempo para estudiar las opciones te vas a quemar. Hughes recomienda a todos protegerse; y aunque Hughes saque dinero de estos productos, es difícil no estar de acuerdo con él. A mí, las fluctuaciones me hicieron perder unos cuantos dólares: los clubes tienen millones de euros a su disposición. Su riesgo, en términos absolutos, es infinitamente superior.

¿Qué hice para protegerme? Al final, mi esposa y yo aplicamos una serie de protecciones a nuestros préstamos universitarios. Sacamos un préstamo en euros y pagamos en dólares lo que debíamos. Buscamos un banco alemán que nos diera una mejor tasa de intereses.

Los ahorros no reemplazarán lo que perdimos en el intercambio financiero… pero ahora, al menos puedo dormir.

Sigue al autor en Twitter: @bkblick