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Música

Una ópera de gritos y distorsiones: El nuevo álbum de Minor Shadows rompe con lo establecido

El dúo genial de la Ciudad de México regresó con otra exploración sin treguas. Música para volar en paisajes del futuro.

Hubo un momento en que les importaba. Para Pablo Mendía y Carlos Arteaga, verdaderamente existió un momento en el que todo Minor Shadows "importaba", en el aspecto de hacer detalladamente cada canción, y planear cada paso de la banda. Y no es que ese momento haya "desaparecido", sino que, en mejores palabras, se deformó. Se deformó a manos del tiempo, las responsabilidades, los pendientes y los distanciamientos, y poco a poco lo que comenzaba como una idea emocionante, "comenzar un nuevo disco" se transformó en un proceso estresante, como "cuidar a un nuevo bebé".

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Para quienes no lo sepan, Minor Shadows es uno de los dúos más geniales de CDMX. Su música nunca se terminó de establecer y, en realidad, buscaban experimentaciones sonoras que deslumbraran cuando se encontraban en el estudio, y que reventaran cuando se presentaran en vivo. Todo era paz y armonía. Sí un toque de locura pero en general, una banda que buscaba proponer, innovar. Todo eso -cual historia de terror- se deterioró con el tiempo y sobre aquella línea original, otras cosas se manifestaron.

No digo que Pablo y Charlie tengan a Minor abandonado, porque el proyecto en vez de ser un espacio para crear, se convirtió en un espacio para descargar, destruir. La frustraciones que ambos cargaban de otros proyectos en los que participan y las responsabilidades del diario acontecer, transformaron la visión de estos dos músicos quienes destrozaron todo lo que habían creado, para escribir una ópera de gritos y distorsiones obscuras.

Haciendo de este un trabajo homónimo, Minor Shadows incluye una bizarra transformación de personalidades y géneros manifestándose en un mismo track. Dígase que hay canciones que pasan del noise al drone, así como otras con inicios grind y desarrollos black metal a la mitad. Algo verdaderamente experimental y disruptivo. No hay sentido que hacer de este trabajo. No sería corrector llamarle "hermoso" ni "espantoso" porque la estética, sencillamente está ausente en toda la producción.

Los invitamos a perderse en este ritual obscuro que Minor Shadows ha creado y vaya, no está demás advertirles: La música de esta banda NO es para cualquiera…