FYI.

This story is over 5 years old.

Cultură

Mi búsqueda por experimentar reinos paralelos sin usar drogas psicodélicas

Durante el último año me he embarcado en la búsqueda de experiencias alternativas que me hagan sentir cosas viajadas. Les presento mis hallazgos.

La autora con una máquina de sueños.

Como stoner profesional, me he dado cuenta de que cada vez es más difícil alcanzar esas maravillosas y místicas ondas cerebrales que hacen que mi cabeza se sienta como las burbujas de un refresco. Supongo que esto pasa cuando tu tolerancia a la mariguana incrementa. En lugar de ver esto como algo negativo, decidí usar este cambio químico como un reto para experimentar otros universos… estando completamente sobria. Durante el último año me he embarcado en la búsqueda de experiencias alternativas que me hagan sentir cosas viajadas. Les presento mis hallazgos.

Publicidad

La máquina de sueños
En julio del año pasado fui a una feria de ciencias para adultos en el Museo de Vancouver. Me encontraba entre las chamarras que igualan tu peso en agua y la misteriosa recreación del experimento "la máquina de sueños" de Brion Gysin, la cual fue construida por mi amiga Katie Webster. Cuando Gysin creó la original en 1961, la vendía como "el primer objeto de arte que se puede contemplar con los ojos cerrados". Este artefacto es básicamente una lámpara con ranuras, la cual está iluminada con un foco que gira gracias a su base: un tocadiscos.

Para experimentar sus poderes, me dijeron que tenía que cerrar los ojos justo enfrente del foco y relajarme un momento mientras algunas piezas de Brian Eno sonaban tenebrosamente en el fondo. Cuando cerré mis ojos, vi un caleidoscopio de patrones y formas coloridas que se formaban y se deshacían. Era como si mi mente estuviera cómodamente metida en una colcha y hubiera sido sumergida en ácido y después hubiera sido llevada a una rueda de la fortuna que giraba a la velocidad de la luz. Estas visiones se movían tan rápido que instantáneamente llenaron lo que sentía que era la totalidad de mi cerebro. No había duda que estaba teniendo visiones, sólo que no eran concretas; eran como la silueta de un oso o un oasis. Era imposible distinguir formas y colores, pues éstos giraban en una sucesión tan rápida que me vi forzada a pararme muy quieta y tratar de asimilarlo. Era una experiencia completamente visual; aún podía escuchar la música y a la gente en el fondo, aunque por un breve instante, el tiempo se detuvo.

Publicidad

Desafortunadamente había una fila de gente que quería experimentar este viaje estroboscópico, así que no me pude quedar por mucho tiempo, aunque sí me volví a formar varias veces. (Si quieres saber más de la máquina de sueños, existe un documental realizado por la National Film Board of Canada llamado FlickeR. El trailer muestra a Iggy Pop bailando y agitando los brazos).

Mi conclusión: A pesar de que la máquina de sueños es una experiencia de sobrecarga visual, en realidad no se siente particularmente espiritual. Es más como un viaje de ácido momentáneo y holístico. No lo hagas si eres propenso a tener convulsiones.

Un tanque deprivador sensorial. Foto vía Flickr de la usuaria Clarence Risher.

El tanque deprivador sensorial
Floté por primera vez en Vancouver, durante 90 minutos, en un tanque tipo mini submarino lleno de agua salina. Ya que medito a diario, me emocioné de poder experimentar otra manera de alcanzar diferentes longitudes de ondas cerebrales estando sobria.

Cuando me metí al tanque, se me hizo bastante difícil relajarme, ya que mi cuello se sentía sin soporte y torcido. Después de algunos intentos fallidos, incliné mi cabeza hacia atrás y logré relajarla en una posición cómoda.

El tanque era tan oscuro que no podía ver mi mano frente a mi cara y se sentía como si estuviera meditando con los ojos abiertos. Podía sentir mi respiración y podía escuchar claramente mi ritmo cardíaco. Mis pensamientos indudablemente comenzaban a volverse más lentos sin la necesidad de que yo hiciera algún esfuerzo. Era como un sueño.

Publicidad

La consistencia del agua salina me recordó esos videos porno de masaje Nuru; se sentía bien (y un poco excitante) frotarla en mi cuerpo. A pesar de que se supone que el tanque está a temperatura corporal, yo tenía un poco de frío. No obstante, cuando toqué mis chichis, mis pezones no estaban excitados, lo que probablemente significa que soy una perra sin sentimientos. No lo sé…

Aunque una hora y media suena como demasiado tiempo para pasar sola y privada de la mayoría de los sentidos, yo no me sentí molesta o aburrida. Por el contrario, todo era sereno y como de otro mundo. Se sentía entre estar tomando una siesta con los ojos abiertos, meditando y flotando en el Mar Muerto. Desafortunadamente no tuve ninguna visión, como esperaba.

Mi conclusión: Salí del tanque sintiéndome como si hubiera estado en incubación, pero también bastante deshidratada. Como no me gusta el alcohol, fue una de las experiencias más cercanas que he tenido a estar cruda desde mi adolescencia. Sin embargo, esto fue diferente a cualquier cosa que haya hecho antes y me han dicho que cada sesión es totalmente diferente. Definitivamente le daré otra oportunidad.

Centro de un círculo de viajes chamánicos. Foto vía Flickr del usuario ECP.

Círculo de viajes chamánicos
Debido a la sugerencia de mi naturópata, participé en un círculo de viajes chamánicos en un centro comunitario de Toronto a finales de diciembre. Me dijeron que estas ceremonias eran como el portal de entrada al mundo chamánico, el cual me había intrigado durante algún tiempo.

Publicidad

Cuando llegué, una adorable señora de cabello gris y buena vibra me manchó mientras entraba en un círculo junto con otras 40 personas. Me dijeron que llevara una colcha, una cobija y agua, así como lápiz y papel para documentar mi experiencia. Antes de comenzar, Jeannette, la chamana —una mujer vieja de ojos brillosos que se parece tu tía bohemia quedada—, habló acerca del reino superior e inferior. Si querías visitar el reino inferior, entonces tenías que visualizar un lugar que se conectara con las profundidades de la tierra, como una cueva o un barranco; si lo que querías era ir al reino superior, debías imaginar un lugar en las alturas, como una montaña o un arcoiris. El reino que escogieras era únicamente una cuestión de preferencias, aunque ella advirtió que si te habían criado con asociaciones negativas al infierno, entonces el reino inferior probablemente no era una buena idea. Una vez que el lugar fuera elegido, se nos dijo que esperáramos a nuestro espíritu guía con una pregunta en mente. Jeannette sugirió a los nuevos en el viaje que le hicieran una pregunta genérica: ¿Qué mensaje tienes hoy para mí? Íbamos a tener dos rondas de viajes guiadas por tambores, las cuales se verían interrumpidas por una ronda de discusión.

Atenuaron las luces y la mayoría de los participantes estábamos en las colchas, mientras que otros estaban sentados en unas sillas. Jeannette comenzó a tocar los tambores y nos dijeron que nos relajáramos. Durante la primera ronda yo no sentí nada. Elegí viajar al reino inferior y visualicé mi playa favorita de Vancouver. Pensé que había tenido una breve visión de un águila, pero no fue suficiente como para convencerme de que era verdadera. Cuando terminó, la gente en el cuarto comenzó a compartir sus viajes y yo estaba tanto sorprendida como frustrada al oír las visiones intensas y mensajes poderosos que la mayoría había experimentado.

Cuando hablé de mi frustración, la mujer a mi lado me dijo que me enfocara en lo que estuviera pasando por mi cabeza en lugar de lo que no pasaba por ella. Para la segunda ronda, decidí visitar el reino superior y visualicé una montaña que había escalado en Sunshine Coast. Hice la pregunta de nuevo y esta vez tuve una visión de mí misma escondida bajo el ala de un águila que volaba en el cielo. Luego escuché claramente: "Sé quien eres. Piensa en ti". Fue algo abrumadoramente emocional y profundo. Cuando regresé a casa esa noche, me enfoqué en el brillo de la luna y comencé a llorar.

Mi conclusión: Ya encontré lo mío, mi propia versión de iglesia. Esto me ayudó a creer en la posibilidad de reinos paralelos y de encontrar una guía dentro de mí misma. Pienso participar en estos círculos regularmente.

Sigue a Elianna Lev en Twitter.